Garbanzos a la Butarque, improvisando

Bueno pues hoy otro capítulo de comida fácil, rápida, sana y equilibrada. Esta vez, además, super barata. Pero antes de nada debéis de tener en cuenta dos cosas, ¿queréis que el plato sea más natural? ¿o queréis algo rápido sin complicación alguna?. Bueno, pues voy a explicar ambas opciones porque aunque es verdad que siendo el plato más natural implica más trabajo, el trabajo que hay que hacer os garantizo que es mínimo.


Veréis, antes de nada, os diré que comer legumbre es muy importante, si sois seguidores de este blog habréis visto en varias secciones o posts que la verdura y la legumbre copan la cocina más sana y natural de mi gastronomía. Pues bien, este plato lleva legumbre, y la verdad es que lo que le da la gracia al plato es eso, los garbanzos. Por eso lo de las dos versiones, porque si lo hacéis natural estará os aseguro más bueno, pero si no, es igual de sano pero quizás menos untuoso y menos tuyo.

Bueno, pues por si no lo sabéis la legumbre se puede comprar seca o cruda. En vuestra casa habréis visto a vuestras madres utilizar bolsas de legumbres que previamente a remojado, pero creo que estaréis de acuerdo conmigo que es mucho más cómodo comprarla de bote que encima os ahorráis tiempo y dinero (sobre legumbres de bote hay toda una escuela). Aunque si encima de no querer trabajar sois muy exigentes, entonces con la iglesia hemos topado. Os tengo que enseñar a cocer la legumbre.

Los garbanzos, al contrario de las judías y las lentejas se deben de cocer al calor, pero su preparación previa (remojo), es la misma para todas ellas, porque claro, si metiésemos las legumbres secas en una olla sin más, una de dos, o las cocíamos un montón quedando finalmente una legumbre basta y menos tersa, o cuando apagáramos el fuego nos comeríamos piedrecillas nada digestivas. Lo suyo es remojarlo como se tiene mandado.

¿Cómo se remoja la legumbre (en este caso los garbanzos)? pues hay mucha teorías y pequeños detalles a la hora de hidratarlas, pero la más común y fácil es con agua fresca del grifo, sin más, que cubra, es decir, que cubra bastante. Y por supuesto con una pizca de sal gorda, cosa que en las judías y lentejas no hace falta. Aviso a navegantes, si vivís en localidades con aguas duras (¿cómo saber eso? pues lo más fácil es que se lo hayas oído a la gente), o con aguas no potables, os aconsejo utilizar un agua mineral, tipo Bezoya o Fuente Liviana, porque son las más típicas de encontrar en los super y además las más finas (menos mineralización).


¿Cuanta legumbre remojaremos? pues mirar, es muy fácil, la proporción más exacta es dos puños de los vuestros pero a rebosar, es decir, llenos de garbanzos, ni más ni menos. Y ya es una buena ración, os lo aseguro. Bien, echaremos los mismos en remojo (os parecerán pocos) a las 22:00 de la noche del día de antes y las podremos usar con ciertas garantías de 10:00 en adelante (más o menos). Veréis que durante la noche el garbanzo se empieza a inflar, eso es bueno porque la hidratación empieza a surtir efecto y ya os daréis cuenta que al final, no eran tan pocos.

Una vez hidratada la legumbre, hay gente que aprovecha su agua, yo aquí no lo recomiendo porque entre otras cosas no vamos hacer un caldo, pero si os gusta no la tiréis. Bueno, poner agua limpia en una olla (a fuego fuerte) con una hoja de laurel (si tenéis), media cebolla, una zanahoria lavada y un puerro (si tenéis también). Cuando hierva el agua a borbotones, echad poco a poco los garbanzos sin que la ebullición desaparezca en ningún momento. Una vez hecho esto y cuando hierva constantemente, tapamos casi totalmente la olla con una tapa y bajamos al mínimo, pero cociendo.

