La coherencia en la cocina

El hecho de que, en estos años y gracias al blog, hayamos estado en contacto con el mundo de la cocina aprendiendo de los que saben y leyendo mucho más de lo que jamás hubiéramos imaginado, nos ha proporcionado grandes satisfacciones gastronómicas en todos los sentidos. Hemos conocido el trabajo de muchas personas, muchos tipos de cocina, foráneas y locales de aquí de España. También ingredientes de muy diversa índole, la química de algunos alimentos, técnicas de cocina o utensilios de trabajo. De ahí que hayamos ampliado significativamente nuestro repertorio enriqueciendo muchísimo nuestro recetario, y algo que muy interesante, hemos aprendido a intuir la coherencia o incoherencia que puede albergar un plato. Y es que desde hace unos años ya nos podemos hacer la idea de a qué nos enfrentamos simplemente conociendo los ingredientes de una preparación, y si no los conocemos, viendo sólo algunas imágenes. Gracias a esto, descartamos decenas de elaboraciones pretenciosas que hace 15 años igual hasta hubiéramos pensado que eran modernidad.

Foto extraída de Private Chefs Inc

Y sobre esto hemos venido a charlar hoy un rato. Llevamos ya un tiempo, que puede llegar a ser unos 4 años, que en la medida de lo posible estamos seleccionando dónde vamos y qué pedimos, evitando ir regalando el dinero por ahí al oportunista de turno. Además, no prestamos demasiada atención a las opiniones de unos y de otros, ya que todos tenemos una opinión formada sobre el tipo de gastronomía que nos seduce y que lógicamente puede ser diferente a la tuya. Ya sólo nos guiamos por nuestro criterio que ya es maduro y por supuesto más exigente.

Y es que también nos ha quedado claro que la fama de un sitio o de un plato no tiene por qué ir de la mano de la gastronomía bien entendida. Es de todos sabido que la gente se deja seducir bastante por cosas que poco o nada tienen que ver con la cocina y que hay que saber sintetizar. Modas, buenos precios, comida en gran cantidad, algo que seduce a mucha gente y de lo que rehuimos en la medida de lo posible. Ahora invertimos mejor nuestro dinero.


No digamos ya distinguir lo salubre de lo insalubre, menuda oferta demencial seguimos teniendo aún en nuestro país. Algo insólito en una época en la que la gastronomía está siendo seriamente revisada, como ya ocurrió en España en los años 80, y además, con lo que estamos pasando con la pandemia, es mucho más sangrante. De verdad que es increíble que exista aún esa poca higiene en la restauración, esto debería de estar sujeto a una severa reflexión y a un severo castigo por parte del consumidor. No seáis conformistas y huir de los sitios que no cuiden la salubridad.

¿Y entonces qué hay que valorar cuando nos enfrentamos a un nuevo plato o sitio? pues sin duda la coherencia, hay que hacer siempre un guiño al producto y saber prepararlo, da igual que éste esté dentro de un contexto moderno o clásico. Hay muchas cosas en la nueva cocina que vinieron para quedarse, pero otras cosas que deben de desaparecer. Lo mismo pasa con la cocina tradicional. Basta ya de juegos y de originalidades, hay que apostar por lo que funciona y mejorarlo en la medida de lo posible sin llevar un plato a un terreno desconocido. Muy pocas cosas han acabado funcionando con el tiempo. 


Y en cuanto a los sitios a nosotros nos seduce la cercanía, la honestidad, cocinas de mercado bien elaboradas que a veces pueden incluso ser muy valientes. Cocinas que sorprenden por su dinamismo en carta, por el cuidado a sus clientes, y que adolecen de florituras y alharacas, producto, producto y producto. Estábamos hartos de ver, y muy concretamente en nuestro entorno más cercano, nuevas propuestas que, aunque atractivas a simple vista, escondían grandísimas carencias gastronómicas y por supuesto acababan siendo pretenciosas. Eso sí, con dinero y redes sociales uno veía que algunos se hacían un hueco rápido en la zona pero que, por suerte, les ha durado sólo un tiempo. Hablamos de locales alucinantes, cocineros mediáticos, muchos platos tildados de 'gourmet', cartas ambiciosas pero muy poca técnica y una oferta en general sin identidad ninguna.


