Viaje al norte de Portugal, Oporto, Braga y Guimarães (segunda parte)
Aquí el impresionante puente Luiz I desde abajo.
Una vez nos hicimos las clásicas fotos con Oporto de fondo, cruzamos el puente y entramos en el casco histórico, que está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, dirigiéndonos hacia la bonita Catedral (Sé de Porto). Entramos a verla por dentro (estaban en plena misa) pero por el gran follón que había desistimos en entrar en los claustros góticos, una pena porque se trata de uno de los claustros más espectaculares de Europa y que podéis ver aquí (precio 3€). Ha sido quizás el lugar del que verdaderamente nos hemos arrepentido de no entrar.
Las vistas de la ciudad y de las demacradas casas aledañas desde la bonita plaza de la Catedral, eran pintorescas como pocas. Una extraña mezcla entre decadencia y encanto que hacen la postal única, ropa tendida, azulejos de colores, persianas deterioradas, erosión... algo que aunque es muy habitual de ver en las otras ciudades de Portugal, aquí nos pareció algo fantástico.
Después de contemplar también por fuera el Palacio Episcopal, justo al lado de la Catedral, no dudamos en bajar por unas empinadas calles hacia el río para ver el ambiente que por allí había, y madre mía, era domingo, octubre y se notaba un ajetreo muy similar al verano. Mareas de turistas de cientos de nacionalidades con sus visitas guiadas invadiendo las calles, terrazas repletas de gente, calor, luz...
Pudimos llegar a tiempo y sacar un billete para montar en barco inmediatamente y dar un paseo de unos 50 minutos por el río para divisar las casas de la ribeira do Douro, los 6 puentes (Ponte da Arrábida, Ponte Luiz I, Ponte do Infante, Ponte Pênsil, Ponte Sao João y Ponte do Freixo). Fue tan agradable que a nuestros amigos les pareció el mejor paseo en barco que recuerdan haber hecho, y a sus espaldas tienen ya unos cuantos. Nosotros preferimos quizás otros, pero para gustos los colores.
Al salir decidimos ir hacia el centro de Oporto y de camino había un puesto donde estaban asando un cerdo en una pieza y en plena calle, regándolo con una salsa muy especiada que impregnaba el ambiente con un olor que alimentaba. Vimos que la carne la trinchaban y la servían como en bocadillos.
Subimos al centro por sus angostas calles que acababan en amplias avenidas buscando un sitio donde poder comer algo rápido. Teníamos claro que para comer queríamos probar la famosa francesinha. Habíamos leído que uno de los sitios donde quizás se prepararan las mejores francesinhas de la capital era el Café Santiago (R. Passos Manuel, 226).
¡Zas! cerrado a cal y canto, el domingo es lo que tiene en estos países, mala suerte la nuestra. Un poco desorientados por esto dedujimos que si existe un bar tan emblemático y durante tantos años y en frente hay un local con una oferta similar y más o menos la misma pinta, por lógica servirán algo muy parecido. Pues no nos equivocamos, su nombre Casa Das Tortas, está en la misma calle, enfrente y un poco más abajo.
Dentro nos encontramos en un salón propio de una cafetería/pastelería añejada con los años, sillas y mesas funcionales para comer, parco en detalles, con una larga barra a continuación de mostrador de pasteles donde a todo esto, pudimos apreciar un curioso postre parecido al arroz con leche pero hecho con fideos, se llamaba doce de aletria. Había cuatro gatos, debe de ser que todo todo el mundo estaba en la feria de la carpa que vimos la noche pasada, que a todo esto, siendo domingo tendría que estar a rebosar. Pero bueno, los pocos clientes que había eran portugueses, así que a priori buena señal. Nos sentaron rápido y un camarero uniformados nos ofreció una carta breve con poca variedad, pero lo teníamos claro. Pedimos dos tipos de francesinhas, dos vegetales y dos normales, con algunos ingredientes opcionales a elegir, y para acompañarlas cerveza, una muy típica en esta zona, Super Bock.
Aquí tenéis la francesinha con huevo, muy rica. Se trata de un sandwich relleno de carnes con el pan tostado y al que cubren con queso y otros ingredientes opcionales (huevo), luego sirven una salsa caliente por encima y a comer. El relleno era complicado de adivinar, parecía que había chorizo, jamón dulce y filete de ternera (nos pareció). La salsa sabía a fondo de ternera, tomate, notas de brandy o similar y quizás alguna especia.
