De puente a Roma (segunda parte)

Hola a todos, continuamos esta trilogía sobre nuestro reciente viaje a Roma. Amanecimos en la Ciudad Eterna, sólo tres de nosotros nos levantamos tempranito, el resto del grupo se quedó recuperando horas de sueño después de nuestro intenso primer día en Roma. Nos sirvieron el desayuno en la habitación del hotel, es curioso pero en esta ciudad, por lo general, el alojamiento incluye desayuno, y servir el desayuno en la habitación es una práctica muy común en alojamientos pequeños que carecen de espacio para instalar un comedor o una sala para desayunos. Si dejamos a un lado su lado romántico, esto tiene sus inconvenientes, para empezar el día antes tienes que tener claro a que hora te vas a levantar, con lo cual te olvidas del momento 'un ratito más', y además también tienes que saber con qué apetito te vas a despertar y qué te va a apetecer desayunar. Respecto a esto último, en nuestro caso no había problemas porque tampoco teníamos mucho donde elegir: café, leche (fría),, cacao, capuccino, zumo de naranja (de bote), pan (sin tostar), biscottes (industriales) y croissants (bollos industriales variados), de acompañamiento mantequilla, mermelada, miel y nutella, y como única opción salada, huevo duro. Eso sí, de todo ello, podías pedir la cantidad que quisieras.


Nos pusimos en marcha los tres. No queríamos hacer visitas que fueran de interés para todo el grupo, así que decidimos irnos de mercados y mercadillos. Habíamos leído en una guía que el rastro de Roma por antonomasia es el que se celebra los domingos por la mañana en Porta Portese, con más de cuatro mil puestos, y que muy cerca, en el barrio de Testaccio, se encuentra uno de los mercados de alimentación más auténticos y pintoréscos. También en este mismo barrio, en la Piazza dell'Emporio, ponen un puesto muy famoso que vende zapatos de mujer, especialmente indicado para los amantes de los zapatos a los que les guste madrugar. Esos eramos nosotros!, así que, allí que nos fuimos. Tras un corto pero frenético viaje en autobús, llegamos a este barrio. Para nuestro pesar, el mercado estaba cerrado por ser domingo y no encontramos ningún puesto de zapatos. Le preguntamos a una buena mujer oriunda, y nos dirigió hacia Porta Portese, advirtiéndonos de llevar bien sujetos los bolsos y carteras. El rastro realmente era igual que en España aunque las expresiones populares en un lógico italiano, ¡saldi!, ¡tutti 1€! y ¡signora! ¡signora!, poco más que contar. Fue una pena que no pudiéramos disfrutar del famoso mercado de abastos, aunque debemos de dar gracias a San Pedro de no habernos matado con el autobús. ¡Cómo conducen estos romanos!


Como aún era temprano y no hacía demasiado calor, decidimos hacer el camino hacia la Piazza Venezia dando un paseo por la ribera del Tiber. De camino nos encontramos con la famosa Bocca della Verità (Boca de la Verdad)  situada en la Iglesia de Santa Maria de Cosmedin, ambas popularizadas por la película Vacaciones en Roma. Cuenta la leyenda que si introduces tus manos en la boca y mientes, la boca te muerde las manos. Había que esperar una cola tremenda para comprobarlo, adelanto de lo que nos íbamos a encontrar durante la jornada del domingo, así que decidimos continuar nuestro paseo y en él pudimos admirar el teatro di Marcello. Llegamos a la famosa Plaza del Campidoglio  (Plaza del Capitolio) situada en la cima de la colina Capitolina, una bella plaza diseñada por el recurrente Miguel Angel y que el hombre no pudo ver terminada ya que sus obras no finalizaron hasta un siglo después, aunque se hizo conforme a su proyecto original. Allí pudimos ver una réplica de la estatua ecuestre de Marco Aurelio. Desde la parte posterior de la plaza también pudimos comtemplar unas estupendas vistas del Foro Romano y la réplica de la escultura de la loba Capitolina, la que dice la leyenda que amamantó a Rómulo y Remo.


Justo en su anverso, a los pies de la colina Capitolina, se encuentra la Piazza Venezia, presidida por el monumento de Vittorio Emanuele II y en la que se encuentra la llama eterna de la tumba al soldado desconocido (altar de la patria). Allí nos encontramos con el resto del grupo y juntos subimos a la basílica (unas vistas preciosas) y pasamos un buen rato de la mañana echando fotos por todo este entorno.


Después nos fuimos por la ancha vía del Fori Imperiali para ver la columna de Trajano, y las colas interminables del Foro Romano y posteriormente del Coliseo, cuya visita decidimos posponer para el martes.


En el paseo también pudimos ver el Arco Constantino y este puesto de fruta fresca, que ha sido el único que hemos visto en todos nuestros itinerarios (a precio de millón).