 

Y es que estaréis de acuerdo con nosotros, el intrusismo en la gastronomía llegó a ser irritante. Puro y duro negocio tras la barra, por un momento pareció como si aquel boom el ladrillo hubiera dado paso al de los fogones moviendo gente sin oficio ni beneficio a un gremio que necesitaba un cambio. Por suerte, creemos que esto ya empezó a relajarse hace una década y con los años ha llegado a ser algo testimonial, aunque tenemos que reconocer que hemos picado en muchas ocasiones, demasiadas. Hoy el concepto de 'templo gastronómico' ha cambiado drásticamente, atrás quedan esos locales impresionantes y llenos de lujos, o por el contrario de mesones tradicionales donde se iba en masas a que te echaran de comer, ahora son apuestas más discretas, con una carta bien trabajada y con un equipo muy implicado de gente muy preparada y llena de ilusión. 


Y no son baratos, que nadie espere un buen pescado, un buen trozo de carne o un buen molusco por poco dinero, eso es imposible, ni siquiera es posible conseguirlo en nuestra cesta de la compra habitual. De nuevo hay que aplicar siempre la coherencia, jamás se cumple que lo bueno sea barato. Nadie da duros a pesetas.

Carlos Dube.

2 comentarios:

  1. Hola Carlos, sobre tu post comparto totalmente lo que dices. Cierto es que a medida que aprendes a cocinar y a hacer cosas más chulas, por llamarlo así al tener más recursos y saber hacer más cosas, cuesta más sentarse en un sitio. A mi me pasa eso. Además siempre me voy de allí pitufando. Rara es la vez que merece la pena lo que comes, eso si, el precio es alto para lo que te ponen. Y para comer un poco mejor, la cuenta se dispara. Cierto es que los bares están llenos, y mucha gente come cualquier cosa. La única explicación es que a saber qué comen en su casa, para admitir semejantes platos que se ven, comerselos y pagar. 40 o 50 euros los puedes pagar fácilmente por un picoteo escaso para 4, pero es que, si no tienes ganas de cocinar, hay opciones de embutido aunque sea, que te puedes gastar eso o menos y vas a comer mejor. Tengo poca fé en los sitios y es raro encontrar un sitio que cuiden la comida. A veces me gusta curiosear, si se puede, los cocineros...y bueno, podemos decir, sin ánimo de ofender, que no suelen estar en manos de los mejores. Solo espero que tu blog siga llegando a más y más gente porque, ya sabes que te lo he dicho muchas veces, todo lo que hacéis es garantía segura de que va a salir de escándalo y yo he aprendido y sigo aprendiendo mucho de vosotros..y espero seguir haciéndolo. Enhorabuena por vuestra aportación!!!!

    ResponderEliminar
  2. Está claro que para intentar comer bien por ahí fuera hay que dejarse la pasta. Y digo intentar porque a veces ni aún así consigues que lo que te ponen en el plato merezca el desembolso.
    Es cierto que acudiendo regularmente a restaurantes descubres nuevos productos, preparaciones, texturas, presentaciones… pero te tienes que mover mucho para descubrir locales en los que cocinen “de verdad”. Al igual que María yo también he perdido la fé en los sitios, como ella dice. En la “cocina profesional”, a esa a la que acudimos cuando no tenemos ganas de preparar nada en casa, mandan demasiado las prisas y la búsqueda de rentabilidad casi a cualquier precio. Ese “dámelo ya, esté como esté” o “¿pa’ qué echas tanto, es que son tus primos?, suenan demasiado en el interior de las cocinas. Lo digo con conocimiento de causa, pues llevo veinte años trabajando en algunas de ellas.
    Aún así, no quiero desanimar a los lectores, sino todo lo contrario. Les invito a que investiguen, conozcan y visiten sitios en los que merezca la pena sentarse y pedir de comer. Haberlos, los hay. Y es a este tipo de negocios a los que debemos premiar con nuestra presencia.

    ResponderEliminar

**** A T E N C I O N     S I    D E J A S    U N    C O M E N T A R I O ****

Muchas gracias por dejar un comentario. Puedes preguntar lo que desees y en el menor tiempo posible te daremos una respuesta.

Para evitar comentarios spam y de publicidad no consentida hemos activado un período de forma indefinida en el que los comentarios estarán pendientes de moderación.

Mercado Calabajío se reserva el derecho de publicación de comentarios que contengan nombres de comercios, tiendas, publicidad o cualquier sospecha de indexación en los buscadores. .

También puedes mandarnos un correo a por la sección de 'Contactar' del blog y te contestaremos lo más rápido posible.

También puedes contestar cada post desde las plataformas de facebook o twitter accediendo desde los iconos superiores del blog.

Toda la información referente al correo electrónico y nombre y apellidos del comentarista, está amparada por la Política de Privacidad de Blogger, propiedad de Google INC.



Perdonad las molestias.