Todo estaba buenísimo, y es que Tere, es una amante de la cocina desde hace muchos años aunque Alex le ha echado siempre una mano en preparar algunos platos y presentaciones. Juntos nos han deleitado conociendo restaurantes, y alguna de sus cenas caseras, así que esta vez no iba a ser menos y nos ofrecieron otra exhibición culinaria que desde aquí les volvemos agradecer un montón.
Antes de nada, qué sepáis que son seguidores asiduos del blog (mil gracias), y que les gusta y les atrae muchísimo la cocina moderna con esos ingredientes selectos, extraños, exóticos e internacionales que sólo ellos nos ofrecen, siempre cargados de historias. Saben además comprar muy bien. Son innumerables las charlas que tenemos sobre centros comerciales, productos y precios, y siempre nos sorprenden en el apartado de bebidas con vinos muy accesibles pero casi siempre desconocidos por el público. Todavía recuerdo cuando nos descubrieron el Rueda de uva verdejo Aura. Ahora le ha tocado el turno a un vino chileno que se nos antojó exquisito.
Pues empezamos la cena con todos los platos al centro menos los carabineros al horno que empezaron a hacerse justo cuando nos sentamos. Todos ellos estaban muy bien presentados, y a la vista está en que los platos eran refrescantes y deliciosos, acordes con el buen tiempo que aún tenemos en toda España. Empezamos con unos tartaletas de bacalao al ajo arriero con salsa alioli gratinada. Estaban estupendos. El bacalao estaba desalado en casa, algo cada vez más raro de ver, y eso se notaba en su sabor y textura algo más auténtica (Tere compra siempre este género en la Casa del Bacalao). El gratinado de alioli le venía que ni pintado porque curiosamente era suave y hacía que el bocado fuera más cremoso.
Después atacamos a dos bandejitas diferentes de salmón salvaje ahumado (Wild Smoked Salmon) traídos directamente de Canadá por el padre de ella. Uno era un Maple Glazed (ahumado y con jarabe de arce) y otro era Ice Wine Glazed (ahumado y aderezado con Ice Wine o vino dulce canadiense de uvas congeladas). Ambas suculencias estaban muy buenas y tenían un sabor a pescado ahumado de calidad con tintes dulzones. Los comimos directamente con pan, y formaron parte de la mesa durante toda la cena. Eso sí, a los pocos días me vino a la cabeza que podían estar buenísimos dentro de unos pimientos del piquillo rellenos.
Luego le metimos mano al plato que quizás más me gustó, el pollo ahumado con salsa pesto y tomate natural. Sobre el plato poco que decir que no sean alagos, impresionante combinación de pollo con una salsa pesto fácil pero deliciosa. Tenemos que comprar con carácter de urgencia el pollo ahumado en bandeja (que no fiambre).
Después probamos otra delicia de plato, espárragos bicolores (los verdes a la plancha) con bonito en conserva casero hecho por la abuela de Tere. Todo ello espolvoreado de un puñado de cebolla deshidratada y tostada del Ikea (roasted onion), sobre una fina capa de aceite de oliva virgen extra originaria de Grecia la cuál nos flipó.
Un óleo goloso, con un sabor muy marcado a aceituna joven y de una variedad claramente poco habitual y que ellos no se acordaban. Su color era verde dorado, y verlo encandilaba a cualquiera. Estos chicos creen que la marca del mismo era Olympia-Xenia, y parece que están seguros al 100%. Se me olvidaba, los espárragos blancos eran auténticamente Navarros. Un plato ligero, sano y perfecto para una cena el cuál nos pareció de nuevo excelente.
Por último dos bocados más, uno, los canapes de surimi fresco con lechuga. Confeccionados con lechuga, cebolleta y mahonesa. Un bocado refrescante y exquisito que se agradeció también un montón.
Y dos, los super carabineros asados al horno con una suave capa de ajos troceados y de aceite de oliva virgen extra. Plato sencillo, señorial, exquisito y oficiado a la perfección en su punto de horno. Todo un lujo para los sentidos que gustosamente quisieron compartir con nosotros.
Pues esto fue todo. Comentaros por último una serie de detalles. Bebimos con la cena un vino blanco joven chileno llamado Gato Negro (viña San Pedro 2007) hecho a base de uva francesa chardonnay, del que nos regalaron muy amablemente una botella y que seguro que compraremos de ahora en adelante. El vino era muy afrutado y lleno de matices. Un gran acierto como siempre. Nosotros al desconocer con qué tipo de cena nos iban a deleitar, no arriesgamos y llevamos un Martin Codax fresquito. Un gran caldo que nos descubrieron mis cuñados y del que ya os he hablado en algunas ocasiones.
La tarta tres chocolates también la pusimos nosotros, y ésta fue comprada en la famosa pastelería Gómez de la Avda. de los Toreros en Madrid, aunque no fue la mejor que hayamos probado en este sitio, pero estaba buena.
Por último destacar su atención, y su conversación. Extraordinaria, como siempre. El detalle que tuvieron además con el agua mineral (Lanjaron), esa terraza super acojedora, la cantidad de panes diferentes que había en la mesa, su menaje, su organización. Todo conspiró para que la velada fuera muy agradable tan agradable como siempre, a la par de ponernos el listón altísimo (ellos saben de qué estamos hablando jejeje).
Salud.
Amigos así hay que mimarlos y mucho!! Me quedo con las tartaletas al ajo arriero....
ResponderEliminarSaludos!!!
Estaban muy buenas sí, a ver si Tere se anima y monta ese blog que ceo que le está rondando la cabeza. Un saludo Carmen.
ResponderEliminarQué fotos! Casi palmo de hambre.
ResponderEliminarEl pollo ahumado ¿cómo se hace? ¿no estaba algo seco?
Hola Randolo, el pollo ahumado estos chicos lo compran, y no tengo ni idea como se ahuma una carne, si no es por procesos industriales. Un saludo
ResponderEliminarHola!!! Podeis decirme donde comprais el pollo ahumado ? Gracias
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