Potaje de Semana Santa con albóndigas de bacalao, receta familiar

Por fin llegó la Semana Santa. Esta semana no sólo se caracteriza por las vacaciones escolares, el descanso y las procesiones, si no también por la tradición en su mesa. Veréis, hace poco charlando con Iscariote de eladerezo.com, llegamos a la conclusión que platos que literalmente odiábamos los dos de críos, ahora por ellos sentimos auténtica devoción, y si se trata de cuchareo muchísimo más. Todo surgió a colación de éste plato y de su receta familiar, y también de una charla que tuvimos con nuestro amigo Alfredo, un gran seguidor de nuestro blog que nos dijo que cómo era posible que no tuviéramos una receta del potaje de Semana Santa.


Pues nosotros también lo hacemos y por supuesto vamos mucho más allá de penitencias y de creencias porque para nosotros este plato no significa para nada abstinencia, este plato es todo un lujo gastronómico del que disfrutamos muchísimo cada vez que se acercan estas fechas, aunque si os somos sinceros, no sólo lo comemos ahora, lo comemos varias veces durante el año sobre todo en casa de mis padres, que es justo de dónde os traemos esta exquisita versión familiar del potaje de Semana Santa. Una receta que proviene de mi abuela materna y que os invitamos a todos a probar. ¿Nos acompañáis en su elaboración?.



Muchos opinaréis como nosotros ¡qué lujazo de plato éste del potaje de Semana Santa!. Es que es cierto, el plato está riquísimo, además es fácil y completo dónde los haya. Ya sabréis que se compone de una mezcla muy sustanciosa de legumbre, verduras y bacalao, aunque se le pueden echar huevos cocidos y otras verduras, incluso el arroz. Y hablando un poco de historia, el potaje, que probablemente se adaptara de la palabra pot-au-feu francesa, aunque su potaje sea un puchero que más se parece a nuestros cocidos, en definición es muy parecido ya que viene a significar 'mezcla de cosas heterogéneas', y ambos lo son. Quizás todos estos nombres se hayan atribuido a estos platos de una forma popular, y las denominaciones se hayan confundido siempre y cuando la palabra potaje provenga realmente del francés.

Y os contamos brevemente, dicen que los potajes de cuaresma nacieron en la edad media en la época en la que el bacalao empezó a conservarse en salazón, pero no se sabe a ciencia cierta de dónde surgiría el plato moderno, si de las cocinas monacales o sencillamente de la cocina popular. Es más, dependiendo de las zonas podría existir una mezcla de ingredientes diferentes, encontrando potajes hechos con pescados distintos, por ejemplo arenques, abadejos o congrios, o mezclados con verduras también diferentes como berzas, cardillos, habas, judías verdes, acelgas etc. También podría haber contenido cualquier tipo de legumbre, y por supuesto de tubérculos. Además, se tomaría durante todo el año ya que era (y es) una comida de origen muy humilde, y a la olla iría todo tipo de viandas.



Otra cosa es que dentro del acerbo popular, los fieles católicos inmersos en el rigor cuaresmal agudizaran su ingenio y establecieran un plato afín a sus creencias y tal como hoy lo conocemos. Lo que está claro es que desde entonces es un plato recurrente en estas fechas por su carácter restrictivo ya que encaja a la perfección en la abstinencia en el consumo de carnes en una penitencia religiosa.

En resumen, nos atreveríamos a decir que el potaje de cuaresma es uno de los platos más realizados por los españoles en estas fechas de toda nuestra gastronomía. Es muy tradicional tomarlo el Viernes Santo, y no hay restaurante o casa que no lo prepare al menos una vez durante estos días. El plato posee un alto valor biológico, lleno de nutrientes y con abundancia en vitaminas y sales minerales y es desde luego una delicia para el paladar.

Por último, citaros como acompañantes o alternativas a este plato y en estas fechas, una cantidad importante de recetas a tener muy en cuenta. Aparte de las exquisitas torrijas que de paso os ponemos nuestra receta, están las famosas patatas viudas hechas de varias formas dependiendo de las zonas; o los guisos de setas de primavera, o el riquísimo mojete de Viernes Santo. También los innumerables preparados con guisantes, habas o alcachofas con huevos o bacalao, los garbanzos con acelgas, las calderetas en las costas o en Cataluña su caldillo de congrio, su xató y por supuesto su mona de pascua, típica de todo el levante y otras provincias españolas. Todas estas preparaciones son exquisiteces a tener muy en cuenta y que compiten por hacerse un hueco entre los hogares de toda España.



