Pedimos lo más típico del bar, y aunque su oreja tiene fama y estaba muy buena (quizás algo subida de precio para la poca cantidad que sirven), todo lo demás estaba solamente bueno, y lo mejor, sin duda, fueron sus conocidas patatas bravas. Unas bravas con una salsa como debe de ser, bien picante, sin sabor a tomate como impera en la oferta general de bravas de los bares, y con un exquisito color y toque a pimentón. La patata además la sirven aquí en rodajas, algo muy clásico, y estaba perfectamente frita, crujiente por fuera y bien cremosa por dentro.
Después de las que sirven en el bar Docamar, en el barrio de Quintana, quizás éstas sean para nosotros las mejores patatas bravas de la ciudad, con el permiso del mesón Las Bravas al que hemos ido en contadas ocasiones y que tampoco lo hacen mal, con su salsa patentada en 1960.
El segundo plato que os traemos se sirve en las afueras de Madrid, concretamente en la localidad de Alcorcón y en el conocido Bálamo Restaurante (C/Cooperacción, 11). Se trata de un local situado en la zona nueva del barrio de Padro Santo Domingo, uno de los barrios nuevos de esta localidad, y tanto su acogedor local como sus buenos precios, le ha convertido en un referente en la zona. De hecho, nosotros ya hemos ido algunas veces por celebraciones familiares.
Y aunque tiene sin duda cosas mejorables, como los arroces o la ensaladilla, los pescados están muy bien preparados y tienen un precio muy ajustado. Entre ellos destacamos el rodaballo para 2 personas, un rodaballo de gran calibre y hecho a la parrilla al estilo de los 3 vuelcos del chef Berasategui con un sabor y un punto extraordinario.
Los que nos seguís, sabéis que también nos gusta del sitio el pulpo al limón, un plato que ya os enseñamos a preparar en casa y que es como un ceviche del mismo. Si vais, pedirlo. Luego la merluza, muy bien servida en dos versiones, la que ponen rebozada para los niños, magra, limpia y muy bien frita, y la merluza al estilo bilbaína, con una buena ejecución del tradicional plato.
Por último, el tercer plato que más nos ha gustado se sirve en el Restaurante Baco en Getafe (C/Terradas, 8), un local vinoteca situado en el barrio del Rosón - Kelvinator y que nos descubrió recientemente mi cuñada. En este sitio salimos sorprendidos de su carne a la parrilla. Quizás no nos hayamos comido un chuletón mejor en mucho tiempo, una pieza de vaca madurada con un peso de un kilo aproximadamente, un aroma y sabor exquisito y un punto de cocción y ternura indiscutible. El acompañamiento de patatas y pimientos también estaba a la altura.
También os vamos a recomendar aquí cortes como el solomillo de ternera, que de verdad que se deshacía y con un sabor similar.
Todo lo demás que pedimos era aceptable, sin grandes alharacas.
Carlos Dube.
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