De puente a Roma (tercera y última parte)

Finalizamos este serial de nuestro reciente viaje a Roma con la crónica de como pasamos nuestros dos últimos días. Ya os contamos como fue nuestro primer día y también lo que hicimos el domingo en la  primera y segunda entrega del serial, respectivamente. Todo un lujazo de días que siempre se quedan cortos, al final uno se va de allí dejándose muchísimas cosas, pero en tan poco tiempo no se puede abarcar tanto, para otra ocasión.


Nos levantamos temprano (qué dolor de piernas madre mía) y tras desayunar en la habitación nos fuimos a la ciudad del Vaticano pasando primeramente por el castillo de Sant'Angelo, al otro lado del río, y con un sol y un calor de justicia.


Lo previsible, al llegar a las inmediaciones de la Piazza San Piettro (plaza de San Pedro), cientos de personas esperando a entrar a cualquiera de las tres visitas principales, la primera y gratuita la Basílica de San Pedro (ni se os ocurra ir por el día), la visita a la cúpula de San Pedro (que comparte acceso y con la basílica) y por último los museos Vaticanos y capilla Sixtina . Os vamos a recomendar encarecidamente que os saquéis las entradas de estos museos por internet, son 4€ más de comisión pero son los 4€ mejor pagados de nuestra vida, te ahorras 3 horas de cola (para sacarlas pinchad aquí). Y para muestra un botón, mirad aquí una de las partes de la serpiente que forma la cola total hasta entrar en los museos.


Una vez dentro nos tiramos toda la mañana admirando las innumerables salas y museos que alberga este grandísimo edificio hasta finalmente acabar en la famosísima capilla Sixtina de Miguel Angel.

¿Había gentecilla eh?, algunos pasillos eran agobiantes.


Pasillos y salas espectaculares.


Ya en la capilla sixtina, dónde se han montado un paripé impresionante para que no nos dejen ni hablar, ni fotografiar, ni grabar en vídeo. Entendemos lo del flash, pero no entendemos porqué no se pueden sacar fotos sin éste o no se puede hablar si no se está oficiando una liturgia dentro, siendo una visita turística y cuando en el resto de los museos y salas sí que se puede. Me da a mí que desde la restauración, han querido crear una atmósfera demasiado mística poniendo a unos matones que vigilen el recinto, estos iban entre la gente mandando silencio con muy mala educación, incluso echando a algunos fuera del recinto a la mínima de cambio. Les llamamos los 'Silent Please' y de verdad que eran la pera. Pero independientemente de este detalle que estropeó un poco el encontronazo con esta bellísima sala, quién entienda de arte tiene ocasión de admirar la bóveda, tapices y frescos durante casi una mañana. Realmente es un espacio artístico y arquitectónico espectacular. Dicen que la restauración de hace algo más de 10 años le ha dado una calidez escalofriante al conjunto, y efectivamente ha quedado maravilloso, sorprendente, es realmente increíble como lo han dejado.


Al salir de todo el periplo (en total 3 horas y viendo las cosas y de refilón) salimos deshidrataditos.


Y como de hidratarnos sí que entendemos, probamos por fin la popular cerveza lager Peroni en un kiosco cerca del recinto, no nos gustó especialmente. Nos pusieron de aperitivo unos panini que estaban buenos y al poco en marcha. A todo esto, por fin llegamos a la conclusión que la mayor parte de los baños en Roma son unisex.


Otra agua mineral italiana, ésta no la probamos


Quisimos ir a un restaurante que nos habían recomendado que se llamaba Da Francesco sito en la Piazza del Fico, pero al llegar, después de una buena caminata, uno de los cocineros que estaba fuera fumando nos dijo que ya estaban cerrado, normal, eran las 15:00. Fuimos entonces a una trattoria que había en la misma calle y dónde comimos fenomenal. Se llamaba Trattoria Al Braciere y decidimos comer pasta y comer tranquilamente, estábamos reventados de las piernas.


Yo pedí los emblemáticos Spaguettis alla matricciana.


Lola pidió unos Linguine al pesto.


Y entre los platos que pidieron nuestros amigos, unos extraordinarios Fetuccini al tartufo.


También unos Rigattoni alla carbonara


O un plato de Coniglio alle olive con cavoli saltati , conejo aunque en la guarnición se equivocaron y lo trajeron con patatas.


De primero y para compartir, una extraordinaria Pizza quattro formaggi excelente, la mejor que hemos comido.