Pues vamos ya con la preparación para 4 personas, 350gr de bacalao en salazón (lo ideal para este plato son las migas de bacalao), 175gr de espinacas frescas, 4 puñados de garbanzos de calidad, 2 puñados de alubias blancas (utilizamos alubia del Barco de Ávila), 1/2 cebolleta, 1 puerro hermoso, 1 cabeza de ajos (1 diente para las albóndigas de bacalao), 1 hoja de laurel, 1 cucharada sopera de pimentón dulce de la Vera, 4 huevos (1 para las albóndigas de bacalao), 2 ramitas de perejil, un trozo de pan, 1 vaso de leche, 1/2 cucharada de harina (no sale en la foto), agua, AOVE y sal.



Después de tener el bacalao en remojo 36 horas con 3-4 cambios de agua (porque nosotros usamos lomos), y las alubias y garbanzos 8 horas en recipiente aparte y sin nada de sal (si echáis al potaje sólo garbanzos podéis echarlos en el último cambio de agua del bacalao), pondremos en agua limpia la legumbre, junto con la hoja de laurel, la cabeza de ajos menos 1 diente, la parte blanca del puerro, y en mi casa se ha puesto siempre un trozo 'feo' del bacalao para aromatizarlos desde el principio. Vamos hacer un puchero clarucho sólo con estos ingredientes y ya os avisamos que para hacer este plato al chup-chup, hay que madrugar.



La cantidad de agua será de dos dedos por encima de la legumbre durante 4 horas a fuego lento y con tapa y sin asustar la legumbre en ningún momento, ya que el garbanzo sufre mucho. Por supuesto, desespumar.


Como tenemos por delante mucho tiempo libre, vamos a poner a cocer los huevos en un cazo u olla pequeña durante 9 minutos en agua con sal (echándolos en el agua cuando ésta hierva). Los tuvimos menos de lo habitual porque no quisimos que la yema del huevo se sobrecociera posteriormente en el potaje.


También podemos ir haciendo las albóndigas de bacalao, aunque éstas se queden frías, no importa. Para ello cogeremos los lomos ya desalados e hidratados, 1 diente de ajo, el perejil, un huevo y un panecillo el cuál remojaremos previamente en leche.


Desmigamos el bacalao con las manos, es muy sencillo, pero para los que no lo hayáis hecho nunca os contamos que se trata sólo de arrancar la carne de la piel y las espinas, y las espinas que quitéis debéis de sacarlas como agujas, es decir, cuando detectéis una cualquiera atravesar la misma por su propia carne hacia fuera, y la elimináis, de verdad que es muy sencillo. Nos llevó sólo 10 minutos.


Las espinas grandes y las pieles ¡NO SE TIRAN!. Las dejáis en una cazuela aparte para cocer con agua durante más o menos el mismo tiempo que el potaje. Este agua va a ser la verdadera sustancia del guiso, así que cuidado con saltaros este paso. Daros cuenta que el potaje no cuece desde el principio con todo el bacalao, ya que las albóndigas de bacalao las meteremos en la cazuela en los últimos cuarenta minutos.


Una vez puestas a cocer las espinas, iremos haciendo el preparado para las albóndigas, picando el ajo y el perejil, batiendo el huevo aparte, y añadiendo el bacalao y el pan bien escurrido una vez éste haya calado bien en la leche (si no cala desmenuzar). No echéis nada de sal.


Una vez triturado muy bien con el tenedor...


...iremos haciendo bolas de bacalao con la ayuda de 2 cucharas, aunque si queréis podéis hacerlas con la mano y emborrizarlas en harina. De todas formas creemos que quedan mejor de esta forma.


Poco a poco las vamos friendo en un dedo de aceite de oliva. Si están bien apretadas no se esparramarán apenas, aunque con el huevo, quedan bien sujetas.


Conforme vayamos haciéndolas las iremos colocando sobre papel absorbente. A nosotros nos salieron unas 15 albóndigas, ideal para 4 personas, calcular que lo correcto sería 4 albóndigas per cápita.


En un dedo de aceite sobrante de las albóndigas, pocharemos la cebolla bien picada, añadiremos la harina y reservaremos.


