El mundo del bocadillo es absolutamente maravilloso ¿Creéis que existe algo mejor que un bocata para no complicarse en la cocina? Pues muy pocas cosas, además, si el pan es bueno y el relleno es de vuestro máximo agrado, no hay nada igual. Nosotros tenemos preferencias diversas, no nos ceñimos al bocadillo de jamón ibérico o de chorizo, estamos abiertos a todo lo que nos cuenten porque, si os somos sinceros, hemos probado cosas realmente deliciosas.


Ahora nos vienen a la memoria bocadillos mágicos, como el de alcachofas con mayonesa y anchoas, tremendo, el de tomate restregado con calamares en su tinta, sabroso, el muy original bocata de chorizo de Pamplona con membrillo (gracias Míguel), o aquella rica baguette de tortilla francesa con aguacate (Gracias Paco). También el clásico Serranito, el bocata de bonito en aceite, anchoas, mayonesa y piparras, o el de cabeza de cerdo, mayonesa y piparras ,y un largo etcétera. Todos tienen algo especial y todos nos apetecen siempre.




Con sobrasada habíamos probado la combinación clásica con un poco de miel, pero éste que hoy os traemos es una maravilla que hemos descubierto hace bien poco. Es un bocadillo muy conocido de la localidad homónima de Almussafes en Valencia, zona en la que está muy arraigada la cultura del almuerzo. Se toma de muchas maneras, en tostada o 'tosta', con el añadido de jamón o carnes varias, con la cebolla caramelizada o endulzada o incluso solo soasada. En fin, como hoy os traemos, es como más se ve y, de verdad, tenéis que probarlo porque está riquísimo.


Vamos con los ingredientes, para 3 personas 3 bollos de pan (usamos 2 grandes), sobrasada atemperada, lonchas de queso fundente (usamos manchego semicurado), cebolla dulce, sal y aceite de oliva virgen extra. Tiempo de preparación, 20 minutos.


Tan fácil como sacar la sobrasada de la nevera y dejar que se atempere. Mientras vamos pochando la cebolla, para ello usamos la técnica del bicarbonato (totalmente opcional) ese gran acelerador de la caramelización de la cebolla. La proporción es para 2 cebollas grandes aproximadamente, las ponemos al fuego suave cortadas en juliana con el doble de sal que de bicarbonato, es decir, 2 g - 1 g y esperamos unos 10 minutos.


Nosotros usamos la mitad de todos los ingredientes. A los 5 minutos con fuego suave, la cebolla en reacción con la química de la sal y el bicarbonato hará 'aguas', lo mejor es tirar ese líquido. En ese momento echaremos sobre la cebolla un poco de aceite de oliva, una cucharada más o menos, y ya. Y subiremos el fuego a mitad de fuerza.


Así queda a los 12 minutos, hemos acelerado el proceso unos 20 minutos. Si no queréis hacer esto, podéis pocharla de forma normal a fuego muy suave.


Mientras vamos tostando el pan por dentro, cuál mollete de Antequera. Esto se hace para que la sobrasada se extienda mejor y además hace que se caliente, efecto imprescindible para que el bocado sea jugoso.


Extendemos la sobrasada a todas las mitades inferiores...


Y colocamos el queso, podáis usar éste o algo más fundente tipo Havarti o se nos ocurre el tronchón típico de la zona.


Metemos las mitades en el horno caliente para que fundan, es opcional porque con la cebolla muy caliente el queso se funde también.


Pues eso, luego la cebolla bien caliente.


Cerramos y comemos. Una pasada.


Quién lo pruebe por primera vez echará en falta algo dulce porque los ingredientes lo piden, pero la cebolla aporta algo y así es un lujo.

Salud.