Receta de ajoblanco con uvas, delicioso

Hola amigos. Hoy os presento la última receta veraniega que me quedaba pendiente por mostraros, se trata del clásico ajoblanco malagueño con uvas. La verdad es que hablando objetivamente, el plato es una de las mejores fórmulas veraniegas para esos días de calor horrible que sufrimos durante varios días a lo largo del verano. Lo que pasa es que para nosotros (y para muchos) es un plato más calórico que los genuinos gazpachos, sopas frías, porras o salmorejos habituales. Aunque sólo lo hacemos una o dos veces al año, siempre cuando la uva moscatel de Alejandría llegue a nuestra casa directamente de las parras de mi hermano, el plato nos encanta, y lo hemos hecho también con cubitos de melón en pleno verano (cuando aún no hay uva nacional) y la verdad es que también sale muy bueno. El caso es que el ajoblanco malagueño engancha.


Pues bien, toda esta pequeña tradición por el ajoblanco comenzó a finales del año 2002 cuando mi hermano empezó a traer por casa excedente de uva moscatel de Alejandría del pueblo. También, coincidió que a mi suegra era un plato que le encantaba y en una ocasión me dejó caer que si yo lo había hecho alguna vez. Por tanto, me puse a buscar algunas recetas en varios libros para contrastar y al final encontré la receta en un excepcional libro de gastronomía cuyo nombre ahora mismo no recuerdo pero era un libro excepcional. El caso es que lo hice al pie de la letra, y nos encantó, y desde entonces todos los años hacemos esta receta. Lo que es más curioso de todo esto, es que ninguna de nuestras familias lo hacen.


Pues al grano, este año todavía no la habíamos oficiado y pensamos en que qué mejor momento para hacerlo que a colación de la nueva compra de la batidora de vaso Philips que nos compramos hace apenas unas semanas. Vaya diferencia con el aparatito. Qué cremosa y qué bien sale, desde luego que estamos encantados. Os recomiendo una batidora de vaso potente de todo este tipo de cremas. Y un detalle se nos olvidaba, también fue Begoña propietaria del blog Las Recetas de Marichu y las mías, la que me hizo realmente recordar que este año aún no lo habíamos hecho :). Y ella y yo hacemos el ajoblanco muy pero que muy parecido.

Por si alguno está perdido y no lo sabe, el ajoblanco es una bebida clásica entre las clásicas, pero si buscas y rebuscas no hay mucho que contar. Existe desde hace varios siglos en nuestra cocina, e incluso es más antiguo que los gazpachos rojos sobre todo porque si uno piensa que la almendra es más antigua que el tomate dentro de la península, es fácil pensar que así fue. Se presupone que surge de la influencia árabe en Andalucía, aunque algunos apuntan y con razón a que ya lo tomaban los romanos por la introducción en España de la almendra por parte de los fenicios.

Es un plato muy humilde, y posee diferentes versiones según los lugares geográficos. Ahora, todo el mundo coincide es que es un plato muy típico en todo el sur, pero ya se toma en todos lados de España. Luego es curiosa la disputa por su procedencia, se la rifan Málaga, ahí queda la fiesta del ajoblanco de Almachar, y Sevilla, y como yo no he podido averiguar nada más al respecto, pues con esto nos quedamos. Lo que quiero que os quede claro es que el plato se inventó desde abajo, desde la necesidad, desde el pueblo. Hay que destacar el ajoblanco almeriense que es más espeso y fuerte y que se toma como si de paté se tratara,

Por último, yo os voy a recomendar que lo preparéis si nunca lo habéis probado porque os aseguro que el resultado es impactante sobre todo si se compra una buena almendra cruda y con garantías de que no esté pasada o rancia (ya sabréis que la temporada es ahora y acaba al comenzar el invierno). Y luego claro está, que respetéis las proporciones, el buen triturado y el servicio en frío. Allá vamos con él.

Los ingredientes a utilizar son muy básicos así que mejor prestar más atención a las cantidades que a los mismos. Para 4 personas (y sin que comamos mucho que luego uno se cansa) 200 gramos de almendras frescas (mirar fecha), crudas y bien peladas. 3/4 barra de pan rústica, de hogaza, candeal etc (con miga) asentada en bolsa de plástico (en sitios secos) durante 3 días, en sitios húmedos no hace falta bolsa. Luego sal y vinagre al gusto, a nosotros nos gusta ligeramente vinagrosa. Y por último, para 200gr de almendras, 3/4 de vaso de aceite de oliva virgen extra, 1 diente de ajo grande, agua fría (la suficiente para que quede una crema) y uvas u otra fruta a demanda (introducir en la porra justo en el momento de servir).


