Restaurante Barra y Mantel y el Mercado de Las Flores

Hace unos días fuimos a conocer la propuesta gastronómica del chef valenciano Ivan González, el restaurante Barra y Mantel, situado en la nueva milla de oro gastronómica de Madrid, la calle Jorge Juan. Teníamos ganas de probar algunas de las cosas que estaba sirviendo, como su cocina casera, su tapeo y esos arroces 'en bandeja' o 'en lata' que ya vimos hacer a otro cocinero llamado Kiko Moya hace años en prensa y redes sociales.


Nos sentaron en banquetas altas, que a mí personalmente me gustan, pero que yendo con niños no nos pareció la mejor opción. Pero al final, aguantaron bien y estuvimos muy a gusto y muy bien atendidos. Pedimos varios platos, nos faltan dos que no aparecen en fotos y que son las albóndigas de chuleta de rubia gallega, de la misma chuleta que ponen en el restaurante al peso, estaban espectaculares. Y los espárragos trigueros, tomate y parmesano, quizás el plato más flojo de los que probamos.

Nos sirvieron primero una pequeña crema de calabaza de entrante, muy buena, y luego varios platos al centro como la ensaladilla de Iván (bien), el salpicón de pulpo y gamba de Huelva (excelente) y los tacos de merluza (muy bien). De segundo sus dos arroces, uno con pato y ajetes (para nosotros el mejor) y otro de mar con marisco. Ambos con un punto y sabor muy bueno.


De vinos, los que veis, ambos fuera de carta y que resultaron estar al nivel de la comida. Un blanco de Rioja gran reserva (Marqués de Tomares) que tenía muchas ganas de probar y un Ribera del Duero (Pagos de Anguix) que no conocíamos y que es estupendo.

De postre probamos casi todos, la torrija de la abuela (pedirla sin dudar), el coulant de avellana y chocolate (muy bien), la tarta fina de manzana (otro señor postre), la tarta de queso que sabe a queso (muy bien) y el arroz con leche (como si lo hubiera hecho tu abuela) y bueno, los cafés y tés, excelente selección de estos últimos.


Al acabar fuimos a ver por primera vez la edición de Navidad del Mercado de las Flores organizado por la revista Vogue y situado en la misma calle Jorge Juan la cuál cortan en parte al tráfico (entre Serrano y Velázquez). Las fotos que veis no os van a traer mucho detalle de lo que realmente era, pero tenéis que imaginaros una calle que de por sí resplandece por si misma, llena de verde, puestos, luces, música con esos restaurantes, tiendas y locales aledaños que son ideales para completar esta visita.

De entre todos los puestos de floristerías (unas 20) destacamos como las últimas tendencias en decoración reunían lo moderno con lo tradicional, centros magestuosos, ramos artificiales con un detalle espectacular, coronas hechas con vegetación fresca, puestos benéficos con cosas preciosas y para nada caros (Fundación A La Par). Otros puestos que invitaban a los niños a ser jardineros por un momento, o ese puesto exterior que para la ocasión montó Mamá Framboise con sus roscones de bocado, maravillosos.


Una jornada muy especial que nos descubrió un Madrid ya a punto para la Navidad de este año. Otra cosa no, pero si Madrid es bello, es ahora.

Carlos Dube.

2 comentarios:

  1. Con todo cariño, no estoy de acuerdo: Madrid siempre es bello. Tendré que volver a Madrid, que hace tiempo que no voy...

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