Nuevo restaurante Playa Calabajío ¿mejora al primero?

Hola amigos. Este verano estuvimos de nuevo en el nuevo restaurante Playa Calabajío, con su nueva revisión de cocina y nuevos dueños, un grupo de hostelería muy conocido en Granada. Atrás quedó aquella propuesta algo hueca, previsible y con poca proyección, que os comentamos en otro viejo post. Cocina tradicional que aunque no estaba mal realizada, no sorprendía en ningún momento. Además como antaño el restaurante se presentó en un marco único de modernidad y estilo diferente al resto de competencia, la oferta a nuestro juicio se quedaba pequeña y resultaba ser poco vistosa para un público que yo creo que esperaba algo más de originalidad. Y para nada estamos hablando de calidades y servicio, estos dos siempre han sido correctos.


Pues hemos estado de nuevo y en resumidas cuentas nos gustó bastante más, aunque seguimos obsesionados (sobre todo yo) en que este restaurante sería el santuario perfecto para dar rienda suelta a la imaginación de un gran chef, porque el potencial del sitio siempre lo he visto imponente, y tiene un entorno de lo más bucólico y salvaje de todo el término municipal, con una ubicación que a veces me recuerda (y perdonadme algunos la comparación) al enclave del famoso restaurante El Bulli (Cala Montjoi) del señor Adriá, que aunque nunca hemos estado, sabemos que ambos son restuarantes bien preparados y acondicionados, a pie de una playa retirada y casi salvaje. Aquí desde luego un cocinero con cierto bagaje culinario, cierto renombre y buen prestigio, podría dar forma a un templo culinario en un lugar que para nosotros es único, y que en su día fue maravilloso y de lo más salvaje de toda la costa granadina Lógicamente hablamos de la playa Calabajío.


No sabemos si recordáis que hace un par de años decíamos en la página que la playa Calabajío (o 'escarabajillo' como la llamábamos casi todos), ha sido una de las playas de más relevancia en mi vida. Aquí he conocido a gente maravillosa, como pasé con mi familia y amigos una gran parte de mis veranos en la infancia, mis primeros amigos, amaneceres, viajes en zodiac por las calas de alrededor, o aquellos buceos de gafas y tubo. marcaron mi vida para siempre. Allí además no había ninguna masificiación, es más, a veces, estábamos sólos en la playa, os podréis imaginar. Las aguas siempre han sido tranquilas, con las arenas más finas de la zona y con unos fondos claros siempre y cuando las aguas vinieran sucias, que antaño y por esta cala no pasaba un alma dispuesta a limpiar. Vaya, además si te dabas una vuelta por los alrededores veías cosas muy interesantes, caballos sueltos en algún propietario que los dejaba en el abrevadero colina arriba, aquel famoso hospital en ruinas llamado La Galera dónde tantas veces jugamos, También ardillas, ranas, cañaverales y pequeños riachuelos formados por los regadíos de los frutales de las montañas que arropan el valle. Y dentro de los fondos había cosas, rocas vírgenes llenas de erizos, cientos de sargos, cangrejos, pulpos, jibias, anguilas, morenas... Aquello era una maravilla que jamás volverá a ser lo de antes. Además, como no había acceso en coche casi nadie conocía. Recuerdo que en ciertas ocasiones, sobre todo aquellos veranos de casi tres meses, a la playa venía gente joven de Almuñecar (pueblo) de excursión, y cuando llegaban veías que se instalaban a pasar el día y a veces, acababas conociéndolos. Era algo sin duda muy especial.

Supondréis que de todo esto nació el nombre del blog, aunque muchos de vosotros os habréis preguntado por qué este nombre tan raro para una página de cocina ¿verdad?. Pues es cierto, no es que sea el mejor nombre para una bitácora culinaria pero es que supondréis que este proyecto se nos fue de las manos hace ya mucho tiempo. Y cuando nos replanteamos el cambio de nombre una vez que el blog se empezó a conocer, yo pensé en que en el fondo no estaba tan mal recordar aquellos gratos recuerdos llenos diversión y buenos amigos, que son los que nos ha aportado este blog cocina.