Y aquí las francesinhas vegetales (vegetais), sorprendentes, con un relleno muy sabroso de puerro, repollo, zanahoria y algunas verduras. La salsa sabía un poco diferente a la de carne.
Para acompañar una extraordinaria fuente de patatas fritas.
Salimos de allí con algún café y dobles cervezas por unos 46€. De verdad que os vamos a recomendar probarlas porque están ricas y son parte de la historia moderna de esta ciudad. Ojo, no sabemos si mejores o peores que las del Café Santiago, pero estaban estupendas.
Al acabar fuimos por varias calles fantásticas hacia el Palacio de la Bolsa y después hacia la emblemática Torre de los Clérigos.
Aquí el ambiente en las terrazas.
Y el típico tranvía. No montamos.
Por fin llegamos a la barroca Torre de los Clérigos (justo detrás de la Igreja dos Clérigos), en el cerro de los ahorcados, uno de los estandartes de la ciudad y que estaba incomprensiblemente cerrado. Empezábamos a pensar en serio que no es recomendable visitar Oporto en domingo, y no nos equivocamos.
Muy cerca de allí, se encontraba otro de los destinos que elegimos como favoritos desde Madrid, la famosa librería Lello e Irmao (Rua das Carmelitas, 144). Por si no lo sabéis es una de las librería más bellas de Europa que conoceréis porque ha servido de escenario de muchas películas y entre las más famosas, Harry Potter. Como ya nos temíamos, estaba cerrada. No pasa nada, al día siguiente fuimos a verla a primera hora y menos mal, porque era preciosa.
Aquí una instantánea de la bonita Plaça de Gomez Teixeira, justo al lado de la librería.
Una vez salimos de esta zona quisimos bajar a las bodegas, y aquí cometimos un nuevo error. Las bodegas abrían hasta las 18:00, y eran las 16:00 (daba tiempo) pero no caímos que los guías en español sólo hacen unas cuantas rutas al día, y tuvimos que bajar allí para enterarnos. Mala suerte que no había pase en castellano hasta las 11 de la mañana del día siguiente.
El caso es que bajamos a las bodegas en taxi, y bueno, en qué momento, menudo tráfico ¡madre mía!. Todo colapsado, menos mal que el taxi no sale caro porque en él estuvimos más de media hora y sólo hicimos el trayecto de bajar a la ribeira cruzando el río por el puente Luiz I. Al llegar a las bodegas nos dijeron lo que os hemos contado, no había visitas en castellano, y volvimos sobre nuestros pasos para disfrutar al menos del ambiente de toda esta zona. Vaya tarde nos estaba haciendo, idílica para el mes que era.
Para que os hagáis una idea del follón que había, mirar esta foto de vuelta.
Curiosamente nos topamos con algo que nos daba especialmente grima. Estaba creando muchísima expectación como se tiraban unos chavales desde la vía del puente al agua. No sabemos cuantos metros habrá, pero qué inconscientes, entre el agua turbia y fría del río, las corrientes en el mismo que eran fuertes y el poco estado físico de algunos de ellos (aunque la verdad es que estábamos equivocados), acometían esta locura por unos euros que no pudimos saber aún quién se los daba.
El último paseo por la ribiera fue realmente sofocante, no pudimos saber a qué grados estábamos pero entre el sol, las ropas con mangas larga, las mochilas con las cámaras y la humedad, yo personalmente estaba sudando la gota gorda. Es un tiempo que muchos quisieran haber tenido en su visita a esta parte de Portugal pero es que nos podéis imaginar las ganas que teníamos de quedarnos en paños menores, o por lo menos yo. En este ala derecha del río había decenas de puestos de vendedores y al final acabamos sentados en una terraza a tomar un refrigerio.
Al rato levantamos campamento y nos fuimos al funicular que hay pasado el puente de Luiz I y que nos volvía a subir de nuevo al casco antiguo. Nuestra misión era ahora ver el interior de la vieja estación ferroviaria de Oporto, la primera tienda de A Loja do Gato Prieto, y tomarnos un café en el histórico Café Majestic de Oporto.
Lo primero que nos encontramos fue la estación de San Bento, realmente preciosa, nada más y nada menos que del siglo IX y con más de 20.000 azulejos en su interior. Digna de ver.