A todo esto probamos la Coca Cola light de allí, tiene un sabor super suave, mucho más que en España y también comentaros que curiosamente el agua de Roma tiene mala fama por ser gruesa y dura, pero es 100% potable. A mí personalmente me gustó por su regusto a piedra caliza, me recordó al agua de Solares aunque con sus diferencias por supuesto, la Solares es más fina. Por cierto, ¿tendrá que ver este agua con la Fuente Primavera española?.


Decidimos ir entonces a comer ¡qué calor madre mía!. Este día no tuvimos mucha suerte con la comida ya que el tiempo era oro y tuvimos que improvisar. Decidimos meternos en un local muy pintoresco dónde además de tienda ofrecían paninis, ensaladas y bebidas frías. El sitio estaba bien, y los dueños (padre e hijo) eran muy agradables pero el panini que yo me pedí (de pollo) no me gustó nada, y al resto tampoco les hizo mucha gracia el suyo, pero con el hambre que teníamos, sobre todo los que madrugamos, nos comimos hasta la última migaja junto a un par de ricas ensaladas que hicieron delante nuestra con hojas de varias lechugas y escarolas (no tenemos fotos de esto). De todas formas os dejamos unas instantáneas de una insulsa agua mineral Perla, mi panini y uno de prosciutto. No tienen apenas misterio.


Probamos eso sí una cerveza nueva, Birra Moretti, y nos gustó.


Después de la comida algunos tomamos un helado en un puesto bastante mediocre y nos dirigimos a ver el famosísimo Moisés de Miguel Angel. Lo que no nos esperábamos era la cantidad de gente que habría esperando antes de abrir, es más, cuando abrieron las puertas salieron todos corriendo como si de un concierto se tratara a situarse tras la verja que separa la escultura de la gente. Oye, que no había forma de sacarle una foto al Moisés sin llevarte un codazo. Impresionante. La basílica que lo albergaba, San Pietro in Vincoli, casi era lo de menos. En esta basílica también podéis ver las cadenas con las que ataron a San Pedro guardadas en un relicario bajo el altar principal.



Continuamos nuestro paseo hacia la preciosa basílica de Santa María de la Victoria, que alberga el Éxtasis Santa Teresa de Bernini. Curiosamente de camino vimos el primer McDonalds de toda nuestra estancia en Roma, justo al lado de un hotel de super lujo que había en la Piazza Della Republica, con coches de super lujo como éste, que también son una maravilla para los ojos.


Rojos como un tomate por el sol (llevaros crema solar porque por allí en verano pega Lorenzo que da gusto) continuamos caminando hacia la bonita plaza de Campo De'Fiori. Tampoco pudimos conocer su famoso mercado al aire libre, que es otro de los mercados dignos de visitar y donde, además de los puestos de alimentación, también son conocidos sus puestos de flores. Lo podéis visitar de lunes a sábado por la mañana, era domingo por la tarde, así que no pudo ser, hubiera estado muy bien, lo dejamos para la próxima visita.


Por las tardes esta plaza se convierte en una animada zona de bares y restaurantes, así que decidimos parar a tomar algo en una de sus bonitas terrazas y al final nos volvimos a aprovechar de los famosos aperitivos/buffet que te ofertan a primera hora de la tarde. Merendamos (y ya cenamos) porque había barra libre de distintos quesos, bruschettas, pinchos y demás picoteos. Todo rico pero poco variado. El queso parmesano estaba buenísimo, comimos hasta atragantarnos.


Salimos por 10€ por barba con un vino blanco que pedimos fantástico. El aperitivo no era muy allá, pero sirvió para calmar hambres y revitalizar un poco cuerpo y alma.


Al acabar probamos en otro sitio un helado del montón, aunque hubo dos sabores muy logrados, uno el de mango y otro el de cerezas. La empresa se llama Blue Ice, y habiendo probado muchos, no os la vamos a recomendar.


Era casi de noche a las 20:30 (ya sabréis que misma hora que España pero anochece una hora antes), de camino hacia el hotel contemplamos en la plaza Navona los puestos de cuadros, lienzos y laminas allí existente. Algunos compramos y otros contemplamos un espontáneo baile street dance que hacían unos chavales en la misma plaza. Buen ambientillo.


Antes de retirarnos nos tomamos una copilla en un pub de las inmediaciones del hotel, a mí me pusieron un whisky con rodajas de limon, jamás visto, y es cierto que los mojitos están muy bien instalados en los bares de la ciudad. Decidimos dar una vuelta para explorar el sentido contrario de la calle que hasta entonces no habíamos recorrido y de repente nos topamos con una vista nocturna del Castillo de Sant Angelo. Impresionante.