Y lo peor un antipasti al centro, una selezione de verduras, que pensábamos que era otra cosa :).


Y una excelente ensalada de mozzarella di buffala y pomodoro.


Un expresso para acabar, los que lo pidieron, y la cuenta, 16€ por persona. Regalado.


Después de comer y de brindar con el primer y único limoncello del viaje, fuimos a ver la Basílica de San Pedro y justo antes pedimos helado bastante mediocre pese a ser un local tan bonito (no tengo fotos).

Entramos por fin en la basílica sin apenas gente y atención al entrar, vimos que los chicos podían entrar con pantalón corto (no bañador), únicamente las chicas debían de cubrirse si enseñaban rodillas y hombros, pero no os lo podemos asegurar. Para que no os fastidien la jornada es conveniente que vayáis con ropa larga que os cubra, y así os curáis en salud.


Una vez dentro uno se da cuenta de la magnificencia del edificio. Casi 140 metros de altura, 23.000m2 y una ornamentación impresionante. Luce todo, la arquitectura, las esculturas, los altares, las puertas, el precinto blindado que le han puesto a La Piedad, la antigua capilla de San Pedro de dónde se erigió la basílica, la nave central, en definitiva, es impresionante darse una vuelta por esta famosa basílica (que no catedral).


Al salir de allí chispeaba pero quedaba una tarde de buena temperatura.


Nos quedaba ver las vistas desde la cúpula, pero cerraban a las 18:00, por lo que la cita tendría que ser al día siguiente.


De camino al hotel compramos algunas pastas en una tienda y para allá que fuimos a dejar las compras y darnos una ducha rápida. De camino vimos en una tienda en tomate Cirio del que os hablamos hace poco.


Y algunos quesos locales, con las mozzarellas incluidas.


Al ratito cogimos de nuevo las cámaras y nos fuimos a ver la Fontana di Trevi esta vez por la noche. Qué maravilla, es una fuente sin duda mágica, nos encantó presenciar la caída de la noche allí entre tantísima gente.


Acto seguido dimos un paseo nocturno por toda la zona de Navona, y vimos el ambientazo que había. Entramos por fin en un sitio a cenar, la única conversación era que estábamos agotados, y alguno bastante reventado, y aunque pensábamos pedir algo ligero de picoteo, al final decidimos sacrificar más paseos y cenar tranquilamente.


Elegimos un buen restaurante, 'La Danesina', los chicos pedimos carne (su especialidad), y de entre nosotros, dos pedimos Tagliata, un corte típico italiano hecho al carbón sobre piedra y que estaba espectacular. El mío era sin salsas y el de un compañero con salsa a la pimienta, la salsa realmente estaba de escándalo, pero siempre te la juegas.


El resto pidieron una Ensalada griega


Carpaccio di manzo con rucola, pachino y parmigiano


También un bistec de ternera (bistecca di manzo) (no tenemos foto) y una lasagna di verdure, según parece buenísima, no la probamos.


El mejor plato para mí el de Lola, unos Pacheri gorgonzola e radicchio. Sabor y textura espectacular. Cuantas leyendas hay con el punto de la pasta madre mía.


Y de beber vino de la casa, agua y refrescos. Cenamos estupendamente por 20€ por barba (sitio totalmente recomendable) y después de los expresos, y por no irnos a dormir con el estómago tan lleno, nos fuimos al famoso bar del Fico a tomar unos cócteles. Curioso lo de este bar, es también restaurante, lo frecuenta gente muy guapa y el aspecto del mismo es muy vintage en los colores y decoración. Mi bloody mary espectacular, tomé nota de los matices para intentar mejorar aún más el Genuino Bloody Mary que os hicimos en el blog.


También hubo Cosmopolitan, piña colada y mojitos.


A las 1:00pm ya nos encontrábamos en el hotel extenuados, muy dura la vida del turista de fin de semana. Al día siguiente amanecimos y madrugamos casi más que otros días. Dejamos las maletas en consigna y nos fuimos directos al coliseo. Esperamos 1 hora de cola y al final pasamos, lo peor de la cola no estaba fuera, estaba en los zig-zag de dentro hacia las taquillas, qué desastre, fue lo único que vimos mal organizado de todo nuestro recorrido. Creemos además que estas entradas se pueden sacar también por Internet. Entramos y y esta era la estampa, más bonito por fuera que por dentro, y el calor era insoportable.