Es muy fácil. Colocar las almendras, la sal, el ajo en trocitos, el vinagre y el aceite en el fondo ya que esto es que lo que se tiene que triturar mejor. Podéis hacer lo que algunos hacen y es tostar parte de las almendras en algo de aceite, aunque luego quitéis las ligeramente quemadas. Yo creo que en el fondo es una buena idea porque ese sabor tostado que tiene la almendra es único pero ojo, a la hora de triturarlo yo creo que oscurecerá el plato, y ese color blanco inmaculado del mismo le hace sugerente y apetecible. Vosotros vereis.


Ahora echar el pan cortado con el cuchillo o con la mano, tanto como os quepa en el vaso. Si no tenéis vaso, echar aproximádamente 3/4 de una barra de pan de miga o candeal.


Echaremos ahora agua muy fría hasta la mitad y cerraremos. Luego ya tendemos tiempo de ir echando más si el plato lo necesita. Normalmente de lo que uno se queda corto es de eso, y de aceite, así que trabajar bien esos ingredientes y sus proporciones.


Este es el aspecto final, glorioso...


Una vez listo lo guardaremos en la nevera (debe de servirse muy frío) y justo antes de servir, le echaremos la guarnición o lo que vosotros queráis. Os aconsejo congelar los platos o tazones, el efecto es impactante. ¡Ah!, y en un momento dado podría valer cualquier fruta carnosa y jugosa pero sin mucho zumo, porque si optáramos por excentricidades tales como sandía, kiwis, chirimoyas, ciruelas etc podríamos guarrear el plato.


¡Ah! aguanta muy bien en la nevera durante 4 ó 5 días. Lo bueno de estas trituradoras tan potentes, es que aunque el preparado lleve mucho tiempo reposado, cuando lo queramos probar después de varios días, no hace falta volver a batir porque apenas se ha decantado.

Puede congelar.

Salud.

11 comentarios:

  1. Lo primero : Qué viva Málaga y sus mujeres y el Ajoblanco y el Moscatel !!!!!!
    Lo segundo : qué si, que me compro la batidora de vaso, que ya "veo" que merece la pena. Ayer se me rompió la batidora de mano y tenía una de repuesto, de nuestro amigo el finlandés, de esas sin cable. Y la verdad que no es lo mismo, no tiene potencia. Y ya que tengo que ir a comprar.....mato dos pájaros de un tiro.
    Un saludo, Begoña

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  2. Hola Begoña, te lo recomiendo de todas todas. Otra cosa es que te moleste mucho lavar esta grande pero maravillosa jarra cada vez que la uses, en vez de un vaso clásico de batidora. Un saludo.

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    1. Para lavar el vaso fácilmente, después de usarla llenar una cuarta parte de agua y echar un chorrito de lavavajillas, hacerla funcionar unos segundos y enjuagar. Facilita mucho la limpieza

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  3. Estupenda receta que tengo que confesar nunca he probado. No se suele consumir aqui arriba en Galicia, pero prometo hacerlo y opinar con conocimiento de causa.
    Un saludo

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  4. Estoy de suerte!!!!
    hay un par de recetas que no sabía como hacerlas , el otro día Begoña me facilitó una y tu muy generosamente me facilitas otra.
    Pensaba que era más complicada y veo que es la sencillez pura.
    Tengo unos almendros que ya es hora de que vaya a recoger su fruto, aunque haga un frío de mil demonios probaré esa delicia con almendras nuevas.
    Gracias Carlos, por alegrarme el día.
    Besos

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  5. Pilar: Pues te lo recomiendo que lo pruebes sin duda. ¡Gracias por escribir Pilar!

    Dolorss: Begoña y yo lo hacemos prácticamnente igual, a mí me gustó mucho comprobarlo. Como las proporciones son a gusto, pues ambas son perfectamente válidas porque yo creo que es en lo único en que se diferencian.

    Un saludo.

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  6. ¡Que buena pinta!, con taquitos de melón tiene que estar...
    Nunca lo he probado pero el aspecto me recuerda a un gazpacho/salmorejo de coco que probé en Córdoba. :-)
    Buenísimo!

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  7. Probar a batir los ingredientes sin echar agua e ir añadiéndo el agua después de batir los ingredientes. Al batir bastante bien los ingredientes sin agua se trabaja mejor la mezcla y queda más batida y untuosa.

    En el caso de gazpacho yo comienzo a batir primero todos los ingredientes menos el tomate, después voy añadiendo el tomate y se va aguando la mezcla y termino añadiendo el agua necesaria para el punto final.

    Para Carlos Dube: cuando termines de usar la batidora de vaso echa un vaso de agua y un chorreón de lavavajillas y ponla a batir unos 10/15 segundos, después sólo te queda fregar un poco los bordes del vaso y aclarar. En un minuto tienes limpio el vaso.

    Saludos.

    Chamby

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  8. Chamby, gracias por tus consejos. Tomaremos nota porque son interesantes. Estos comentarios tan didácticos nos encantan. Un saludo y mil gracias.

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  9. Esta receta tambien es muy tipica de cordoba donde se come con manzana y se le añade mas aceite y de granada donde de elebora con harina de haba en lugar de almendras y el resultado también es espectacular

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