Hace un par de fines de semana fuimos al pueblo de mi suegro en Extremadura a recoger la aceituna de sus olivos para, como todos los años, tener por casa excelente aceituna de mesa. Este año la sensación que hemos tenido ha sido muy buena, sin lugar a dudas ha merecido la pena cuidar el riego de los olivos en verano, y como en septiembre, llovió abundantemente, aunque cayó algo de granizo que picó algunas, la producción ha sido mayor que la media llegando a tener unos 40 kg. 

En resumen, os contamos que del olivo picual se han producido abundantes ejemplares de gran calibre, y del olivo verdial, del que recogimos hace unos días sólo las aceitunas más gordas, nos ha dado también una cantidad mayor de la habitual con un calibre muy bueno, aunque es verdad que dejamos las aceitunas más pequeñas para que se pusieran algo más gordas y negras durante este mes de noviembre y así recogerlas en el puente de diciembre. De este modo, tendremos una aceituna con un sabor diferente ideal para curarlas rajadas y con otros aliños.

Lo que sí que es cierto es que hay signos de que la mosca del olivo picoteó algunos ejemplares, pero sin llegar a poner en todos sus huevos. Ya nos contaron que el excesivo calor de los meses previos al verano se llevó por delante a las hembras y no hicieron mucho estrago, pero es verdad que tenemos que hacer algo al respecto. En algunos foros hemos preguntado, y la solución a este problema quizás esté más cerca que nunca ya que nos han dado unas pautas para extinguirla en la próxima recolección. No obstante, este año queda el arduo trabajo de repasarlas una por una y quedarnos sólo con los ejemplares sanos.

Y ya sabéis por otros posts, que las recogemos porque es verdad que no hay otra aceituna de mesa igual y lo bueno es que este año vamos a disfrutarlas mucho antes. ¿Por qué? porque nos dieron en el pueblo la pista de comprar aceituna ya machada o aliñada en la localidad de Zalamea, muy cerca del pueblo, para así llevarnos a Madrid y poder comerlas desde ya. Como hasta que endulzan tenemos por delante varias semanas, con estos recipientes de 4 kg estamos tirando, y oye, tan contentos. Son de excelente calidad y las venden en el bar La Parada, sitio muy conocido en la localidad donde la gente va a comer siempre su bacalao rebozado que, si tenéis ocasión de pedirlo, hacerlo junto con el montado de lomo que está de lujo.

Por si queréis saber cómo endulzamos en nuestra familia la aceituna, os remitimos a estos dos post, cómo aliñar aceitunas en crudo parte 1 y cómo aliñar aceitunas en crudo parte 2.

En otro orden de cosas, hemos tenido a nuestro alcance granadas de la curiosa variedad Wonderful, gracias a que mi hermano ha estado recientemente en la feria de la Biocultura a primeros de este mes. Las granadas Wonderful se están poniendo de moda por aquí y se caracterizan por poseer un grano con un color rojizo muy intenso y una coloración externa granate muy atractiva y diferente a nuestra granada Mollar de Elche. Además, esta granada es un poco más agridulce que la mollar, algo que a mí particularmente me encanta ya que es una sensación al paladar que me gusta mucho dentro del mundo de la fruta.

Curiosamente las vimos por primera vez hacia el año 2003-2004, cuando la abuela de mi cuñado José las producía en un granado de su patio, posiblemente un granado producido por semilla. Y bueno, era partir una de estas granadas y era como si estuvieras asesinándola a sangre fría. Menuda coloración roja desprendía ¡y qué sabor tenía! Luego las hemos visto muchísimo en viajes, libros y por supuesto en internet. Y ahora las vamos a tener por casa ya que en esta semana pediremos una caja.

Aunque hay varias webs que las venden, en el stand donde la consiguió mi hermano salieron buenas y su nombre era Granadas Ecológicas, empresa llamada Agro Funcionales, la cual, recoge al parecer una granada 100% ecológica en la comarca de la Huerta Norte en la Comunidad Valenciana. Ya hemos pedido una caja.

Por último, contaros algo que os va a gustar. Nuestro amigo Antonio nos dio una de las mejores pistas gastro desde que vivimos aquí en el sur de Madrid. Se trata de un obrador de pan que lleva muchísimos años vendiendo género de muy buena calidad tanto a particulares como a la hostelería, incluyendo en ésta última, varios establecimientos de grandísimo nivel. Se trata del grupo Viena La Baguette y sus Panes Con Alma, liderado por el panadero Paco Fernández, la cuarta generación de una familia de panaderos afincados en el sur de Madrid y que empezaron su andadura allá por 1906 con el nombre de Viena Recoletos. 

Sinceramente no teníamos ni idea de su existencia, y el grupo tiene su obrador por aquí cerca. El caso es que hace envíos a domicilio con pedidos superiores a 15 € encargándolos por teléfono un día antes, aunque se pueden recoger presencialmente en el obrador en la calle Antoñita Jiménez, 58, o bien, en la calle Puerto de Tornavacas, 5 en Leganés. Al parecer también se pueden hacer pedidos fuera de Madrid, pero estos no son de un día para otro (parece que en algunos casos son semanales) mejor llamar y preguntar. También existe una app con la que supuestamente se puede pedir, nosotros no la hemos usado aún, pero lo bueno de tenerla es que vienen las fotos de los panes, algo que en nuestro primer pedido echamos de menos.

Hemos probado por ahora 4 variedades, un pan de maíz con cúrcuma, que no nos parece tan atractivo para desayuno, un payés madurado que quizás sea por ahora nuestro favorito, una chapata rústica muy buena, y un pan de cristal ideal para tostar. Todos de excepcional sabor y calidad. Veréis que algunos vienen cortados porque os lo preguntan cuando lo pedís. Si preferís que os lo hagan, decid siempre rebanada de 2cm, que es la ideal para tostada.

Próximamente pediremos otros tipos de panes, y os iremos contando. Desde luego en nuestra zona carecíamos de sitios donde comprar un pan de calidad, y por fin, lo hemos encontrado, aunque es cierto que con cada pedido nos viene una gran cantidad de pan y hemos tenido que sacrificar de forma indefinida un cajón del congelador para ello.

Carlos Dube.