La papaya, una fruta que es toda una bendición

Desde hace tiempo tenía muchas ganas de hablaros de la papaya, pero prefería esperar a marcharme algunos días de vacaciones a Almuñecar para mostraros una de las monstruosas piezas de esta curiosa fruta la cuál se vende en casi todas las fruterías de la zona, entre otras variedades de frutas tropicales. Por si no habéis caído, comprar una papaya en la costa de Granada y Málaga es comprar la única papaya que se produce en la península (costa tropical), y por defecto en Europa, sin olvidarnos de la excelente producción existente en nuestras islas Canarias. Por tanto es algo único que no debemos de dejar pasar por alto en ningún momento, sobre todo por lo que conlleva comprar una fruta de estas características.


El cultivo de papaya en la costa tropical lleva produciéndose poco tiempo, quizás llevará unos 15 años, pero este dato no lo conozco a ciencia cierta, lo que si que sé seguro es que la producción de esta fruta (como de otras tropicales) proviene de parcelas particulares que han ido introduciendo el cultivo tropical en la zona para ver como cuajaba dentro de este microclima tan particular como es el de la costa sexitana y malagueña. La papaya de Almuñecar, y también la de Nerja es quizás de los últimos experimentos efectuados en cuanto a cultivos sudamericanos, y solamente es conocida (que yo sepa) en Andalucía porque a Madrid (por ejemplo) no llega. Su particularidad es que es quizás es más espectacular a la vista que las que importamos de la propia sudamérica, pero no por ello más dulces, ni más grandes (lo que pasa es que impera el tamaño estándar debido al gusto europeo). En cambio las chirimoyas, los aguacates etc, se han ido introduciendo progresivamente en toda nuestra geografía, quizás porque llevan mucho más tiempo en esta zona del litoral andaluz.

Y lo curioso de esta fruta tropical es que apenas posee semillas a diferencia de la sudamericana o incluso africana, debe de ser una fvariedad híbrida creada por el hombre, además podemos encontrarnos ejemplares de hasta 9 kilos en los supermercados, algo increíblemente desproporcionado si lo comparamos con las papayas que vemos que vienen del extranjero. De todas formas cuanto más grande no es (digamos) ni mejor ni peor, no se empeora su calidad en absoluto al revés, estas papayas al no permanecer en cámaras presentan unas condiciones inmejorables para su consumo, es decir, se venden pocos días antes de arrancarlas del propio árbol adquiriendo previamente el desarrollo necesario y adquiriendo unas características organolépticas insuperables, a diferencia del resto de las papayas foráneas. Pero insisto, no son más dulces, ni mejores que las que uno puede probar en otros países productores.

Yo sospecho que esta variedad almuñequera es la sunrise solo, pero no las tengo todas conmigo, de todas maneras vuelvo a revindicar la poca información que existe de un producto único en Europa (como éste) en Internet, y es que además la papaya está considerada como una de las mejores frutas que nos da la tierra, desde muchos puntos de vista y desde muchas opiniones de expertos y facultativos. Ahora os contaré.


Bueno, pues que sepáis antes de nada que la papaya es originaria de América Central, concretamente de la zona de México, Perú y Costa Rica. Leo en Wikipedia que muchos científicos no tienen claro aún su origen, si nació en plena cordillera de los andes o en la selva sureña mexicana. Aún así, la teoría más convincente es que efectivamente nació en México, y de allí se extendió a todos los países tropicales del mundo gracias al hombre, cultivándose hoy en día desde Florida o Hawai, hasta África, Europa (Canarias y Costa tropical), India o Australia. De entre todas las variedades comerciales existentes destacan las variedades Sunrise Solo, Bluestem, Graham, Betty, Fairchild y Rissimee, pero no veo fotos de muchas de ellas en Internet.

Por si no lo sabíais tampoco, la papaya es el fruto del papayo (Carica papaya) o coloquialmente se le ha denominado árbol de la salud. Dicho árbol es muy productivo y de relativa poca altura dónde (casi) en su punto más alto crecen estos frutos y en grandes cantidades, justo después de que se deshoje de forma natural esta zona para así descubrirlos (parecen que emergen del tronco). A la papaya se le llama también melón de árbol, mamao, naimi, capaídso, bomba, mamón, lechosa (por su savia), pucha o paque. Yo no conocía ninguna de estas denominaciones.

