¡Guisad la tortilla de patatas comercial!

A nosotros nunca nos ha gustado la tortilla comercial o industrial, sólo la hemos comprado para celebraciones multitudinarias en las que hay mucha gente y niños, la verdad es que no nos gusta jugárnosla. También la hemos comprado para algún picoteo informal en la playa o en el campo, siempre y cuando haga mucho calor. He tenido alguna experiencia muy desagradable con tortillas caseras en verano, y cualquier precaución es poca aunque se sacrifique ¿todo? Mucha distancia le queda aún a la tortilla comercial para parecerse a la casera, aunque esta primera vaya mejorando. El sabor es radicalmente diferente, y la textura como que no. Las sensaciones no son buenas porque es una preparación tan arraigada en nuestra sociedad que es lógico que se le exija lo máximo. Pero las tortillas comerciales ahí están, y son decenas de empresas las que las comercializan.


Hace algo más de un mes fue el cumpleaños de nuestro hijo Jorge, y entre otras cosas compramos unas tortillas comerciales de esas que llaman 'frescas'. Éramos más de 30 personas y no tuvimos más remedio que comprarlas. Pues bien, curiosamente no sobró tanto, y sólo nos trajimos de vuelta una tortilla y no sabíamos qué hacer con ella. Pues bien, decidimos guisarla para ver si era posible eliminar sabores y texturas artificiales y os preguntaréis, ¿el resultado? un acierto, un descubrimiento.

Por aquí dejamos constancia que el guiso clásico de tortilla de patatas le sienta de maravilla a la tortilla industrial, nos recordó un poco a aquel guiso de fabada comercial que mi madre suele hacer en casa, ambas preparaciones se mejoran muchísimo hasta tal punto que nadie sabría diferenciar una tortilla casera guisada de una comercial.

Esto es debido principalmente a dos motivos, el primero es que la textura de una tortilla casera se pierde al guisarse, es normal, se usa esta preparación como reaprovechamiento, y de este modo convertimos la tortilla en un bocado de nuevo jugoso y sabroso. Pues bien, con la comercial se consigue lo mismo, se pierde esa textura firme y cocida. Y segundo, la salsa aporta el sabor que le falta a la tortilla comercial, y es capaz de disimular totalmente ese regusto a envasado.


Si se la servís a alguien que esté habituado a prepararla en casa no sabrá que se trata de una tortilla comercial ¡os lo garantizamos! Probarla porque os va a encantar, es una sugerencia algo 'inquietante' pero funciona.


Los pasos para hacerla están en la receta de tortilla de patatas guisada.

Carlos Dube.

1 comentario:

  1. Este verano he probado las tortillas de la marca Palacios con cebolla...bastante aparente. Nada que ver con una tortilla casera, en el sentido que es mejor, pero da el pego y te saca de un apuro. Nunca hemos comido tortilla guisada, habrá que probarlo. Mil gracias y felicidades a Jorge!

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