Tenemos que reconocer que la entrada en nuestra vida de la freidora de aire ha significado un antes y un después dentro de nuestra cocina de diario. Y cuidado con esto que apuntamos, ha sido clave en nuestro día a día y no en nuestra forma de entender la cocina, que es muy diferente. Somos conscientes que este aparato no ha revolucionado nada importante, ni ha venido a sustituir a la cocina que veníamos haciendo hasta ahora, sólo ha venido a simplificar la preparación de muchos platos, y en ocasiones, nos ha animado a hacer ciertos platos por la simpleza de su uso. Y no nos olvidemos que además se han conseguido unas cuantas cosas muy positivas y que ya os hemos comentado en otros posts, como dedicarle menos tiempo a la limpieza, menos consumo eléctrico y un ahorro real de aceite que, curiosamente, cobra ahora más sentido que nunca con la que está cayendo. 

Y queremos aprovechar para comentar que nos llama la atención que haya gente que piense que hacemos este tipo de contenidos por seguir modas y captar seguidores ¿de verdad que tras tantos años por aquí eso nos importa? También os tenemos que decir que mucha de esa gente que nos ha hecho comentarios rodeados de incredulidad, y a veces algo maleducados, en cierto modo nos vemos reflejados en ellos cuando corría el año 2020. En aquella época veíamos por las redes sociales a muchos creadores de contenido con estos aparatos hablando de las maravillas del mismo y nos preguntábamos ¿de verdad que una airfryer aporta algo novedoso a la cocina? Pues qué equivocados que estábamos. 

Mirad, para resumiros todo esto en una sola frase, la freidora de aire ha logrado en poco más de un año, lo que ningún otro pequeño electrodoméstico ha podido conseguir en estos últimos 3 lustros que llevamos con el blog. Ni amasadoras, ni batidoras de vaso, ni heladoras, ni nada de nada. Creo que ya os hemos dicho por activa y por pasiva que por el precio que tiene una airfryer, deberíais de animaros probarla porque si no sois muchos comensales en casa, de verdad que os va a encantar. 

Pues bien, hoy vamos a confesaros otra cosa curiosa que nos está sucediendo desde que tenemos una airfryer, y es que hay platos que ahora los hacemos más a menudo que antes, y de verdad, que con la ayuda de este aparato nos encanta como quedan. Y es que ya no nos da pereza hacer algunas preparaciones que antes sí nos daba, y eso es algo muy bueno porque aumentamos el repertorio de recetas para el día a día porque las simplificamos en tiempo. 

Vamos pues con cuatro de ellas a ver qué os parece, si queréis conocer los tiempos y potencias empleados para hacer algunos de los pasos en los que interviene la freidora, nos lo decís en los comentarios.

1. Sopa de cebolla tradicional francesa. Una plato que antaño hacíamos con un fondo oscuro y que preparábamos sólo cuando teníamos en vista varios platos que lo usaran, sino no lo hacíamos. Pues bien, ahora no es necesario esperar a eso, compramos una bandeja de huesos, alguna seta y... voilà, los tostamos en un momento en la freidora, lo cocemos 20 minutos en olla rápida y mientras cuece, tostamos en la freidora también el pan, y sobre él, gratinamos el queso. Una vez esto pochamos cebolla en una cazuela aparte y la mojamos con el fondo de carne y las tostadas, dejándolas cocer 5-10 minutos. Una maravilla.

2. Crema de calabaza asada. Ya no nos da pereza asar hortalizas para profundizar el sabor de algunas cremas tradicionales. El mejor ejemplo es la crema de calabaza, vaya diferencia hay asando la misma para su preparación. Y diréis qué tontería, se asaría igual en un horno normal, pero ¿a qué no lo hacéis?, para una calabaza pequeña no pones todo un horno, y no merece la pena dedicarle tanto tiempo a una crema. Lo mismo pasaría con la crema de tomate asado o la crema de verduras asadas que son espectaculares.

3. Judías verdes gratinadas con puré de patata y queso. Otro plato recuperado del pasado gracias a la freidora y que ha conseguido que a Jorge le encante ahora comerlo a menudo. Un plato que vi hace más de 30 años a la madre de un amigo, y que ahora lo hacemos con cierta asiduidad. Tan fácil como cocer las judías verdes en agua, rehogarlas con un poco de chorizo en tacos, echarle salsa de tomate y encima, un puré de patatas con mantequilla, rodajas de chorizo y quesos. Fantástico la rapidez con la que gratina. 

4. Berenjenas rellenas de carne. No pasa ni sólo un mes sin que volvamos a preparar este plato. Tan fácil como partir en dos las berenjenas, rajarlas y asarlas en la freidora. Sacar la carne de la berenjena, rehogarla junto a la carne picada con cebolla (la farsa que más gusta), echar salsa de tomate, rellenar de nuevo las berenjenas y añadir abundantes quesos rallados para gratinar posteriormente. Exquisitas, y para dos berenjenas, nosotros no solíamos encender el horno.