El café Majestic, ¿como estaba? c-e-r-r-a-d-o. Nuestro gozo en un pozo, nos perdimos tomar un café en un casa fundada en 1921 y conocer otro lugar de obligada visita en la ciudad.
Por último, y para rematar la faena, en la misma calle se encontraba el mítico A Loja do Gato Preto, la primera tienda de esta franquicia, y nos encontramos el local en lquiler. Según hemos visto ya sólo existía en un centro comercial, esto ya nos pilló de vuelta de todo y lo mejor, estaréis de acuerdo con nosotros, era recoger bártulos e irse para el hotel :).
La vuelta fue muy rápida, volvimos en el metro y bueno, de cabeza a la ducha. Hacía una noche fabulosa, y decidimos hacer algo tranquilo e ir por la zona del hotel a picar algo. Lo que menos apetece cuando uno está lejos del centro es volver por la noche allí y menos en coche, apetecían unas cervezas y el coche era incompatible. Además, al ser una zona universitaria había muchos bares y algunos restaurantes. Optamos por un restaurante llamado Casa Do Criado, un local que a priori era el típico de 'echar de comer' pero bueno, se trataba de comer algo e irnos a la habitación, el cansancio nos vencía.
Nos atendió un chico muy majo venezolano, nos hizo sus recomendaciones y nos aconsejó pedir medias raciones, para beber continuamos con unas Super Bock. La primera media ración que vino sorprendentemente nos gustó, era bacalhau à brás con una ejecución, perdonadme la expresión 'cojonuda'. Caliente, no había excesos de aceite, ni estaba salado, ni el bacalao lucía por su ausencia, la patata era casera. Os la recomendamos si vinierais alguna vez por aquí. Aquí tenéis la receta del bacalhau à brás por si la queréis hacer en casa.
También pedimos media de bacalhau con natas, otro plato típico de la gastronomía portuguesa y que estaba bueno. Nuestra versión del bacalhau con natas es algo diferente.
También pedimos otro plato típico del país rojoes a minhota. Apenas lo probé, Lola y yo no os podemos decir mucho al respecto, lo vimos muy contundente, quién lo pidió nos dijo que estaba rico pero creo que llenaba mucho. Llevaba carne de cerdo, y diversas chacinas, chorizo, morcilla (chouriço de carne, a farinheira, a morcela e o chouriço de sangue). Debajo patatas.
Por último mi plato, como no me fiaba mucho cuando entramos en el local prefería algo simple como carne a la parrilla, así que pedí una picaña al estilo argentino. Cuando me lo trajeron no me pareció ese corte, pero la verdad, estaba tierna y tenía buen sabor. El único contra es que era muy abundante, traía 2 trozos hermosos, frigoles, arroz, patatas fritas, piña a la plancha, berza salteada y una especie de mezcla o costra de queso, pan, curry, vamos lo que se dice algo simple ;) Evidentemente dejamos casi enteros la gran mayoría de estos acompañamientos por la gran cantidad que servían. Era media ración.
De postre un pastel de bolachas. Aceptable.
Quizás ésta sea la mejor opción para cenar cerca del hotel Eurostar o quizás no, pero el caso es que aunque el local carezca de encanto alguno, acabamos satisfechos con la calidad de casi todos los platos, y lo mejor de todo, estuvimos cómodos y una gran atención. Salimos por 70€ con varias cervezas en el cuerpo, algún café que otro y algún Oporto. Después al hotel de cabeza.
Al día siguiente, y después de desayunar, justo antes de partir para Braga fuimos a ver la librería Lello e Irmao por dentro. No dejaban hacer fotos y ésta es la única foto que pudimos sacar desde la planta de arriba. Preciosa es la palabra.
Acto seguido bajamos a Vila Nova de Gaia para la visita a la bodega. Ya os habrán contado que con respecto a los horarios y visitas en castellano lo mejor es llamarles o preguntar in situ para concretar, no te obligan a reservar eso sí, estábamos fuera de temporada así que no sabemos si en verano sí que obligan a ello. Cierran a las 18:00 y la pregunta era ¿qué bodega es mejor para ver? Creemos sinceramente que da un poco igual, son todas mas o menos lo mismo y cualquiera que elijáis estará bien. Nosotros elegimos la bodega Sandeman, con su famoso Don como imagen, elegimos ésta para que nos contaran quién era este tipo misterioso de capa portuguesa y sombrero de ala ancha español... ¿y qué tenía que ver con Jerez?
