La Semana Santa ha tocado su fin. Nosotros seguimos disfrutando de unos días de descanso, pero es evidente que el ambiente de estos días festivos se ha desvanecido. Atrás quedan viajes, recuerdos y seguro que excelentes momentos, como los que pasamos en Sevilla hace ya unos años y que hoy nos reúnen aquí. Allí probamos la que para muchos es una de las tapas emblemáticas de la ciudad, las espinacas con garbanzos. Recuerdo que nos encantó descubrir una tapa vegetal que fuera tan sabrosa y agradable, y que además estuviera tan arraigada en la zona. Eso sí, recordamos que la tapa que pedimos nos supo mucho a especias, en concreto a clavo, y en esta ocasión decidimos emularla sin tanto sabor añadido. Al final, la preparamos menos especiada y nos encantó, y aunque es cierto que al final hubo algún que otro pequeño error, como el uso de un garbanzo demasiado tierno para removerlos con las espinacas, el plato es una exquisitez ideal para preparar durante todo el año.


Existen pequeñas variaciones a la hora de prepararlo, pero más o menos todas las recetas son lo mismo. Hay gente que cuece las espinacas con los garbanzos, también hay quien utiliza garbanzos en conserva o quien añade, además de especias, algo de salsa de tomate. También hay quién utiliza pimentón agripicante en vez de pimentón y/o un poco de cayena. A nosotros nos gusta que queden jugosos y no secos como hemos visto en algunos sitios. Por otro lado rehogamos un mínimo los garbanzos, creemos que el garbanzo rehogado adquiere matices soberbios y aporta más sabor al conjunto, mucha gente no lo hace y creo que es un acierto. En fin, que hay muchas formas de hacerlos, ésta creemos que os va a encantar.


Ingredientes para 2 personas, 125 g de garbanzos (nosotros echamos 200 g y salieron demasiados), 500 g de espinacas frescas, 1 cucharadita de cominos, 1 cucharadita de pimentón dulce, 1 clavo, 2 dientes de ajo, 1 trozo de pan, 1/2 cucharadita de cayena, aceite de oliva virgen extra, vinagre de Jerez y sal. Más pimentón dulce para decorar.


La noche anterior pondremos los garbanzos en remojo, estos son La Fuensantica de Murcia, no hemos visto cosa más tierna en garbanzos de este calibre. Pese a estar muy buenos y seguir comprándolos cuando vamos por Alicante, preferimos otros más menudos y con un punto más de sabor como los de Godín Fernández.


Los pondremos a cocer en olla rápida 10 minutos con agua y una pizca de sal. Mucha gente le añade al caldo una zanahoria, cebolla, laurel y ajos. A vuestro criterio.


Mientras, freímos a fuego suave el pan y los ajos, con o sin piel, en 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra. Sólo usaremos un trozo de pan de estos dos que veis.


Aquí los garbanzos cocidos. Los sacamos y reservamos.



En el caldo de los garbanzos pondremos las espinacas lavadas y dejaremos cocer 10 minutos sin cerrar la olla, no más.


Aquí el pan tostado y los ajos. Con una rebanada de estas dos vale, la otra la usamos en otra preparación.


Lo majaremos con sal, los cominos y el clavo.


Cuando esté majado lo mojaremos con caldo de cocción de los garbanzos y espinacas y el vinagre para rebañar. Reservaremos.


Ponemos los garbanzos escurridos a tostar con el aceite del pan. Como soltarán aún líquido, a fuego fuerte iremos evaporándolo y tostando la legumbre.


Mágico olor, será el momento de echar media cucharada de pimentón y remover.


Cuando ya hayan tostado, añadiremos las espinacas escurridas.


El majao y la otra mitad de pimentón y la cayena.


Aquí removiendo, cuando la mezcla se seque, echaremos algo de caldo de cocción.



Listo, espolvoreamos con una pizca más de pimentón y a comer. Veréis que la proporción de garbanzos es grande, por eso hemos puesto las medidas corregidas en los ingredientes.


Listo.


Salud y feliz semana.