Se trata sin duda de un local acogedor, la atención en sala fue correcta y como os podréis imaginar rauda. Si a esto le sumáis que en el salón principal estábamos 4 gatos (era agosto) cenamos un poco acelerados. Pero un contra que sí consideramos realmente importante, en las mesas de la zona que nos pusieron había muy poca luz y esto provocaba que algunos detalles de los platos los intuyéramos, aquí en el post los veréis bien con el flash de la cámara, pero en donde estuvimos sentados cenando no los veíamos con claridad. Creemos que en hostelería no hay que confundir lo sombrío con lo romántico. Un restaurante tiene que tener una buena luz en la mesa para que la comida participe activamente de la velada y sea un componente importante. Luego ya el local que esté lo oscuro que los dueños crean oportuno, pero donde se coma ¡luz!
Tras ojear una carta bastante breve, algo que a mí personalmente no me parece mal aunque los amantes del pescado no tendrían aquí apenas juego, empezamos pidiendo unas cervezas y empezaron a traer los platos que elegimos al centro. Para empezar trajeron una sencilla ensalada de kumato con ventresca. La ensalada no descubría nada nuevo aunque el aliño y la calidad de la ventresca era correcta.
Las tiras de pollo con salsa de mostaza y miel bastante buenas. Un rebozado fino y con buen sabor a fritura y que recubre un pollo jugoso y muy agradable de comer. Sólo un pequeño detalle a cambiar es que la salsa que los acompañaba estaba demasiado líquida y el finger no era capaz de recoger bien la misma.
Las croquetas de lomo asado con miel creemos que es un plato a pedir obligatoriamente en el sitio, son piezas grandes, por fuera crujientes y por dentro un bocado muy cremoso.
Con el risotto de Idiazábal y boletus habrán tenido mejores días porque aquella noche fue muy mejorable. A nuestro juicio utilizaron una variedad de arroz mal elegida, lo sirvieron templado y por lo justo del caldo el bocado quedó algo seco, nada que ver con el que aparece en los slides de su web. El sabor bueno, pero no es suficiente, y... la reducción de balsámico sobra.
Los fiocchi de pera al pesto rojo tenían un buen punto de cocción, la presentación y temperatura correcta, pero la salsa no era el pesto rosso como entiende un italiano. Era una salsa muy líquida hecha como con tomate y pimientos del piquillo o pimientos asados comerciales. No pasaría nada por llamarlo fiocchi con salsa de tomate y pimientos, creo que la sorpresa sería mucho menor, pero esto creemos que deberían de corregirlo en la carta.
En cuanto a los postres de nuevo nos encontramos un poco de todo, la tarta de queso no resultaba tan apetecible al gusto como a la vista, estaba demasiado fría y sabía un poco a cámara. Hay que cuidar estos pequeños detalles.
El coulant estaba bien cocido y tenía buen sabor, aunque se repite la decoración de coulis de frambuesa, este postre era mejor que el primero.
Luego ves la cuenta y la verdad, se te pueden olvidar todos estos detalles. Salimos a menos de 20€ por persona con 2 jarritas de cervezas cada uno. No vimos la carta de vinos porque nadie quiso pedirlo, pero suponemos que viendo los precios de la comida, el precio del mismo no engordaría demasiado la cuenta.
Creemos que el precio es sin duda la gran baza de este sitio que han sabido ajustar bastante con una oferta 'mediterránea' apetecible en un ambiente romántico y acogedor. Tendríamos que probar otros platos, seguro que hay platos con más gancho que algunos que pedimos de hecho el local tiene bastante buen 'boca a boca', quizás por la repercusión mediática que tuvo hace un par de años, aunque en nuestra experiencia llegó sólo al aprobado.
Salud.
La reducción de vinagre balsámico no ha muerto... hasta en el arroz, por Dios!
ResponderEliminarAsí es...
EliminarDeberían multar de una vez a todos los Chefs que en sus platos adornar (y abusan siempre) de la puñetera reducción de balsámico... qué penitencia!!!!
ResponderEliminarJejeje, multar, multar.... Desde luego se consigue el efecto contrario, y es restar puntos al plato.
EliminarPues el precio está muy bien. Como bien dices, todo es mejorable. A mí me fastidian mucho los adornitos de balsámico, los de los postres...
ResponderEliminar;)
Yo lo aborrezco... Es cansino
EliminarPues este por lo pronto no va a la lista de espera, lo tendremos en cruenta, si pasamos por la puerta ya veremos .... buscarlo no lo vamos a hacer..... buen apunte por tu parte.
ResponderEliminarBssss desde Almeria xa los3
Lola, nos han comentado que están en proceso de cambio de la carta... y se han puesto en contacto con nosotros y entienden que ciertas cosas no nos gustaran. Muy educados, todo hay que decirlo, han encajando nuestras objeciones como algo constructivo, desde luego nuestra intención era eso. Un saludo.
EliminarTambién deben desaparecer las pizarras son incómodas para los camareros y para el comensal. Si tiene alguna salsa ya es imposible y por alguna razón no se ven nunca muy limpias aunque lo estén.
ResponderEliminarNos molesta menos, pero también empieza a ser bastante repetitivo. Y con platos con salsas mejor olvidarnos
EliminarMira, este es nuevo para mí... no voy a recrearme en el tema del balsámico, pero sí en lo de la luz. Lo has reflejado muy bien, una cosa es ambiente íntimo y otra no poder apreciar lo que como, ¡quiero luz en mi comida!, no es tan difícil de entender.
ResponderEliminarEl precio parece muy ajustado, pero... ¿ajustado a qué?, es que yo, me habré vuelto muy burgués, estoy tan cansado de las bazas del precio como de las reducciones de balsámico. A veces me he sentido más timado con una factura de 20€ que con una de 50€.
Eso es verdad, pero bueno, algo se salvaba de la cena, solo faltaba que nos hubieran cobrado más :)
EliminarMi experiencia fue muy buena....comímos un rico lomo alto además picoteamos esas ricas croquetas de lomo asado ummmmm rico rico....el servicio muy amable formal y con buen rollo
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