En su momento ya os contamos cosas sobre esta conocida feria de muestras madrileña llamada AgroMadrid, concretamente en el año 2008, una feria que suelen visitar mi hermano y mi cuñada casi todos los años y que se celebra en la localidad de Villarejo de Salvanés (Madrid). Es evidente que esta de feria ya no resulta tan atractiva dentro de la amplia oferta de muestras de alimentación y artesanía dentro de la Comunidad de Madrid, sobre todo porque otras ferias han tomado el relevo por sus contenidos, relegando a ésta a una muy específica muestra agropecuaria con una temática centrada en el nudo del sureste de Madrid, es decir, Belmonte de Tajo, Valdaracete, Campor Real, Arganda del Rey, Fuentidueña de Tajo, Morata de Tajuña, Colmenar de Oreja, Villamanrique de Tajo, Perales de Tajuña, Rivas y el propio Villarejo.


Tras la aparición de aquella feria 'madre' que en su momento se hablaba de 'accesoria' a ésta llamada AlimentaMadrid, enfocada a la gastronomía de toda la Comunidad, y que desapareció hará unos 10 años, el panorama de ferias sobre gastronomía se ha diversificado en otras más especializadas como 'Madrid Productores', 'Cómete las Ventas' o 'Día de Mercado', siempre dejando a un lado la famosa Biocultura. ¿Una buena noticia? Sí para el madrileño, porque se está encontrando con una diversa oferta de ferias, pero no para esta feria, que tiene su público y es una de las longevas de todo el país.

Para los que no la conocéis AgroMadrid es una feria de agricultura, turismo, gastronomía y artesanía que, desde 1984 y con carácter anual, organiza el Ayuntamiento de Villarejo de Salvanés con el apoyo de unas cuantas instituciones y entidades de ámbito regional, entre las que se encuentra la Cámara de Comercio de Madrid, aunque ésta ya os decimos que no debe de estar tan involucrada como hace unos años, cuestión de prioridades suponemos.

Sinceramente creemos que se está cometiendo un error, ésta debería de seguir siendo una de las ferias de muestras por excelencia de la Comunidad, ya que además de llevar la friolera de 33 años entre nosotros, es la feria ideal para hacerse eco de lo que la crisis ha dejado en estos años, y es la vuelta de la gente al campo a la artesanía y en definitiva al oficio, y esto es algo que debería de promocionarse y apoyarse desde las instituciones. Hay muchas cosas interesantes que se están cociendo en nuestra región y que el madrileño desconoce, éste creemos que es el sitio.


Veréis que pese a la poca repercusión del evento ¿alguno habéis escuchado alguna publicidad? siguen existiendo algunas actividades interesantes en los 2 días que la feria está abierta al gran público, siempre centradas en demostraciones de antiguos oficios, talleres infantiles, catas y degustaciones. Este año han estado muy centrados en el aceite de oliva  'El Oro verde de Madrid', producido en la Comunidad de Madrid, aunque se vio bastante poco para la oferta existente en la región,


Este ha sido el cartel 2016.


Nada más entrar algunos expositores interesantes, éste sobre maquinaria imprescindible para producir aceite de excelente calidad.


Bodegones que pese a ser agradables de ver, a nuestro juicio no tienen 'alma' porque no recogen muchos de los nuevos productos que se están haciendo por aquí, solo se veían algunos productos de la zona, pero nada que sorprenda.


La clásica artesanía local, antigüedades y tradición. Bello sin duda, pero escaso.


Los clásicos animales para granja, nos da pena verlo, pero es parte de la esencia de esta feria desde el s. XVII y XVIII, Esta muestra agropecuaria nada tiene que ver con lo de antaño, pero un buen bocado.


Curiosamente mucho producto y animal de fuera de nuestra región, algo que se nos antoja intrusista pero que es válido, como no.


El turno para las bebidas de la región, aquí instrumental para hacer vino y cerveza.


Artesanía, de lo más atractivo de todos los stands. Verdaderas artistas a las que se les puede preguntar y comprar.


Y poco más, os lo prometemos. Y en lo que se refiere a gastronomía os contamos sólo algunas cosas curiosas, un puesto de berenjenas de Almagro, siempre son bien recibidas, pero creemos que escapan al concepto de esta feria.


Todo muy generalista y fácil de encontrar en los supermercados, aunque algún puesto ofrece producto con cierta calidad.


Quesos de Campo Real, un stand bastante discreto.


Los pasteles de La Real en Morata, un imprescindible dentro de la oferta repostera madrileña.


Curioso stand del pueblo de mi padre, nos teníamos que frotar los ojos. ¿Verduras? Lo regentaba el hijo del panadero, y aunque el hornazo de la panadería es lo más típico del pueblo, lo demás creemos que era absolutamente oportunista.


Luego un stand por cada ayuntamientos, cosas para el jardín, herbolarios, vinos, un horno de pan, un foodtruck (de comida rápida), en definitiva una feria descafeinada, demasiado clasista, generalista y con muy poca oferta original. Entendemos los esfuerzos del ayuntamiento de Villarejo, de eso no nos cabe ninguna duda, pero exigimos algo más a esta feria que para nosotros podría ser de un máximo interés, sobre todo si se enfoca como un sitio donde encontrar una alternativa de trabajo para mucha gente joven, lo que os hemos dicho al principio, haciéndose eco de los nuevos cultivos, productos y empresarios.

Otras provincias sabemos que lo están haciendo y es una pena que en Madrid no.

Salud.