Pasadas las 4 horas de cocción, probaremos la legumbre. Si no está aún tierna cocer un rato más y si ya está tierna sacaremos con cuidado el puerro, los ajos y la tajada de bacalao, echaremos esta última en la cazuela de las pieles y espinas, y a seguir cociendo. El puerro y los ajos, sin sus pieles, los echaremos en el vaso de la batidora, junto con una yema de uno de los huevos que ya hemos cocido. También se le puede echar un poco de pan frito, en se caso habría que obviar la harina que hemos añadido junto a la cebolla.


Batiremos a conciencia con ayuda de algo de caldo del potaje, y lo echaremos al mismo junto con las pelotillas de bacalao y el agua de cocción (colada) de las espinas y pieles.


Seguimos cociendo y vamos cortando en cuartos los huevos reservándolos en un plato. El huevo es quizás el ingrediente más delicado del guiso, bueno, y la propia legumbre por supuesto. Éste se desmorona dentro del potaje si lo meneamos mucho o lo colocamos a mitad de cocción, además si estos están sobrecocidos mucho más aún. También hay que tener en cuenta, que si decidimos congelar parte, el huevo pierde su textura convirtiéndose en algo incomible. Así mucha atención con este ingrediente.


Una vez hayan cocido un poco las albóndigas, unos 20 minutos, probaremos de sal. Es la parte crucial del guiso, aquí comprobaremos si hemos sabido desalar bien el bacalao, pero ya os decimos que si habéis seguido todos los pasos, probablemente esté hasta soso. Si hubiera quedado salado, hay una técnica popular que muchos dicen que surte efecto y es meter en el potaje dos patatas enteras y arriba y cuando se cuezan las sacáis. Nunca lo hemos probado, pero mucha gente dice que da resultado.

Bueno, echaremos las espinacas bien limpias tal cuál, y dejaremos que se consuman en lo alto de la olla con meneos para que se vayan hundiendo. No metáis la paleta porque os cargaréis toda la legumbre.


Por último los huevos, y también el refrito de cebolla, harina y pimentón, teniendo cuidado que el pimentón no se os queme en la sartén. Refrescar la sartén con algo de caldo de cocción para evitarlo.


Lo tuvimos cociendo 20 minutos más, y listo. Lo dejamos reposar cerca de 1 hora y servimos, el potaje transcurrido este tiempo está aún más bueno.


Antes lo servimos en una sopera de mi familia, clásica dónde las haya pero para nosotros preciosa.


Salud.

28 comentarios:

  1. Que pedazo de plato! De lujo no, de Estrella Michelin!! Bravo!!

    ResponderEliminar
  2. Me encantan estos potajes, en especial el de garbanzos y espinacas. Ahora, si le ponemos el bacalao y las fabes.... en fin no tengo palabras.
    Sobre el desalado del bacalao, porque pones "36 horas... porque yo utilizo lomos"? depende de la pieza?. Perdona por la ignoracia, en cas de mis padres no tomabamos bacalao porque a mi madre no le gustaba :-( y yo pensaba que tampoco, hasta que lo probé :-).

    Saludos y gracias

    ResponderEliminar
  3. Carlos, hoy nos has preparado un plato contundente. Me encanta. Es un plato tradicional, que curiosamente se ha mantenido en casi todas las casas.
    En mi casa hacemos el potaje de garbanzos que publiqué el año pasado y que, aunque es parecido a éste, al no llevar bacalao, resulta más sosito.Pero en mi casa el bacalao es todo un problema....
    Así y todo yo no perdono, el día de Viernes Santo pongo bacalao, por la cosa de que nadie replica, a los que no les gusta no se lo comen y punto, pero es un día "con derecho" a poner una buena receta de bacalao.Y por supuesto un potaje de garbanzos.
    No he probado nunca la mezcla de judias y garbanzos, pero te ha quedado tan apetecible, que cualquier día de estos lo pruebo. Además el otro día encontré unas alubias de Barco de Avila en Málaga estupendas. Y poner el bacalao en albóndigas es una idea curiosa también.
    Siempre aprendemos contigo, hasta en los platos más tradicionales.
    Un saludo, Begoña

    ResponderEliminar
  4. Madre mía , tu receta es una maravilla y me evoca el potaje con albóndigas de bacalao que preparaba mi tía, sus guisos y sus croquetas con las sobras de cocido las mejores del mundo...Pero las torrijas eran mucho mejor las de mi madre...(Eran oriundas de un pueblecito en los montes de Toledo).