El Don es un diseño de 1928 por un tal George Massiot Brown, dicen que es una de las primeras imágenes de una marca que se han creado en la historia comercial moderna. La marca Sandeman en cambio fue creada en 1790 por un escocés llamado George Sandeman. Primero se estableció en Inglaterra haciendo y vendiendo vino, luego montó una bodega en Jerez (1795) y luego otra en Oporto (1811), y es aquí cuando empezó a fabricar vinos de Oporto que han acabado comercializándose en todo el mundo.
¿Por qué fue un escocés quién creó esta bodega?, bueno, sabréis que los vinos de Oporto tienen alma portuguesa y explotación inglesa, es decir, fueron los ingleses los que empezaron a explotar la uva de la zona y a exportarla a una Inglaterra maltrecha y sin apenas existencias de vino tras la guerra en la que luchó contra Francia en 1678. A alguien (dicen que un convento de Lamego) se le ocurrió la idea de mezclar el vino sin apenas fermentar, y aún con un alto contenido en azúcares, con algún aguardiente (alcohol vínico). El resultado un vino que llaman 'fortificado' con una alta graduación alcohólica (>20º) y con un dulzor característico único en el mundo.
Esto evidentemente gustó mucho en Inglaterra y si no hubiera sido por ellos quizás hoy por hoy no sería lo que ahora mismo es. Por último en el s. XVIII los portugueses tomaron las riendas de la producción hasta el día de hoy.
Las uvas empleadas en los vinos de Oporto son en cuanto a los tintos: touriga nacional y francesa, roiz y amarela. Las blancas gouveio, malvasia, donzelihnpo y rabigato. Todas nativas de la región del Douro. Como veis el envejecimiento del vino es en barriles (pipas) todos ellos de roble americano y dónde se producen dos tipos de Oporto, el Ruby y el Tawny según el grado de protagonismo de la madera en el vino. Luego existen los vintage.
Estos vinos vintage nacen de cosechas únicas, están un par de años en barrica y luego en botella donde van evolucionando de forma increíble. De hecho según la edad toman diferentes denominaciones (crusted, reserve, late bottle vintage,etc.). Aquí nos enseñaron botellas vintage que tenían almacenadas desde 1904.
El guía nos condujo por todas las instalaciones durante unos 20-25 minutos, la otra media hora consistía en un video explicativo del vino de Oporto y una degustación breve de dos de sus vinos, blanco y rubí. Al finalizar hicimos compramos unas botellas, con la visita que son 5€ te hacen un descuento de 2€ por botella, pero que sepáis que cogimos la visita con la cata básica, porque hay distintos precios según la cata.
A la salida había un pequeña sala museo donde se explican los inicios del Oporto el instrumental que era necesario para su producción.
Salimos raudos de Oporto y llegamos a la bonita Braga. Otro día asombrosamente caluroso, no nos lo podíamos creer. Dimos un paseo por el casco antiguo, los aledaños de la Catedral, varios palacios (Biscainhos, casa de los Coimbras, característicos con sus azulejos azules, palacete de Raio) y la Iglesia do Populo. La verdad es que el centro tiene un paseo muy pintoresco.
Por todos lados vendían el gallo de Barcelos tan típico de esta zona, podéis leer la leyenda popular aquí
La plaza de la República tenía mucho ambiente, y los jardines preciosos con esa luz y ese día.
Una cesta de manzanas locales, oye que pasabas por la calle y ¡olía a manzana que no veas!
Allí nos comimos una baguette rápida, compramos algunos regalos y nos fuimos para Guimarães. Y sí, efectivamente cometimos el error de no ir antes a ver el Santuario Bom Jesús do Monte, su escalinata barroca y las vistas desde la iglesia (foto1 y foto2). Nos lo advirtieron en la oficina de turismo de Braga, pero no sabíamos que era tan peculiar, de hecho no lo teníamos en nuestra modesta guía de viaje. Un fallo, no tan imperdonable como los clautros góticos de la Catedral de Oporto, pero si vais por allí, no dejéis de visitarlo.
Al llegar a Guimãraes fuimos al hotel a dejar los bártulos. Nos hospedamos en el Villa Hotel, un cuatro estrellas más viejo que los otros que estuvimos y con moqueta. Fallos como que tenía moqueta, cama más incómoda, televisión vieja y lo peor de todo, muy mala señal de wifi. Pros, precio, plaza de garaje y desayuno aceptable, con zumo de naranja natural. No nos gustó demasiado la habitación, pero por 50€ la noche no nos podemos quejar.