En el recorrido total te dejan pasear sólo por la parte superior e inferior del anfiteatro en círculo, y abajo tienes un mirador al hipogeo y arena. Lo demás es lo que veis en la foto. Entre los expolios y erosión es realmente un cúmulo de piedras. Es mejor que lo hagáis con guía, os van a explicar cosas muy interesantes y seguro que se aprecia más.

Decidimos comer pronto y decidimos volver a ir al restaurante Francesco. Nada, los martes cerrado, así que al final comimos cerca del hotel en un restaurante más refinado pero que de la comida poco que hablar. Se llamaba la Cantina del Vecchio.


Empezamos con una Selezione di formaggi con miele e noci tostate y otro plato al centro Seppioline con piselli.


De segundos platos, mi plato, unos Straccetti di manzo con rucola e riduzione di aceto balsamico di Módena (DOP), demasiado avinagrado para mi gusto, pero no estaba mal.


Unos Rigattoni alla arbonara, auténticos sin nata, al parecer ricos.


Otros Rigattoni alla matricciana, otra modalidad de pasta que se emplea con esta preparación, sobre todo en Roma.


Un comensal pidió Baccalà in umido con cipolle di Tropea (Bacalao guisado con cebolla de Tropea), aceptable aunque muy escaso para su precio.


Lola pidió unos Maltagliati con gamberi, zuchine e menta (gambas, calabacín y menta).


Otro amigo pidió unos Tonnarelli cacio e pepe (con queso y pimienta).


Y por último, unos Fettuccine ai funghi porcine.


Caro para las cantidades, pero bien para probar cosas más autóctonas. Tomamos cafés y no tomamos postre porque preferimos tomar un helado en el que fue, a nuestro juicio, el segundo mejor despacho de helados de Roma de entre todos los que entramos.


Mientras uno se decidía te ponían vídeos en una televisión viendo como los hacían, increíble. De lo mantecados que salían parecía plastelina. Los sabores que pedimos fueron muy variados, yo repetí. Pedimos Chocolate al vino, almendras sicilianas, helado de mora natural, de auténtica nata (genial).


Pues ya estaba finalizando nuestro viaje. Justo antes de partir hacia Madrid, decidimos ir a la cúpula de San Pedro, nuestra última cita en Roma.


Vamos caminando de nuevo,y una vez allí tenemos dos opciones, o pagar 7€ por subir la mitad de las escaleras (más de 300 escalones), o pagar 5€ y subir un total de 551 escalones. Decidimos ir en ascensor, y la verdad es que menos mal porque uno ya no está para estos excesos. En el tramo dónde te deja el ascensor paseas por un momento por los cielos de la basílica, ¡es espectacular!


Allí las vistas preciosas, divisamos la plaza de San Pedro y el recinto del Vaticano que no pudimos visitar a pie.


Allí arriba no pueden subir señores muy mayores, mirad un tramo de la bajada desde la cúpula.


Al bajar nos dirigimos al hotel y corriendo nos fuimos a recoger las maletas porque venían a buscarnos muy puntuales la empresa Roma Transfer (¡qué gran idea!) los cuáles nos llevaron raudos al aeropuerto (¡y tan raudos!).

Ya embarcados nos subimos al avión y hubo un retraso de 45 minutos antes de despegar, pero es igual, ya estábamos sentados y era cuestión de esperar. ¡Ah! menos mal que cenamos algo en el aeropuerto, porque llegamos a Madrid cerca de las 12 de la noche.

Y poco más. En conclusión, un viaje 100% recomendable, nos ha encantado no ya por todo lo que hay que ver y visitar, que es infinito, sino porque Roma tiene un encanto muy especial, que engancha. Un reflejo del pasado y del presente unidos en un viaje en el tiempo. Además el carácter de sus gentes es muy similar al nuestro y te hace sentir como en casa. Normal que tanta gente de medio mundo repita una y otra vez.

Esperamos que os haya gustado y a alguien le sirva de algo.

Salud.

17 comentarios:

  1. Que viaje más cmpleto, y los platos se ven estupendos. Nosotros cuando fuimos a Roma decidimos no entrar en el coliseo romano porque las colas eran impresionantes y tuvimos que elegir.

    Saludos

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  2. oohhh he babeado literalmente!! Recuerdo cuando fuí a Italia, la comida (aunque hay algunos sitios que no tanto) es delicia! Allí me comí en la Piazza Navona mis primeros Bucatini alla amatriciana y viendo vuestra foto, que de recuerdos me han venido :) Nunca los olvidaré, estaban riquísimos. Y enfrente, el emblemático tartufo de postres!

