¿Quién inventó las aceitunas rellenas?

Quizás las aceitunas rellenas sea uno de nuestros aperitivos más populares de este último siglo. Fue de hecho uno de los aperitivos manufacturado que más se sirvió en casas, tabernas y restaurantes hasta tal punto que en los años 50 a los 80 no podía faltar un bote de aceitunas rellenas en la alacena o en la barra de cualquier bar. En un principio las aceitunas estaban rellenas sólo de anchoa y posteriormente de un gran surtido de farsas, desde algunas un tanto excéntricas o de bajar al máximo su calidad. Cuántos buenos recuerdos asociados a este peculiar sabor mezclado a unas patatas fritas y una cerveza fría. Ya os podemos garantizar que si este encurtido hubiera sido americano tendría hasta una película, sin contar con que lo estarían sirviendo en muchos de sus restaurantes por todo el mundo.


Y es que aunque este producto no esté ahora pasando su mejor momento, antaño era toda una delicatessen y toda una modernidad, hay que ponernos en situación. Ahora ocurre todo lo contrario, la tendencia de este aperitivo está cambiando revirtiendo a los orígenes, es decir, a la demanda de aceitunas no procesadas de puesto de mercado, curadas de forma natural y experimentando con variedades foráneas de buena calidad. No obstante la aceituna, sea ésta rellena o no, sigue teniendo el protagonismo que se merece en todo aperitivo que se precie, y sigue siendo uno de los productos más consumidos y más exportados fuera de nuestras fronteras.

Pues a los americanos esto de rellenarlas no se les ocurrió, pasó aquí, y curiosamente en Alicante ¿a qué no lo sabíais? Hay que remontarse a principios del s.XX cuando en la localidad de Alcoy se deshuesaban las aceitunas y se rellenaban con lo que hubiera, de hecho las hacían en lasa casas y se vendían en algunas pequeñas tiendas, pero sin ser algo conocido fuera de allí. Al parecer sólo era posible hacerlo gracias a las aguas ricas en cal de la zona, detalle crucial para que el producto se mantuviera la textura. Pero no fue hasta 1926 cuando un industrial del textil llamado Cándido Miró Rabasa automatizó el proceso de rellenado de las aceitunas y envasado, inventando todo un proceso de deshuesado que tan buenos éxitos le trajo. La empresa la llamó El Serpis, actualmente Serpis ¿a qué os suena?, y le puso ese nombre en honor al río que pasa por la localidad.

Nosotros os tenemos que reconocer que compramos poco este aperitivo, pero nos llamó la atención esta historia, es decir, que este producto se empezara a producir en Alcoy cuando siempre hemos pensado que fue en Andalucía, concretamente en Sevilla. Daros cuenta que Alicante es una tierra con un gran tejido industrial pero que no se caracteriza por poseer una cultura olivarera reseñable.


Queremos aprovechar para animaros a que si vais por Alcoy no dudéis en visitar la Expo Museo, tiene muy buena pinta y se trata de un recorrido lleno de recuerdos de cómo empezó la manufacturación de este producto, una visita a la factoría y una proyección final que seguro es interesantísima. Nosotros lo haremos.

Carlos Dube.

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