Hola a todos, el Sábado hicimos para comer una rica musaka, musaca o moussaka. La hemos hecho mi novia y yo como si de una pieza de artesanía se tratara, porque hemos tardado más de hora y media en prepararla y con una sincronización muy buena.



Ya teníamos ganas de hacerla nosotros mismos, y de disfrutarla claro está, y qué mejores fechas que estas navidades que además la damos a probar a más comensales. La receta la basamos en varias musakas encontradas en Internet, aunque la hicimos de forma fácil, es decir, no nos complicamos la vida friendo un tomate frito o haciendo un puré casero de patatas, el tomate lo utilizamos de bote (un estupendo tomate frito en aceite de oliva de Hacendado y un socorrido puré de patatas Maggi) y menos mal porque a acabar la comida el friegaplatos se estropeó.

Bueno pues pese a llegar casi sin hambre a este plato, resultó ser una exquisitez tan grande y tan sencilla que la hemos anotado para los anales, además, si la hacéis vosotros en casa que sepáis que tanto a abuelos como a niños encanta, porque es muy cremosa y porque la berenjena le da un toque diferente a una lasaña. Nosotros le echamos a veces puré de patata, pero originariamente no lo lleva.

Musaka o moussaka es una palabra árabe que proviene de saqqa'a que significa congelar o volverse blanco. Es una de las recetas más populares de la cocina tradicional griega y búlgara, siendo la receta griega la internacionalmente conocida por su gran sabor y su sencilla composición (la búlgara contiene patatas, más especias y crema de yogur).

Los ingredientes de la musaka o moussaka original van desde la carne de cordero como clara pareja de baile de la berenjena, hasta la inclusión de una pasta de garbanzos, o pasas, o incluso queso de cabra o feta como topping, pero vamos, desde ésta hasta hoy, hay miles de variaciones, unas para cuaresma, otras para celebraciones importantes, otras rápidas, lo que sí que parece muy común en todos es que la musaka debe de llevar 3 capas de berenjenas, la primera sería la base de berenjenas fritas en aceite de oliva, la segunda la carne frita y menuda con tomate y la tercera la crema, ya sea bechamel (introducida en 1920 por el cocinero griego Nicholas Tselementes) o bien crema de leche, natillas o en algunos casos puré espeso de patatas.


La verdad es que muchos piensan que puede haber sido una copia de la lasaña pero no, yo apostaría a que fue al revés sobre todo porque los italianos han mamado mucho de las tradiciones orientales como la pasta o los dulces de leche. De todos modos en cada casa de todos los lugares del mundo, se hace una lasaña diferente que a cada cuál nos gusta más, nosotros por ejemplo le hemos añadido puré de patata en la capa de en medio (o la superior) y queso en lonchas en la capa inferior. Cada uno que se las ingenie como pueda, pero que no falte una buena ración y esas berenjenas estupendas que han galordando a este plato como todo un número uno.

Bueno, pues os animo a prepararla un fin de semana porque aunque tardéis un poquito, luego cunde mucho, además, se puede congelar, se puede dejar hecha (sin gratinar) y hacerla media hora antes cuando queréis.

No os digo nada, si van niños a comer a casa, es perfecto.

Saludos.

Aquí tenéis una receta paso a paso ¡No os la perdáis!.