Espaguetis Marco Polo, sirope de grosellas negras y las eternas rosquillas fritas

Hoy os traemos algunas reseñas gastronómicas de estos días en casa de mi hermano Jose. La primera es hablaros de los espagueti Marco Polo, un plato del legendario restaurante madrileño Pizza Jardín y que mi hermano preparó hará unos días. Para los que no seáis de MadridPizza Jardín fue uno de esas primeros locales juveniles y 'pijines' de fast food madrileño, capitaneados por un equipo español (Manuel Trigueros al frente), que intentaba reunir a la gente joven del momento en un local acogedor con una comida correcta y precios comedidos. Estamos hablando de los 80, concretamente del año 1984, cuando el primer Pizza Jardín abrió sus puertas en la calle Pensamiento para seguir a mediados de los 90 con su gran local de Duque de Sesto y convertirse en lo que ahora es, una leyenda viva de aquellos años de cambios. Ya no es lo que era ni por o más remoto, aquella novedad se ha perdido y la calidad no ha ido en consonancia con los tiempos que corren, ni lucha por hacerse un hueco entre la gran oferta existente. Pero es cierto que de aquel legendario restaurante perduran algunos platos para siempre como algunas de sus pizzas, carnes, las fondues o las pastas, entre ellas, estos espaguetis Marco Polo.


Por aquel entonces (80) el wok no era aún popular en Madrid si no fuera por los contados restaurantes chinos que también llevaban poco tiempo por la capital. Pero mezclar las verduras crujientes con la pasta cocida os podréis imaginar que era algo único. No sabemos si el plato está en los orígenes del local, pero sí estamos seguros que existía a finales de los 80.

TALLARINES MARCO POLO-2

Los ingredientes son aproximadamente los mismos que tiene ahora el plato calabacín, brócoli, cebolla, zanahoria y pimiento rojo salteados en aceite de oliva con una pizca de ajo, aunque mi hermano los salteó también con pollo y salsa de soja. Además los preparó esta vez con parpadelle en vez de espagueti, da igual.

TALLARINES MARCO POLO-1

En otro orden de cosas las rosquillas fritas vuelven a la carga de nuevo aunque sea ahora en verano. Ya os contamos cuando publicamos los roscos fritos que la receta era de mi abuela Modesta y aunque en realidad no tienen nada de particular, es decir, son parecidas a muchas de las rosquillas que preparáis en vuestras casa, son sin duda la gran receta. Porque si os somos sinceros, hemos probado otras recetas que varían en algo a ésta, incluso alguna también con gran tradición en casa, y nos gustan menos.

ROSQUILLAS 2017-1

Perfectamente compactas y ligeramente huecas en su interior, además si las tomáis en las dos horas siguientes a hacerlas poseen una textura irrepetible, un placer como pocos. En los sucesivos días ya no estarán igual aunque sigan estando buenas.

ROSQUILLAS 2017 II-1

A mí personalmente me parecen perfectas tomadas sin más, con un vaso de leche o similar, pero a muchos les encanta en el desayuno mojadas en el café o la leche.

Por último otra curiosidad, mi hermano optó por hacer una jalea de grosellas negras, pero como teníamos poca cantidad, no lo dejó cocer lo suficiente porque hubiera quedado una cantidad irrisoria. El resultado fue un sirope espectacular que lo vemos ideal para tortitas, rellenos de tartas, carnes nobles, acompañamiento de lácteos etc. Fijaos si es noble este sirope que está compuesto de las variedades Noir de Bourgogne, Royal de Naples y Andega, todas grosellas negras de una incuestionable calidad, aunque nuestra producción sea nimia.

EXPERIMENTO DE JALEA-1

Para empezar la jalea las desgranamos (ardua tarea), las lavamos y se cocieron durante unos 15 minutos rompiendo suavemente las bayas con una cuchara para acelerar el proceso.

EXPERIMENTO DE JALEA-2

El resultado se escurre en una gasa durante unos minutos presionando un poco con la misma cuchara. Si queréis, podéis decantarlo durante toda una noche en la nevera y os despreocupáis.

EXPERIMENTO DE JALEA-3

Se pesa el contenido a un recipiente y se pesa para calcular el azúcar que vamos a añadir, veréis que salió poquísimo, aún así, ya os podréis imaginar que merecen la pena estas estas preparaciones tan exclusivas.

EXPERIMENTO DE JALEA-4

Pesamos la misma cantidad de azúcar y un poco más (entre un 10 y un 20%), y cocemos todo junto durante unos 10 minutos nada más debido a lo dicho, teníamos muy poca cantidad. Con 5 minutos más hubiera bastado para convertirlo en jalea.

EXPERIMENTO DE JALEA-5

Aquí listo, lo dejamos enfriar y lo metimos en la nevera. Lo vamos a emplear en un helado.

EXPERIMENTO DE JALEA-6

Salud feliz semana.

1 comentario:

  1. Los roscos fritos, que recuerdos me trae... Tienen una pinta espectacular.
    Un saludo!

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