¿No habéis empezado a preparar torrijas? pues ya estáis tardando. Que sepáis que las torrijas que se comen víspera de Semana Santa son para nosotros las más deseadas y las que más se disfrutan. Las que se comen en medio de las fiestas entre comilonas y reuniones familiares, son ensombrecidas con otros platos también típicos de esta Pascua. Nosotros ya empezamos la semana pasada a disfrutarlas, hicimos las clásicas torrijas de leche con almíbar, y como entenderéis, ya nos las hemos terminado. Ya tenemos en mente las siguientes.
Hoy os queremos recordar los pasos para hacer las torrijas tradicionales, y aunque tenemos un post donde os explicamos cómo hacer todas nuestras torrijas familiares, hoy os publicamos un breve resumen con las claves para que os salgan perfectas. Ya os avisamos que no es necesario comprar un pan especial de torrijas de esos de tipo brioché, con una barra normal, asentada al menos un día, salen muy bien. Las rebanadas de pan, eso sí, debéis de cortarlas más bien gruesas, y saber, que las torrijas una vez caladas, crecen bastante en tamaño, así que cuidado con los panes muy anchos.
Pero la clave para que una torrija salga perfecta, está sin duda en el remojado o calado. No es necesario hacerlo con la leche o el vino caliente, para nada, creemos incluso que es peor, lo que hay que hacer es girarlas y empaparlas bien todo el tiempo que sea necesario. Por otro lado, los líquidos (vino, leche) deben de estar dulces, tirando a muy dulces, ya que la torrija no se suele acompañar con nada, y las de leche, deben de llevar ese clásico aroma a canela y monda de limón.
Una vez las rebanadas están bien empapadas, cogerlas con cuidado y escurrirlas bien. Pasar por huevo batido y freír en abundante aceite de oliva (suave o aceite de girasol). Deben de dorar bastante para que tomen ese color tan sugerente como a tostada. Una vez fritas, ponerlas un rato sobre papel absorbente.
Luego lo que queráis, rebozarlas en azúcar y/o canela en polvo, o bien hacéis un almíbar (aparte) con un poco de agua, azúcar y canela sobrante y se lo echáis por encima. O como hacía mi abuela, sin almíbares las marcáis en una sartén caliente para que el azúcar del exterior caramelice por ambos lados.
Comerlas siempre atemperadas, pero si hacéis muchas y sobran, conservarlas en la nevera.
¡Feliz Semana Santa a todos!
Carlos Dube.
Me encantan las torrijas, aunque hasta ahora nunca me he puesto a hacerlas. Es mi suegra la que se encarga del avituallamiento y también las hace de vino blanco o de leche. De hecho hace un par de días elaboró la primera tanda. Qué ricas que están. Pero claro, ya sabemos lo que pasa… la lucha constante con la báscula impide disfrutar de ellas todo lo que uno quisiera. Qué le vamos a hacer.
ResponderEliminarBuena Semana Santa para todos.
Todos los años las hago con la receta que publicaste hace tiempo igual que esta.Elalmíbar exquisito y se aprovecha el sobrante de azúcar con canela.
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