    Saludos y que disfrutéis de los días libres
    irene

    ResponderEliminar
  5. Soy una más que no podía con este tipo de potajes de pequeña, y lo que disfruto ahora.
    Enhorabuena por vuestro plato de hoy, una joya!

    ResponderEliminar
  6. A mi tampoco me gustaban estos platos de niña, y ahora me parecen un lujo! Yo lo hago muy parecido, con algunas variaciones; pan frito remojado con un poco de vinagre en vez de harina, alguna ñora que le gusta a mi Pedro...Lo que nunca he hecho y me parece una buenísima idea es lo de cocer las pieles y espinas del bacalao aparte. En fin, que ya estoy deseando hacerlo!
    Un besico.

    ResponderEliminar
  7. Sabes que pienso probarlo ¿verdad? Me cautivan tus platos de cuchara, no sé que tienen que me hipnotizan. Eso si, las albóndigas de bacalao también las voy a comer solas, tienen que estar de lujo.

    Besos.

    ResponderEliminar
  8. Carlos Noceda: bueno, sí, cuanto más gruesa más tiempo, y es para asegurarnos que el bacalao está totalmente desalado. Para unas migas de bacalao, que para este caso es una excelente opción, con 8 horas es suficiente.

    Gracias a todos por vuestros comentarios.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  9. ¡ Qué mal llevo yo no tener mi rato mañanero para venir a esta cocina....!
    Bueno, me alegra saber que no soy la única que no podía con estos platos y ahora los adora.
    Hemos coincidido con el bacalao pero vamos, de todas todas me quedo con tu potaje.¡ Qué hermosura !
    Un abrazo,
    María José.

    ResponderEliminar
  10. Ola, ole, este me lo cojo para uno de estos días de ayuino carnívoro.
    Yo debía ser de esos niños raritos que preferían siempre el pescado y las veduras a la carne, ya ves niña rebelde ;)
    Las fotos me encanta, siempreeeee.
    Besos, Pam.

    ResponderEliminar
  11. Manda narices las vueltas que da la vida, seguramente, no, lo confirmo, con lo buenísimos que tenían que estar los potajes que nos hacían nuestras madres hace unos años, nosotros ahora "copiamos" sus recetas añorando aquellos recuerdos...

    Cuantos platos, y que buenos, nos habremos perdido por negarnos a tomarlos Carlos!!!

    Al igual que Silvia, soy de la opinión que esas albóndigas de Bacalao se merecen una receta para ellas solas ¿Aceptas el reto?

    Mientras me secaré la baba viendo este gran paso a paso que nos has dejado.

    Insuperable tu potaje...

    Un saludo

    ResponderEliminar
  12. A mi de niña tampoco me gustaban los potajes y ahora me encantan. Este plato es genial con esas albóndigas de bacalao me han encantado.

    Bicos

    ResponderEliminar
  13. Dios mío, ¡esta receta es inmoral! Recién encuentro tu blog y te felicito. Está espectacular. A ver que me pongo a preparar el potaje...

    ResponderEliminar
  14. Dios mío, ¡esta receta es inmoral! Recién encuentro tu blog y te felicito. Está espectacular. A ver que me pongo a preparar el potaje...

    ResponderEliminar
  15. Los potajes me encantan y viendo como nos lo presentas estoy tentada de prepararlo.
    Saludos

    ResponderEliminar
  16. Que lujo!!Una maravilla de potaje.Un paso a paso soberbio.Como siempre mi admiración.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  17. Con lujos como estos ¡¡que viva la abstinencia¡¡¡. Mi madre tambien hacia los "boladillos" de bacalao con pan, decia que sabian mejor que con harina.
    Saludos semansantaeros desde Almeria.

    ResponderEliminar
  18. Y yo sin cuchara!!!!!

    Menudo plato más contundente... tiene que estar de lujo Carlos... Los ingredientes me privan todos así que.....

    Un besote gordo y feliz semana santa a todo el mercado!!!

    Laura.

    ResponderEliminar
  19. Madre mía, Carlos, este plato es absolutamente pecaminoso! :-))Tienes un don para los guisos y tus fotos hacen que los traslades hasta nosotros como si pudiéramos meter cuchara.

