5 claves para que las torrijas salgan perfectas.
El pan ideal para hacer una buena torrija es un pan de barra, un pan tradicional de calidad (tipo pistola). Lo ideal es que sea un pan de miga densa, no muy hueca, y corteza liviana, para que ésta recale a la par que la miga y no haya que dedicar más tiempo a que recale, ya que la miga se desharía. Por tanto, nada de pan de picos, colón, chapata o similar. Y mejor es que el pan se haya guardado previamente en una bolsa durante al menos un día, para que así pierda esa textura crujiente, coja elasticidad y no desmigue tanto.
2. El calado. Esta es la clave. La torrija debe de quedar muy empapada, da igual el líquido que utilicéis, tenemos que crear ese punto en boca un bocado cremoso. Por este motivo, os va a resultar un poco complicada de manejar tras el calado, luego en el huevo y luego en la sartén. Pero con este detalle tan importante conseguiremos que dentro quede similar a una leche frita, un interior que funde en la boca y que contrasta con la capa exterior que es más resistente y llena del sabor por la fritura.
Cada cocinero desde luego tiene su técnica, nosotros para calarlas las metemos en leche aromatizada y calentita (fuera del fuego), nada de leche demasiado atemperada, y vamos dándole vueltas un ratito con sumo cuidado hasta que calen bien (no escatimar en líquido). Luego las sacaremos con una espumadera y las dejaremos inclinadas sobre un plato hondo para que echen la leche sobrante. Luego las pasaremos por huevo (sin sal) y las freiremos en aceite muy caliente y el que uséis normalmente, puede ser aceite de oliva o girasol.
3. Dulzor. Otro punto importante, la torrija, nos guste o no, tiene que ser muy dulce, nada de quedarse cortos, y puede llevar el edulcorante que más os guste, pero lo normal es azúcar blanco normal, no rebusquéis demasiado. Mejor comerse una buena torrija con un sabor reconocible y tradicional que no esas torrijas con dulzores y colores extraños.
4. ¿Almíbar o no? Eso como gustéis, en mi casa nunca han llevado almíbar, y en casa de mi mujer sí. Esto mismo ocurre tanto en casas como obradores, y va en gustos. Tened en cuenta que el almíbar que lleva le aporta más dulzor extra, pero también más brillo y melosidad, a nosotros nos gusta usar algo de miel en el mismo.
5. Temperatura de consumo. Nada de tomarlas frías, a nosotros no nos gustan. Las torrijas tienen que comerse del tiempo, y aunque lleven leche y la gente pueda pensar que no es bueno que estén fuera, deben de estar atemperadas. Por supuesto tampoco comerlas calientes, algo tan dulce y caliente es muy pesado en boca. No obstante, si se hacen con antelación, se pueden guardar en nevera un máximo de 2-3 días, y sacarlas de la nevera siempre 3-4 horas antes.
Carlos Dube.
Puro vicio ❤️ me tengo a animar a hacer q siempre se las Robo a mi madre.
ResponderEliminarLeer ésto a estas horas....se me ha hecho la boca agua. Muchas gracias por los consejos, los tendré en cuenta.
ResponderEliminarYo siempre digo que mi versión de torrijas es de leche y vino..... leche infusionada tradicionalmente para el calado y luego las enmelo con una mezcla de miel y vino dulce (y si el vino dulce es de mi provincia de Cádiz, mejor que mejor).
ResponderEliminarEso sí, a veces no me queda más remedio que hacerla con pan brioche.... desventaja de vivir en Suiza y no querer experimentar con los panes que tienen por aquí. Que sí, están buenísimos; pero no son para torrijas.... jajaja
Este post me cae del cielo. Estoy ahora planeando cocinar unas torrijas a mi familia y tenia muchas dudas. Que alivio. Gracias.
ResponderEliminarSois una de mis mejores herramientas de cocina, ¡¡qué torrijas me han quedado!!
ResponderEliminarOzu qué Vichysoisse
Las recetas “tradicionales” fueron vanguardia alguna vez.
ResponderEliminarEl pan normal me vale, pero el pan tipo brioche da una cremosidad a años luz. Igual que mezclar nata con la leche.
El muy dulce para quien lo quiera, como todo lo muy quita matices y resta complejidad.
Hay que innovar, de hecho la canela no suele crecer mucho por estos lares:)))