Bueno, pero a lo que vamos. Este día fuimos con un par de amigos a cenar, y os daréis cuenta en seguida que en los segundos platos casi todos pedimos carne, es decir, solomillo. Ya estábamos un poco cansados de comer tanta fritura y pescado decidimos ir a por lo mejor de su carta en cuanto a carne, y no pudimos probar otra variedad de platos, pero de verdad que a poco que pedimos ya pudimos sacar nuestras propias conclusiones.

Lo primero que pedimos y al centro fueron unos huevos estrellados que de verdad que estaban sensacionales. Buen género, y buena presentación. Las patatillas fritas triunfaron en todo momento y durante toda la velada, saben hacerlas bien y la patata que usan es ideal. Naturales, finitas y muy bien hechas. Os lo vamos a recomendar porque es un punto a favor importante aunque parezca una tontería. También el pan (se nos olvidaba) que te lo traen recién hecho.


Para no dejar sólos a los huevitos pedimos una sencilla ensalada de queso de cabra y tomate de huerta en lonchas grandes). También nos gustó, su sabor, la idea, y la presentación eran aceptables, pero el plato no daba para más. La cantidad correcta. Creo que de entradas triunfamos, aunque bien es verdad que aquel día fuimos a cenar un poco condicionados por la saturación general de las vacaciones.


Pues no se le dimos más vueltas, empezamos con los solomillos. Un comensal pidió solomillo de cerdo gratinado al roquefort. La verdad es que la salsa estaba rica, aunque la guarnición no sorprendió mucho. Por sacarle algún pero hubiéramos servido algunas verduras a la plancha, algunos panes tostados acompañando, las patatillas que veis (por supuesto) y algo que nos encanta con el roquefort, o las setas o los champiñones salteados. Creo que para lo que valía el plato se podrían haber esmerado algo más.


Aquí mi solomillo de ternera parisien a la mantequilla con cebolla poché. La salsa estaba buena, pero preferí la salsa de boletus y pimientos del piquillo del solomillo Calabajío. Veréis que emplean la misma guarnición, es algo que no entendemos con lo sencillo que es jugar con los sabores. Sin duda este plato lo acompañaríamos con algo tan sencillo como un foie.


Y por último el solomillo Calabajío, el mejor de todos sin duda, un gran sabor el de esta salsa tan estupenda. Boletus y pimientos del piquillo, como os hemos dicho, pero la hacen mágica. Nos encantó. Además coincidió que la pieza de solomillo fue la mejor, y que la carne estuvo más en su punto.


Por último, mi chica se pidió calamar de potera a la plancha. Tierno y bien especiado. Y sin ponerle peros, porque de verdad que no los tenía, volvemos a fijarnos en la guarnición. Esta vez en vez de patata cocida, una idea acertada pero que creemos que también se debería de revisar. Aún así, todo estaba bueno, y salimos satisfechos.


Pero es que aquí no queda todo. De postre pedimos lo que casi nos atreveríamos a decir que fue lo mejor de la velada, un helado de mango y crema catalana que estaba realmente espectacular. No sabemos si lo harán ellos pero de verdad que nos pareció de 10. Perfectamente presentado, buena cantidad y con un sabor que siempre recordaremos.


Con elvino, y debido a nuestras inapetencias, pedimos un rosado frío que compaginó bien con la cena, además, hacía tiempo que no pedíamos vino rosado, y nos entró el antojo. Pedimo uno que nos recomendaron probar en la carta. Se trató de un riquísimo Abadal, un vino rosado que pertenece a una bodega catalana que ha recuperado una uva autóctona llamada el sumoll. No conocíamos nada de su historia pero in situ nos encantó este coupage de sumoll tinto y sumoll blanco. Bien de precio, muy fresco y afrutado.


El precio algo caro, pero creemos que merece la pena. Hemos visto una variedad de platos mejor elegida, mejor servicio aún y unas materias primas excelentes, aunque como os hemos dicho, no probamos muchas cosas. Por fin nos encontramos con una oferta a tener en cuenta dentro de la zona gracias a este grupo hostelero que ha sabido enfocar de nuevo este negocio, y en el que después de la cena la casa te invitan a sentarte en su renovada terraza a tomar unos extraordinarios mojitos con una atención en terraza, esta vez sí, mejor que antaño.