El paseo hacia el casco histórico nos topamos con la bonita iglesia de San Gualter, aunque en la foto sale a lo lejos tanto el edificio como la avenida es preciosa.
Al adentrarnos en el casco antiguo, el monumento del Salado y una plaza con una parada obligada. Preciosas las balconadas, las flores, los colores. Algunas ruas empedradas con una fotogenia increíble, plaza de Largo da Oliveira o el paseo por la rua Santa María.
Y por la noche ¿qué nos decís?. Con esa iluminación era de cuento.
Tras una buena vuelta fuimos a cenar, en plena plaza Largo da Oliveira, el restaurante Buxa, allí que nos metimos en sus salones internos pensando que fuera en la terraza iban a tocar algún concierto muy cerca de las mesas porque estaba montado un pequeño escenario. El local era muy agradable.
De aperitivo nos pusieron un poco queixo de la zona, similar al Tetilla, con una confitura. 3€ el plato, que entró muy bien con el vino del sur (Alentejo) que nos recomendaron, un joven fresco, floral, algo tanínico... muy rico.
Pedimos unos habas estofadas, supuestamente congeladas pero propias. Estaban buenísimas, sabrosas, tiernas y en fin, muy recomendables.
El mejor plato quizás de todo el viaje, el pulpo al Lagareiro (polvo à lagareiro com batatas a murro). Sabroso y el pulpo muy tierno y rico. Sorprendidos es la palabra.
Los segundos platos fueron, el de Lola un milhojas de marisco. Muy rico.
El mío un tournedó al estilo Buxa, un buen trozo de ternera con una pasta salteada de guarnición. No estaba mal el sabor de la carne, pero tuve que pedir que me lo pasaran más, no es que con la carne sea argentino, es que con lo que no puedo es con que esté fría. La guarnición de pasta mejorable.
Otro comensal se pidió el bacalhau à la moda de Braga, el mejor plato de todos. Muy buen sabor y desalado perfecto. Os lo vamos a recomendar.
Por último, otro plato más de carne, chuletón de la casa.
De postre el tocino de cielo típico de la zona (toucinho do céu) a base de almendra molida y las tortas de Guimarães, estas últimas muy muy ricas.
Pagamos por la cena unos 100€, incluidos unos oportos que nos tomamos en la terraza, ya que en el comedor nos habíamos quedado solos. Fuera nos enteramos que no es que hubiera un concierto de algún grupo itinerante, sino toda una fiesta universitaria en la que íbamos a ser de algún modo espectadores de primera fila. Se trata de una fiesta anual donde se reciben a los nuevos estudiantes universitarios de Guimarães (Festas de folguedo académico). Lo hacen todos los octubres, quizás se trataba de la primera parte de sus famosas fiestas Nicolinas que al parecer se llevan celebrando desde nada más y nada menos que 1895.
Allí que nos sentamos en primera fila para ver el espectáculo ya que la terraza era del restaurante y dicho restaurante como os habíamos dicho estaba al lado del escenario.
Centenares de chicos y chicas con la capa portuguesa escuchaban los fados que cantaban en honor a algún patrón. Al parecer una vez que cantaron varios fados luego se subieron a un carromato e iban cantando en distintos puntos de la ciudad, pero ya os decimos, no estamos seguros.
A la mañana siguiente nos levantamos y antes de irnos a Madrid, paramos en el Castillo de Guimarães (Castelo São Mamede)y su torre del Homenaje (podéis verlo muy bien aquí). La verdad es que el paseo por el mismo es cuanto menos curioso, pero nos pareció más curiosa la entrada a el Palacio de los Duques de Braganza situado en la misma 'Colina Sagrada'., muy bonito por la restauración acometida en el mismo a principios del siglo pasado.
Dentro una gran colección de obras de arte, pinturas porcelanas, tapices y muchas armas.
Es bonita la vidriera de la capilla, el claustro principal.
Pero lo más curioso es las camas que utilizaban, eran chiquititas hasta decir basta!.