Y ya lo que os decía, sus propiedades beneficiosas han sido reconocidas y supervisadas por cientos de científicos y espero que cojáis un boli para apuntar al menos las siguientes. Veréis, la papaya es buena para el estreñimiento por su efecto laxante y unas fibras de alta calidad. Gracias al retininol (o vitamina A) la papaya ayuda a la melanina de la piel a adquirir entre otras cosas ese famoso bronceado de calidad mientras combate demostradamente cuadros de eczemas y manchas cutáneas. Es además cicatrizante (también antiulcerosa), digestiva (la famosa enzima proteolítica papaína), anticancerígena (cáncer de estómago), fungicida (una de las pocas frutas que desparasita), refuerza además el sistema inmunológico (con su vitamina C y los folatos), es hidratante, ayuda a nuestros huesos (colágeno), es analgésica, purgante, antiinflamatoria, poco calórica y rica en nutrientes. Es alcalina (bueno para la sangre), suaviza cuadros hepáticos y es ideal para embarazadas por ese alto contenido en ácido fólico, sales minerales y vitaminas. También está recomendada para las personas celíacas (ayuda a digerir el gluten). Y un largo etc.. Es como para planteárselo ¿verdad?.


Mi hermano la consume mucho en macedonias, comidas de bebé, cruda en épocas de régimen o como complemento vitamínico natural en los desayunos etc.. Nosotros en cambio no, y creo que vamos a cambiar de proceder porque es más de lo que yo pensaba. Desde luego como más nos gusta degustarla es en esas macedonias con tintes tropicales que se preparan en mi casa con motivo de alguna reunión. Pero vamos, nos gusta así por su carácter algo insípido, aunque cruda es excepcional, con una textura jugosa e incomparable. Cuando la tomamos cruda la preparamos con unas gotas de limón y un espolvoreo de azúcar consiguiendo así realzar el sabor neutro de la misma.

El precio de las mismas depende en parte de quién os las venda (hipermerado, mercado, tienda de barrio etc). Muchas veces la calidad no va unida con su precio ya que se trata de un producto poco consumido, exclusivo, delicado o caduco, y cada cuál emplea su estrategia de venta. Un precio razonable sería el de 3€ el kilo, aunque en Almuñecar no solían sobrepasar los 2€.


¿Cómo elegirlas? Pues esto es un tema crucial. Dependerá de la variedad, y yo de esto entiendo poco. Cuando compro este tipo de papayas en Almuñecar, mi hermano las prefiere redondas y poco verdes (le tengo que preguntar exactamente el por qué). También hay que ver que lógicamente no posea cortes o zonas golpeadas, y menos zonas muy blandas. Su color debe de ser amarillo más o menos uniforme, aunque con algunas tonalidades verdes y naranjas. Si está toda verde no la compréis porque al parecer son papayas que no madurarán jamás, pero ya os digo que dependerá de las variedades. ¡Ah! comprarla con algo de margen en cuanto a ternura (que no sean muy tiernas), porque si son grandes (como éstas), al tardar en comerlas se pueden echar a perder (al tratarse de una fruta climatérica esta madura en nuestro frutero sin problemas, así que si es grande comprarla mejor algo durita).

Una vez que las compréis, debéis de guardarlas en la nevera dentro de una bolsa de plástico con algunos agujeros, y en la zona más suave del refrigerador.

Qué las disfrutéis. Salud.

3 comentarios:

  1. Como bien sabes estaba esperando leer este artículo. Sin duda es altamente recomendable el consumo de papaya. Aunque no es una fruta que me resulte excesivamente atractiva por su sabor, sus beneficios y bondades son motivos suficientes para sumarla a nuestra dieta.

    Yo siempre la he comido sola, sin más, pero tu sugerencia de la macedonia me ha gustado. Seguro que combina bien con otras frutas.

    Un saludo, Carlos, y a comer papaya, que por el tamaño de la pareja que nos muestras vas a tener para unos días.

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  2. David, ya te digo, a ver si empezamos a degustar esta fruta más a menudo. gracias por escribir.

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  3. A mi la papaya me encanta y si alguna vez os duele la tripa una papaya y una manzanilla con anís y no hay dolor de tripa que se resista. En mi blog podéis encontrar una receta riquísima, cuando estuve en México solía desayunar ésto y sanísima!!!!!
    http://julietacocinaypunto.blogspot.com/2011/01/papaya-con-queso-y-miel.html

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