Salud.

10 comentarios:

  1. No dejes de cuidarte nunca !!! y definitivamente tengo muy, pero que muy olvidada la Costa Tropical.
    Un saludo, Begoña

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  2. Hola Carlos,
    El Restaurante me parece espectacular, al menos por lo que veo en la primera fotografía.
    Esos huevos y el solomillo con salsa de boletus tienen muy buena pinta.
    En cuanto al nombre del blog, a mi me gusta mucho. Lo veo muy original. Y si encima a tí te evoca buenos momentos de infancia y juventud, pues mejor que mejor.
    Buen post.
    Saludos desde Córdoba

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  3. Te entiendo perfectamente en cuanto a sentimientos de los lugares en los que uno ha crecido y que no volveran a ser lo que eran!!Que curioso, con lo que ha evolucionado el ser humano en todo, pues nuestros entornos, pueblos, paisajes, aún mas!!
    De vuestra comida me quedo con los huevos y el solomillo Calabajío, Dios mio que pinta!!
    Y si es cierto que hay similitud entre "tu playa" y Cala Montjoi, allí hasta hace unos 4 años era una odisea llegar en coche, ahora también, pero asfaltado, además hay un gran camping, con lo cual se llena la preciosa cala... pero todo el mundo tiene derecho a disfrutar de los espacios libres!!!
    Un abrazo

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  4. Me han encantado los recuerdos de tus veraneos, para mi los veranos de mi infancia son también mis mejores recuerdos, aunque yo veraneaba en mi misma casa...respecto al nombre del blog, NO SE TE OCURRA CAMBIARLO! Es algo realmente personal que de alguna manera te define.
    Y el restaurante, aunque solamente fuera por el entorno, muy atractivo, a ver si nos decidimos a bajar por esa zona.
    Un beso.

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  5. ¡Qué locura de platos, de entorno y de vino! pena que me quede a desmano...


    Besos.

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  6. Ya veo que la gastronomia por la zona no está nada mal. Desde luego que las fotos de los platos son increibles, todo entra por los ojos, qué bueno!
    Y la foto de esas playa, qué maravailla y ya se nos va el verano....
    Besos

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  7. Carlos,
    Muy buena descripción de tus recuerdos, de la playa Calabajío y del restaurante. Me encantaría conocer esa zona.
    No sabía la historia del nombre del blog, me parece muy valioso que se asocie a los mejores recuerdos de la infancia.
    Encantada probaría el solomillo de ternera parisien a la mantequilla con cebolla poché y el calamar.
    ¡Saludos!

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  8. ains... ¿sabes a dónde voy esta noche? a éste restaurante :) ya fuí el año pasado 2 veces, y la verdad es que me encanta... y el entorno, lo mejor, como tú dices :) aunque se haya perdido el encanto de antaño. Soy almuñequera y me he criado en Taramay, así que nadie mejor que yo pa entender tus sensaciones con respecto a éste barrio de Almuñécar :) El calabajío (o la planilla, como le llamamos los autóctonos :P) y el curumbico, siempre han sido mis playas favoritas de la costa granadina... :):):)

    Un saludo!! y vuelve pronto!! :)

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  9. Hola Marina, pues ya nos contarás ¡qué envidia!. Las 2 últimas veces que hemos ido antes de esa primera vez en la que vimos que se llevó el local de forma mediocre, también hemos disfrutado mucho.

    Lógicamente el paraje es lo mejor... madre mía, no sé que licencia de obra conseguirían según está la ley de costas, pero es un local muy bonito, y en un entorno alucinante y tranquilo, y por la noche se está especialmente bien ¿a qué sí?.

    Pues si lo pillara un chef de los famosillos que tenéis por el sur... aquello ya te decimos que ni Cala Montjoi, lo que os comentábamos en el post.

    Por aquí estaremos la próxima semana, traemos nuevas cosillas de allí, espero que te pases por aquí y opines.

    Un saludo Marina y encantados de conocerte.

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