A la salida compramos algunos souvenires y nos fuimos raudos para Madrid, dimos por concluído nuestro viaje. Sin lugar a dudas el viaje a esta zona de Portugal nos ha encantado, quizás no seamos objetivos porque es un país que nos encanta, pero los amigos que venían con nosotros y que se han recorrido muchos lugares del mundo salieron igual de contentos. Es cierto que podríamos haber visto algo más en nuestros ratos libres, que realmente han sido muchos, pero viendo lo agotados que llegábamos diariamente a la habitación me temo que hicimos lo correcto porque al final los esfuerzos se pagan, y ni son vacaciones ni es nada. Se notan ya los cuarenta amigos, me temo que estamos ya sólo para viajecitos tranquilitos y buenas sobremesas ;)
Salud.
15 comentarios:
**** A T E N C I O N S I D E J A S U N C O M E N T A R I O ****
Muchas gracias por dejar un comentario. Puedes preguntar lo que desees y en el menor tiempo posible te daremos una respuesta.
Para evitar comentarios spam y de publicidad no consentida hemos activado un período de forma indefinida en el que los comentarios estarán pendientes de moderación.
Mercado Calabajío se reserva el derecho de publicación de comentarios que contengan nombres de comercios, tiendas, publicidad o cualquier sospecha de indexación en los buscadores. .
También puedes mandarnos un correo a por la sección de 'Contactar' del blog y te contestaremos lo más rápido posible.
También puedes contestar cada post desde las plataformas de facebook o twitter accediendo desde los iconos superiores del blog.
Toda la información referente al correo electrónico y nombre y apellidos del comentarista, está amparada por la Política de Privacidad de Blogger, propiedad de Google INC.
Perdonad las molestias.
gracias por tu cronica, me ha encantado!! bss
ResponderEliminarBueno, tan sólo me queda decir una cosa, quiero ser vuestra amiga, una amiga de verdad...para irse con vosotros a los viajes, prometo no hablar mucho y comerme todo, palabrita del Niño Jesús.
ResponderEliminarJa, ja, eso de los 40 me ha encantado.....para mí se acabaron los viajes sin descanso para verlo todo. Yo prefiero una cerveza en una plaza bonita y "perder" media hora que hacer la siguiente visita.
ResponderEliminarTu crónica me ha gustado mucho. Para mí Portugal es un pais desconcoido.Lo visité hace 25 años, de estudiante, y no tengo un buen recuerdo. Este invierno haremos una escapada, tendré en cuenta tus consejos.¡ Calro que sí !
Un abrazo,
María José.
bueno, al ver tu reportaje tengo ganas de volver a la zona...hace unos 23 años pasé 3 semanas en Portugal al norte de Lisboa, con una amiga, viajando de todas maneras (era genial haciendo dedo allí...todavía no hablaba español pero cualquier Portugués que conocimos hablaba francés, alemán o neérlandés porque él o un familiar había vivido en Bélgica, Francia o Suiza, y todos eran muy amables con nosotras), Considero que este viaje me dió el gusanillo que tengo de ver sitios, de conocer culturas, de probar la gastronomía local, de hablar con los lugareños... y por esta razón el norte de Portugal siempre será especial para mi.
ResponderEliminarComo te dije en la parte I tomo muy buena nota de todo porque si ya teniamos ganas de ir , tu nos has puesto los dientes aun más largos, ese ambiente de Portugal a mi me seduce y me encanta..Un besazo
ResponderEliminarHe leído ahora las dos partes y me encanta que des detalles tan importantes como los precios de las tasas de peaje de las autopistas, los lugares de interés, y reseñas de restaurantes, y hasta precios de las comidas. Es una información que viene muy bien para viajes futuros. Yo de Portugal sólo conozco Lisboa y El Algarve...pero mucho de lo que cuentas me recuerda, sobretodo a mi viaje a Lisboa, así como la cerveza Sagres que fue uno de nuestros mayores descubrimientos,je,je. Espero que estéis disfrutando de vuestra ruta andaluza también, y ya nos contaréis.
ResponderEliminarMe ha encantado! Tengo muchas ganas de volver a Portugal... sólo conozco Lisboay poco más... pero este post me lo guardo como oro en paño.... gracias!
ResponderEliminarAyyy qué recuerdos, ahora más! Ha sido como volver a mis vacaciones del año pasado, he reconocido los mismos rincones, las mismas calles... Yo quedé encantadísima con Oporto, y Guimaraes también me encantó. Se ve que el Café Majestic hace su agosto en verano, nunca mejor dicho, pero no os preocupéis que nosotros nunca entramos, y eso que pasábamos por la puerta cada día. Es que los precios eran una pasada, pudiendo tomar cafés igual de ricos mucho más baratos en cualquier otra parte.