    Que ganas de volver :)

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  3. Bueno, pues se acabó lo bueno. Porque este serial in situ fue una gozada para vosotros, seguro, pero para los que lo hemos disfrutado con vuestro reportaje también.

    La Capilla Sixtina ha de ser impresionantemente bella. Lo que no disfrutaría yo tanto es de tantísima gente, ¡qué horror! Si así no se puede ver nada. Y bueno, toda Roma tiene que ser espectacular. Como siempre, cuando finaliza un viaje como éste, siempre nos queda la sensación de que no lo hemos visto todo, pero es que con Roma pasará como con Madrid, que tres días son un aperitivo.

    Los menús no me han parecido nada caros, no, y luego viendo los platos sobre la mesa, se ve rico y abundante.

    ¿Y para cuándo el siguiente viajecito? Un beso!!

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  4. estoy salibando que no veas con esos rigatoni a la carbonara y los spaguettis a la matricciana, aunque a mí esa salsa me gusta más con bucattini que con espaguettis. Los helados, la verdad, tienen mejor pinta los tuyos!

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  5. Estupendo viaje y mejor resumen.

    Un abrazo.

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  6. q recuerdos..yo me chupe esa cola y en pleno julio,claro que fue hacecasi 10 años y no manejaba yo lo de sacar entradas por internet,sino....
    gracias por hacermelo recordar con este fabuloso reportaje

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  7. Muy buenas crónicas de este viaje turístico a Roma. Interesantes, amenas y ¡aperitivas! (que hambre cuando acabas de leerla!). Gracias por los detalles y las advertencias.
    Saludos.

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  8. Eres un buen guía , me han encantado tus repostajes sobre la visita a Roma

    Y esas comidas que enseñas, se ven fantásticas, y que te voy a decir de los helados ¡¡

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  9. Que bonito reportaje! Te entiendo cuando dices que Roma engancha... yo estuve allí una semana esta navidad, del 30 de diciembre al 6 de enero para aprovechar las vacaciones de Navidad, nunca había ido en esas fechas y te puedo asegurar que había tanta gente por todas partes como en pleno verano! Roma nunca duerme me temo...

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  10. Precioso el reportaje y las fotos espectaculares.Mi marido y yo estuvimos hace dos años y vinimos encantados,tu reportaje me ha hecho revivir esa experiencia tan maravillosa que fue visitar Roma.Gracias.

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  11. Esta parte ha sido sin duda mi favorita, esa visita a la Basílica de San Pedro. Que pena tener que ver la Capilla Sixtina abarrotada de gente y sin poder pararte verdad? quien pudiera disfrutar de ella en soledad y con todo el tiempo del mundo.... y la pietá del Vaticano, el baldaquino de Bernini, la cúpula... me emociono sólo de pensarlo.

    Bicos

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  12. vaya reportaje. No has parado. Y los platos que nos ha presentado estupendos. Saludos.

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  13. Qué lindo paseo y reportaje nos han hecho, hasta el cansancio que relatan me ha dado una tremenda nostalgia, pero no ganas de volver a ver el Vaticano de esa manera, cuando yo fui no habían esas colas enormes, bueno, eso fue hace muchísimos años. Pero la Pietá me sigue emocionando lo mismo en fotos, es que tiene mucha carga.

    Y de los lugares de comer, el que más me ha gustado es la Danesina, qué lindo todo. Gracias por el paseo:)

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  14. Todo perfecto! Una buena review, pero tengo una duda?? cuantos ibais en el viaje? Porque siempre aparece comida como para una docena de personas!! Pizza y despues pasta? Madre mia... :-)

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  15. Hola anónimo, desde luego que parece una exageración. íbamos 7 personas, y a veces pedíamos una pizza al centro como entrante o antipasti, por probarlas, ya sabes que para esta preparación siempre hay hueco :)

    Un saludo.

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  16. Que maravillosas vacaciones Carlos, se nota que las habéis disfrutado. Preciosas fotos y crónica, parece que estábamos allí con vosotros.
    Un abrazo

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  17. Me ha encantado la crónica, ha sido como volver a Roma...eso si, yo no tuve esos agobios de gente, me he quedado impresionada con la imagen del museo, qué horror! Yo estuve un día entero, hicimos un pequeñito descanso en la cafeteria y fue el peor sandwich de mi vida pero merecio la pena.

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