Así estaremos unas tres horas si no usamos olla a presión o rápida, y siempre dependerá de cómo sea el garbanzo, podéis probarlos a la mitad de cocción (para estar listos para su consumo, deben de estar mantequillosos). Ahora, si sabéis usar la olla a presión ya sabéis que son sólo unos 40 minutos, y siempre os aconsejo que la primera vez, lo hagáis con un adulto porque hay que tener en cuenta unas mínimas cosas.

Una vez acabada la cocción, apagamos el fuego y los dejaremos dentro hasta usarlos porque si no se endurecen. Os preguntaréis ¿y si los preparo secos, qué garbanzos elijo en el super? Pues bueno, eso va en gustos aunque debéis de comprar los mejores que os podáis permitir, y si son de por aquí (España) mejor. Ah, y para no comprarlos caducados es muy sencillo evitarlo, comprobad que la fecha de caducidad diste más o menos un año del día de su compra. Yo recomiendo siempre a mis amigos los tipo pedrosillanos, que son baratos, castellanos y pequeñitos, así cuecen antes y no se rompen tanto. Mirad las etiquetas para saberlo.

Si elegís en cambio legumbres de bote, coged unas buenas conservas tipo Rombo D'Oro, o Cidacos, no sé deciros más.


Ahora atención, hay que elegir el bote de tomate frito que usaremos en el preparado. Yo os puedo recomendar tres marcas muy fáciles de encontrar y que os van a resolver la papeleta de maravilla, y además en orden de preferencia.

1. Bote cristal de Tomate Casero Dia en aceite de Oliva (unos 0,70€).
2. Lata de Tomate Orlando Casero en aceite de Oliva Virgen (unos 0,80€)
3. Lata de Tomate Casero Ybarra en aceite de Oliva Virgen (unos 0,80€)
4. Cualquier Hida (0,90€).

Una vez comprado (veréis que son muy baratos), adueñaros de un buen chorizo que no sea muy añejo y lo más casero que podáis, sirve un cantimpalo, o un chorizo curado tipo Revilla (no fresco). ¿Cuánta cantidad? Pues un dedo de largo para una persona. Y también de un bote de pimientos del piquillo que veáis en el super, os recomiendo de Lodosa (baratos los de la marca blanca del Corte Inglés), si no de fuera que os costarán 0,60€ un bote de 200 gramos.

Cogeremos entonces una sartén y con un hilo de aceite (una cucharada sopera) echaréis el piquillo en trocitos y rehogaremos a fuego medio ¿hasta cuando? hasta que se quemen ligeramente, entonces echar el chorizo en trocitos a rehogar. Una vez rehogado, es decir, haya oscurecido un poco, echáis los garbanzos bien escurridos y rehogamos a placer y a fuego suave. Cuando se hayan mezclado bien con las guarniciones y eliminado toda posible agua, echaremos el tomate y lo llevaremos a ebullición.

Una vez todo bien distribuido y caliente, apagaremos el fuego y colocaremos el preparado en una fuente de grill que no sea profunda. Si el grill es del microondas mejor, porque sólo será meterlo y esperar unos 15 minutos. Si se trata del horno, os recomiendo que lo calentéis un poco previamente.

Una vez todo listo en la fuente, poner queso en lonchas tipo tranchettes por encima que cubran todo, aunque si tenéis queso normal, mejor. Podéis probar a poner varios quesos distintos que fundan (gruyere, emmental, maasdam, cheddar, parmesano, un poco de cabrales etc). Partiríais pues lonchas finas y las pondríais por encima junto con un puñadito de orégano.

Al grill hasta que veáis que ha gratinado y listo.

Parece una chorrada, pero es una forma sana y más interesante de comer legumbre. El nombre de "a la Butarque" surgió en unas fiestas de Leganés allá por el 2002, en honor a su patrona (Nuestra Señora de Butarque) y quizás a la falta de imaginación. Pero al resultar ser un plato tan rico, pensamos incluso que la vírgen algo tuvo que ver en ello.

Os recomiendo tomarla con mucho pan.

Salud.

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