Siempre que hemos querido ir a Ávila capital, no alrededores, nos han surgido las dudas de dónde ir a comer sin que uno caiga en salas con cartas demasiado folclóricas y algún que otro despropósito etiquetado por algunos como 'nueva cocina'. Pues no es fácil, de hecho éste que nos recomendaron (El Tostado) lo encontramos agradable, sin caer en demasiados elogios, y lo publicamos porque por derecho, ahora lo veréis, se ha convertido en una referencia a tener en cuenta cuando uno se encuentre absolutamente perdido.


Por todos es sabido que Ávila capital es también un lugar para ir a disfrutar de su gastronomía y de sus preparaciones más típicas, las cuales, por su sencillez, se deberían oficiar a la perfección, aunque de existir una cocina más elaborada, ésta debe de cuidar los detalles sin perder nunca el foco.

El Tostado, nombre que hace alusión al gran Alonso de Madrigal, está situado en el centro de la capital, en un claustro bonito, con una agradable luz, acogedor y una sala bastante aceptable. Aunque si queréis una buena bodega éste no es vuestro sitio.


Pertenece al hotel Palacio de los Velada, un hotel recién reformado con buenas puntuaciones entre la gente al parecer, pero que no tuvimos el placer de disfrutar ya que esta visita se encuentra dentro del marco de escapada desde Madrid.


Mi hermano no se complicó a la hora de pedir, se tiró por lo sencillo atendiendo algunas recomendaciones.


El aperitivo de queso curado, pese a que un lee por internet que es una maravilla, creemos que era abundante y sin demasiado pedigrí. Nos lo comimos, como es lógico, pero es un 'quita hambre' innecesario que a posteriori te impide terminarte a gusto los platos. Creemos que ante una comida contundente los aperitivos deben ser livianos y fáciles de digerir.


Lo primero que llegó fue las revolconas, no estaban nada mal. Y los torreznos también estaban muy buenos. Nosotros estamos acostumbrados a comerlos más menudos, estilo 'chinos' pero sólo es una cuestión de presentación.


La ensalada nos pareció una decepción y una propuesta un tanto demodé. Basta ya de bolsas de brotes, quesos de cabra industriales y reducciones en 'rayajos'. Estamos hartos de ensaladas-postre. Si al queso de cabra le va el dulce hay que ser más originales, el comensal espera ya algo más rebuscado. También habría que revisar la materia prima porque Ávila es una región con excelentes quesos de cabra.


La carne de ternera avileña lo mejor, nos referimos a la ternera con IGP de Ávila que sirven aquí. En este caso pedimos solomillo el cuál estaba hecho en parrilla, bien hecho, en su punto de temperatura y muy tierno. Las patatas fritas bien. Fue sin duda el broche de oro de la comida.


El bacalao albardado con panceta iberica, ajo negro y pil pil de tomates secos no estaba mal pero sin grandes alharacas. El bacalao estaba bien desalado, al partirlo no te encontrabas una mala cocción, pero la salsa no era redonda. Muy atractivo el nombre y la presentación, pero no triunfó.


El secreto ibérico de bellota no decepcionó en absoluto, bien cocinado, racionado y presentado. Además caliente. La espuma de patata trufada bien.


La tarta de queso con espuma de membrillo bastante aceptable, no nos resultó pesada y la combinación muy buena aunque el sirope de frambuesa creemos que sobraba


La leche frita sólo aceptable, el helado regular, pero el chocolate como que no. De nuevo no entendimos qué pintaba el sirope acompañando a una leche frita con helado y chocolate.


En definitiva, una comida aceptable con sus más y sus menos pero que estamos seguros que si se sabe elegir dentro de su carta, uno sale aún más satisfecho, y eso es lo que volveremos a hacer la próxima vez que vayamos. Para vuestro interés allí sirven judías del Barco, cordero lechal y chuleta. Será cuestión de probarlos.

Salud.