Ya os advertimos que nos faltaba parte de la logística necesaria para cumplir con la famosa ceremonia japonesa del té o chanoyu. Por ejemplo, carecíamos de un bonito bol chawan, creemos que es algo fundamental para disfrutar de uno de los tés más famosos de Japón. Tampoco teníamos paños o fukusas. Si en cambio teníamos un correcto té matcha, una tetera japonesa con un pase, la famosa espátula de bambú chazaku y ese curioso chasen o batidor, todos estos últimos accesorios regalo de mi cuñada en mi pasado cumpleaños.


Ya os hablamos hace años de este té de hojas tiernas y verdes en aquel helado de té matcha y chocolate blanco, y sinceramente, pese a tener un sabor muy peculiar, tanto a Lola y a mí nos agrada bastante, independientemente de propiedades y utilizaciones culinarias. El té se toma sin azúcar, aunque tenemos que reconocer que en alguna ocasión hemos echado agua hirviendo azucarada, y creo que es un acierto si no sois muy dados a asimilar los sabores nuevos, porque os tenemos que decir que si nunca lo habéis probado os va a impactar. Su sabor es fuerte, pero no amargo, es a verduras frescas, recuerda a hierbas, a hortalizas como espinacas, acelgas... una verdadera curiosidad.


Vamos pues con la preparación, por persona necesitaremos 100 ml de agua caliente (no hirviendo) y 1,5 g de té matcha.


Lo primero que haremos será poner a hervir el agua en la tetera y dejar que temple un poco. Ideal entre 80 y 70 grados, con más de 90 grados 'quemaremos' el té.


Digamos que ésta es la temperatura ideal, unos 70º.


Una vez tengamos el agua en su punto, echaremos en el chawan las 2 cucharaditas colmadas de té utilizando esta espátula de bambú, aproximadamente 1,5 g.

Aquí listo.


Echaremos el agua caliente, como unos 100ml.


Y batiremos enérgicamente hasta forma espuma.


Listo. Veréis que se toma caliente pero no hirviendo, y rápido, ya que con los minutos el té se decanta en parte. Menear suavemente a casa sorbo y a disfrutar, lo consideramos un té ideal para estas fechas aún primaverales.


Salud.