Lola o Lolibel es una de las blogueras más conocidas de todo Almería y, desde hace ya unos cuantos años, tenemos la suerte de conocerla personalmente. Lleva un tiempo convaleciente por varias intervenciones quirúrgicas que se le han juntado en el tiempo y nos apetecía dedicarle un post para que se animara un poco ahora que parece que ya se conecta más. Teníamos ganas de preparar en casa la última receta publicada en su blog, así que es la que hemos escogido. La receta nos gustó por su color y porque el ajoblanco nos une mucho a Lola, ya sea el ajoblanco de Almería, que deberíais todos de probar, o el ajoblanco malagueño. Y ahora este ajoblanco con remolacha o  'ajorosa', como ella le llama, también.


Seguramente cuando vea el resultado va a decir ¿qué demonios es esto? Bueno, es cierto, el ajoblanco ha salido un poco clarucho. Y es que no quisimos pasarnos de remolacha en un inicio y al final nos hemos quedado cortos. No hay que preocuparse, tiene fácil solución para el que lo haga, se echa más y punto.


La diferencia con el ajoblanco malagueño es ese color rosado y ese toque dulzón que le aporta la remolacha, ya sabéis que el dulce (la fruta) aporta un contraste muy rico al ajoblanco. Con la cantidad que echamos, seamos realistas, apenas se percibe ese dulzor, aunque nos ha sorprendido lo que se suaviza el conjunto. Efectivamente hay que echar el doble de cantidad de remolacha de la que echamos nosotros, sin temer por el color, porque ese color rosa tirando a velvet intenso lo hace muy atractivo al comensal, sobre todo infantil. Es una forma original de captar nuevos paladares.

Ha coincidido que teníamos remolachas del pueblo y ya sabéis que la remolacha es un tubérculo que nos encanta.


Pues vamos a ello. Realizamos alguna modificación con respecto a la versión de Lola, a nosotros el ajoblanco nos gusta más líquido, así que las cantidades variaron en aras de su advertencia y así quedó menos espeso. Vamos a ello, para 4 personas, 500 ml de agua, 250 g de almendras peladas, 150g de aceite de oliva virgen extra, 100 g de pan de miga, 60 g de remolacha cruda (cantidad ya modificada), 1 diente de ajo, 30 ml de vinagre de Jerez y sal, al gusto. Tiempo de preparación 15 minutos.


Pesamos las almendras ya peladas, usamos la clásica marcona.


Desmigamos el pan y lo ponemos en el vaso de la batidora.


Añadimos el agua y dejamos en remojo el pan unos 10 minutos.


Echamos el ajo pelado (sin escurrir)...


Las almendras.


Batimos a toda potencia sin la remolacha.


Mientras la pelamos, ya sabéis, para no mancharnos en exceso usamos un guante de los que regalan en los supermercados para escoger la fruta. Nos lo ponemos en la mano que cogerá la remolacha mientras que con la otra pelamos la misma con cuidado.


Aquí lista.


Cogemos el trozo, no hagáis caso del peso, usad 60 g u 80 g.


Batimos de nuevo ya con la remolacha, salamos y lo ponemos al punto de vinagre, nuestra cantidad es orientativa. Una vez todo esté bien mezclado, bajaremos la potencia al mínimo y echaremos el aceite de oliva virgen extra al hilo hasta que todo se integre.


Aquí el ajoblanco de remolacha burbujeante.


Lo pondremos a enfriar en la nevera mínimo 4 horas. Nosotros lo dejamos de un día para otro y la textura y color cambiaron. Lo de la textura es obvio, enfría y espesa, pero el color.... Todo apunta a que el aire introducido en la mezcla en forma de burbujas le aportara a la vista un tono más oscuro, pero vamos, será eso y algo más, porque no es normal que se haya quedado de un tono rosa tan pastel.


Nosotros lo servimos para la foto con unas almendras laminadas y tostadas, a Jorge se lo servimos sin más diciéndole que era la crema favorita de Elly de Pocoyo, estas cosas suelen funcionar. Se le puede añadir aceite de oliva, trocitos de melón, manzana granny, uvas etc.


Bueno Lolilla, ¡ponte buena pronto! que ya es mucho tiempo sin verte al 100% y tenemos muchas ganas de ver a esa Lola incansable e hiperactiva que se apunta a un bombardeo. Tu blog necesita actualizaciones, parece que ya se te ve más en las redes sociales, para así enseñarnos cocina, ese puñado de cursos y presentaciones a los que vas y que sobre todo tienen que ver con tu tierra ¡Mucho ánimo!

Un beso muy grande y ya sabes que Mercado Calabajío es muy fan de tu cocina y persona.