Nos dimos una vuelta y descubrimos los innumerables puestos de abalorios y toda la zona de marcha sita en las orillas del río Tiber. La misma zona en la que Audrey Hepburn y Gregory Peck protagonizaron en Vacaciones en Roma aquella escena del baile que finalizó en pelea. Estuvimos tentados de bajar a tomar algo, pero las fuerzas llegaban a su fin y queríamos recuperarnos para lo que nos esperaba al día siguiente.


¿Necesitáis pistas?


Continuará.

19 comentarios:

  1. Como aprovechásteis el dia!! vaya si os cundió...
    Como me gusta todo...

    Un beso y mucho calor por aqui, húmedo y temperaturas muy altas...

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  2. Que viaje más bonito. Los helados es que es lo que llama más la atención, que pinta.

    Saludos

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  3. Buenísimo tu reportaje... menudo puente y que bien aprovechado

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  4. Alucino con la cantidad de detalles que a veces nos dais en vuestras entradas, Carlos. Ya os imagino en plan entrevistador total: "¿qué vínculo familiar tienen ustedes?", les preguntamos al dependiente de la tienda. "Somos padre e hijo", nos respondió el entrevistado. Ja ja ja.

    Es curioso ver cómo por allí también disfrutan de las banderillas, algo que creo que es típicamente nuestro, las tablas de queso. Me gustan esos recipientes de madera donde os sirvieron el arroz tres delicias.

    También había oído hablar de lo locos que son los italianos conduciendo. San Pedro tenía que estar allí para protegeros, ja ja.

    Estos recorridos turísticos son agotadores. Aparte de ampollas en los pies, escozores por el roce y demás. A nosotros es lo que más nos gusta hacer también.

    Un beso, y hasta la tercera entrega, o ¿quién sabe?

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  5. Ya veo que os alimentásteis la mar de bien. Esas tostaditas con tomate, atún y rúcula me han encantado, probaré de hacerlas mientras espero el próximo capítulo de vuestro viaje :o)

    Besos y feliz lunes.

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  6. No puedo soportar la envidia que me da vuestro viaje!!!!! He estado dos veces en Roma y la he recorrido bastante bien, por eso tu crónica me trae tantos recuerdos y me apetecería tanto volver!!!!!
    Insisto: qué bien os cuidáis...
    Espero ansiosa el resto...
    Un saludo, Begoña

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  7. un reportaje estupendo y lleno de detalles. Roma es precioso. Saludos.

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  8. ¡Qué preciosidad de foto y qué post tan bonito!

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  9. Me he enganchado a la crónica de vuestro viaje :)) con esas fotos tan bonitas dan ganas de coger un avión a primera hora de la mañana!!

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  10. Culturalmente me parece una pasada, me encanta lo que veo!
    Lo que no me llama nada de todo lo que nos enseñas es la comida, me recuerda mucho a comida para "turistazos", como que no creo que sea realmente lo que comen no? Bueno eso espero que haya más cosas jejeje
    Yo me imaginaba platos deliciosos de pasta con salsas magníficas, pizzas de masa extra crujiente chorreantes de buenos quesos...

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  11. Las fotos son geniales, que ganas de tengo de visitar Roma

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  12. Menudo viaje, yo el año pasado estuve en Venecia me encantó y esas pizzas no he comido nunca una pizza tan buena commo allí, cuando vaya a Roma seguiré vuestras indicaciones.
    Besines y me quedo por aquí

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  13. ¡Qué mágico y qué buen ambiente! Me encanta y dejaré alta en mis prioridades ir a Italia. Aunque tomaré nota de no tomar bocadillos de pollo empanados jajaja, ¡gracias por todo!

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  14. Que recuerdos me has traído a mi memoria Carlos con tu entrada.
    Nosotros estuvimos el año pasado y la verdad es que nos encantó esta ciudad, vinimos reventados de tanto andar, pero vamos, la ciudad y su gente es una pasada

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  15. Repito lo que ya os puse en la entrada anterior: me muero de envidia!!

    Bicos

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  16. ES un viaje precioso, que cuando te leo, no puedo evitar el acordarme del mío hace ya 2 años...

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  17. El viaje a Roma a mi se me trunco (aun tengo los pasajes guardados)y tengo muchas ganas de ir así que ahora me conformo con leer tu crónica.
    Saludos

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  18. Me ha encantado leer estos dos reportajes, espero el tercero...estoy deseando volver con mi marido que no conoce la ciudad. Yo la comida la recuerdo excelente, claro que ibamos con un chico que vivia alli y nos llevó a sitios muy concretos.

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  19. Me pasa como a Ana, la comida la recuerdo estupenda, comimos de maravilla y no íbamos acompañados, je je je, solo algunas referencias, como Alfredo's y algo mas.
    He estado 3 veces y creo que aun me queda mucho por ver y saborear.
    Que buenos recuerdos.
    Bsss desde Almeria

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**** A T E N C I O N     S I    D E J A S    U N    C O M E N T A R I O ****

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