ResponderEliminarUn viaje precioso!
Un abrazo
Que reportaje tan estupendo, las fotos espectaculares, la comida, me acaba de volver a dar hambre con tanto manjar. Si voy a Portugal no veo tanto como nos habeis enseñado.
ResponderEliminarHe disfrutado desde el sillón tanto como vosotros y sin pasar calor
Enhorabuena y a seguir disfrutando
Un saludo
Conozco bien el norte de Portugal. Por motivos profesionales lo visité a menudo durante 15 años hasta el 2003. Y he vuelto en varias ocasiones. Al principio conocí un Portugal muy bello y aún despertando de un largo sueño. Y barato pagando con escudos. Aunque el adjetivo está desacreditado me ha resultado siempre un país entrañable. Muy hermoso, agradable y bien educado.
ResponderEliminarBuen reportaje aunque un poco desde la óptica guiri. Portugal merece más viajeros que turistas. Algunas fotos de comida son bastante cuarteleras. Las habas (!) los rojoes, las francesinhas, los feijöes, el pulpo (!)... dan una cierta imagen de rancho, en exceso tabernaria. Aunque frecuenté niveles todos, quizá tuve más suerte. Salvo excepciones, claro.
También del todo recomendable el Portugal rústico de pueblos y aldeas. Y es un glorioso almacén de arte. Hay que frecuentarlo y disfrutar de él.
De nuevo gracias por vuestras excelentes y suculentas misceláneas en las que todo se aprovecha. Un abrazo
C.C.
De nuevo gastrotaveler Calabajio. Gracias por compartir.
ResponderEliminarLo prometido es deuda, como volverás, seguro, un par de recomendaciones de esas que se agradecen, ahí van:
En la Serra da Estrela hay una delicia de pueblo llamado Linhares da Beira, es PRECIOSO!!! hay un restaurante (para mi de los mejores de Portugal, aunque eso es muy subjetivo) que se llama Cova da Loba http://www.covadaloba.com/ también tienes un hoitel (el único) de la cadena Inatel (Inatel Linhares) las tres "B" en mayusculas, en el pueblo hay también casas de huespedes.
Leí en tu anterior relato que habias estado en Viseu, otro buen restaurante ahí es el Muralha da Sé http://www.muralhadase.pt/ aún recuerdo unas morcillas al Oporto que quitaban el hipo. Cerca de Viseu hay un poblado medieval recuperado, llamado Povoa Dao, un lugar idilico con casas adaptadas, con todos los servicios, cuenta también con restaurante, pero hay mejores opciones por la zona, el lugar es para quedarse a vivir allí. Cerca, otro buen restaurante el Zé Petaco http://www.restaurantezepataco.com/ un arroz con pato impresionante y uno de los mejores cabritos al horno que he probado en mi vida. Toma nota, te gustará seguro.
Gracias de nuevo por tus relatos, Portugal es otro de nuestros países fetiches, que visitamos una vez al año, desde hace muchos,muchos, muchos...
Salud
ESTOY ASOMBRADO DE LO BIEN QUE VIVEN ALGUNOS. ESTOS DIAS QUIERO IR A BRAGA, PERO DE CAMPING, ESTIRANDO EL PRESUPUESTO. EL GRAN REPORTAJE QUE PUBLICAIS ME INVITA A IR SIN PRISAS.
ResponderEliminarEstoy preparando mi viaje a Oporto para dentro de unos días y he encontardo tu blog. Me ha encantado y me ha sevido de mucha ayuda. Muchas gracias por compartir tu experiencia ;-)
ResponderEliminarHemos estado alojados en la Quinta Dom José Turismo Rural 10 km del Bom Jesus en Braga, donde pasamos una tarde agradable en la piscina y luego visitamos el Bom Jesus.
ResponderEliminarSugerencia para visitar en Bom Jesus: lago, iglesia, jardines, escalera, o simplemente disfrutar del paisaje.
Agradable para visitar por la tarde para mirar el atardecer sobre la ciudad!
Visite la región verde de Minho, en norte de Portugal y encontrará el famoso Vino Verde típico de la región, variedades típicas como Albariño y Loureiro dan muchos buenos vinos blancos para disfrutar durante el verano.
ResponderEliminarSaludos desde la
Quinta Dom José Turismo Rural en Braga