    No quisiera ser la nota discordante :-), pero a mi me encantaban los potajes que nos hacía mi madre. Aún ahora le pido que me haga sus garbanzos con espinacas porque tengo la triste sensación que no consigo hacerlos tan ricos como ella. :-) Eso sí, ella lo hacía sin judías ni bacalao, pero me parece una combinación acertadísima.

    Que tengáis una buena Semana Santa, yo tengo invitados y no podré andar por aquí con la misma asiduidad, así que, un beso enorme a los dos, y nos vemos la semana que viene. ;-)

    ResponderEliminar
  20. Hola Carlos.
    El potaje chapó, las fotos geniales, y tu paciencia en el paso a paso de lo mejor.
    Un abrazo.
    Margot

    ResponderEliminar
  21. Me gusta a rabiar este plato aunque durante mucho tiempo dejé de comerlo por esas espinacas a las que un dia aborrecí, pero como no estaba dispuesta a prescindir de tan suculento potaje sencillamente cambié las espinacas o bien por unos grelos o en su defecto, la parte verde de unas acelgas.

    Ya se que no es lo mismo, pero ttambién queda muy rico.

    ResponderEliminar
  22. Pues una versión parecida a este potaje es el que se hace por mi tierra -Murcia- todo el año, y en Semana Santa es costumbre añadirle albóndigas de bacalao. La versión que yo hago, hay otras muchas, lleva tambien alubias y garbanzos y muchas verduras:patata, calabaza, judías verdes, berenjena, alcancil, pimiento rojo,zanahoria, acelgas o espinacas y hay quien añade una pera. Después de la cocción se añade un majado de ajos secos, almendras, cominos y huevo duro y a reposar.No precisa ni pan ni harina porque el almidón de la patata y las legumbres engorda el guiso.Es una maravilla

    ResponderEliminar
  23. Cecilia Maquilón Tobal: muchas gracias por enseñarnos esta grandísima receta de potaje, qué grande es esta preparación ¿verdad?, la tuya repleta de verduritas, a nosotros por la pera que comentas nos ha recordado a a Olla gitana murciana, nosotros la hicimos hace tiempo, igual te refieres a esta receta. Difiere, pero se parece.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  24. Carlos he leído tu receta de la olla gitana y tienes razón, se parece mucho a lo que yo hago, con sofrito y todo, la verdad es que no sabría decirte, me da la impresión de que he hecho un "potaje" con las recetas...en mi casa siempre se hizo así, yo tenía entendido que la olla gitana llevaba hierbabuena y no se le ponían acelgas,...en fin me alegro de aprender tanto con todos vosotros los blogueros culinarios, que sois una maravilla, como todas vuestras preparaciones.
    Gracias por responder a mi comentario y hasta el próximo.

    ResponderEliminar
  25. Ese es el que hace mi madre y hacia mi abuela.... qué rico está!!!!

    ResponderEliminar
  26. PERO QUE PINTA TIENE TU PATAJE ME LO APUNTO PARA MAÑANA!!! YA TE CONTARÉ NUNCA LO HE ECHO CON ALBONDIGAS PERO MAÑANA ME ANIMO SALUDITOS!!!

    ResponderEliminar
  27. Es la segunda Semana Santa que lo hago y queda maravilloso. Muchísimas gracias. ¡Hago muchas recetas vuestras y me encantais!!!

    ResponderEliminar

**** A T E N C I O N     S I    D E J A S    U N    C O M E N T A R I O ****

Muchas gracias por dejar un comentario. Puedes preguntar lo que desees y en el menor tiempo posible te daremos una respuesta.

Para evitar comentarios spam y de publicidad no consentida hemos activado un período de forma indefinida en el que los comentarios estarán pendientes de moderación.

Mercado Calabajío se reserva el derecho de publicación de comentarios que contengan nombres de comercios, tiendas, publicidad o cualquier sospecha de indexación en los buscadores. .

También puedes mandarnos un correo a por la sección de 'Contactar' del blog y te contestaremos lo más rápido posible.

También puedes contestar cada post desde las plataformas de facebook o twitter accediendo desde los iconos superiores del blog.

Toda la información referente al correo electrónico y nombre y apellidos del comentarista, está amparada por la Política de Privacidad de Blogger, propiedad de Google INC.



Perdonad las molestias.