Alrededores de Amsterdam, el final de un gran viaje

Hola a todos. Por fin os vamos a contar el último relato de nuestro periplo por Países Bajos, con el que empezamos hablando de Bruselas y Gante. Esta vez le toca el turno a los alrededores de Amsterdam, un pequeño tour que hicimos en coche por varias localidades de Holanda y que completaron por fin nuestra estancia en las tierras neerlandesas. De nuevo Verónica se ha animado a contárnoslo, y la verdad es que nos ha vuelto a teletransportar allí. Vero, nos gusta mucho como redactas y las impresiones con las que te quedas. Mil gracias de corazón por contarnos al detalle un final de viaje en el que compartimos muchas historias, risas y buenos momentos. Es meritorio todo esto que has hecho, y nos ha encantado que nos lo hayas enviado tan pronto, es más, creemos que has hecho un gran esfuerzo que valoramos y admiramos. Tu pluma ha convertido de nuevo este viaje en algo emocionante, despertando recuerdos, avivando sentimientos y refrescando momentos olvidados. Tu redacción nos ha dejado si cabe, mejor sabor de boca.


Pues aquí os la dejamos. Deciros por último que esperamos sinceramente que no os hayamos aburrido, y que además esta modesta guía os pueda servir en un futuro si alguna vez decidís acercaros por estos pueblos y ciudades tan maravillosas de Europa.

Siempre me he preguntado cuáles son realmente los Países Bajos, qué es Holanda, qué Luxemburgo… Una de las guías de lectura que nos acompañó todo el viaje, me aclaró un poco los términos geográficos y me parece interesante compartirlos.

Lo que popularmente se conoce como Holanda, son realmente los Países Bajos, compuestos por un total de 15 provincias, de las cuales sólo dos de ellas son Holanda: Noord Holland y Zuid Holland. El territorio cuenta con 800 kms de costa y una sexta parte del mismo está cubierta de agua. El agua ha sido siempre la suerte y la desgracia de esta región. Sufriendo continuas inundaciones que le han llevado a diversas soluciones técnicas dignas de curiosear. En Holanda están las principales grandes ciudades del país. Entre ellas destacamos Ámsterdam (capital cultural), De Haag (La Haya), sede del gobierno, Rotterdam (principal puerto), Dordrecht, Harlem, Leidem y Utrecth. Todas las citadas contempladas geográficamente componen una especie de herradura o cinturón urbano conocido como Ranstad. En el centro de esta herradura se ha formado una zona verde conocida como Groene Hart o corazón verde. Estas grandes ciudades están unidas por grandes autovías por las que circula la mayoría de la población del país. Un total de 16 millones de habitantes hacen de los Países Bajos, el país con mayor concentración de población de Europa.

Después de dos días recorriendo la gran urbe, nos apetecía no marcharnos sin conocer los paisajes rurales de Holanda. A través de la recepción de nuestro hotel, contratamos un Opel Zafira para recorrer durante un día diversas poblaciones. Destacamos la eficacia tanto de los recepcionistas, como de la empresa de coches de alquiler (Sixt) que nos trajeron a la puerta del hotel el coche elegido. Incluimos un GPS para no perder mucho el tiempo orientándonos. Cuál fue nuestra sorpresa cuando comprobamos que dicho GPS no tenía opción de idioma español, así que nos lanzamos con el flamenco. No hubo problemas, Gabriel y su fiel copiloto Carlos, nos llevaron a todos los destinos rápidamente. ¡Lo que hace tener GPS!

La ruta elegida era Noord Holland, concretamente Marken, Volendam, Zaanse Schans y Edam. Lola había dado con ella a través de unas recomendaciones de Internet, y como no teníamos ni idea, allá que nos aventuramos.

Comenzamos visitando Marken, una pequeña isla a pocos kilómetros de Ámsterdam, a la que se accede a través de un puente. Enseguida cambiamos lo urbano por el campo verde. La gran aglomeración de gente por la más absoluta tranquilidad. El paisaje era muy sorprendente, el verde hierba resaltaba sobre el cielo gris. El mar que rodeaba era gris también y junto con la carretera daba un aspecto de estar llegando al final del mundo. En el ambiente se respiraba la humedad del suelo y del mar, hasta el punto que a veces no se diferenciaba el horizonte.


Marken es un pueblecito de cuento, pequeño y habitado por casas de madera verde recién pintadas. Digo bien 'habitado por casas de madera', porque no veías ni un alma por sus caminos. Sólo de vez en cuando pasa algún habitante en bicicleta. Mas que de cuento, nos recordó un poco a las pelis de miedo o a los poblados de alguna secta oculta. Eran muy curiosos los puentes blancos, como levadizos a través de los cuales se accedía a los diferentes barrios. Encima del puente podías leer el nombre del barrio en cuestión.


También me llamó mucho la atención los jardines, habitados por animales y muchos objetos puestos en aparente desorden pero que en conjunto daban vida y color a las casas. Suelen estar plagados de cosas, entre otras utensilios de jardinería, bicicletas, macetas de diferentes tamaños y colores, pequeños seres como enanitos. Y lo que me resultaba más curioso fue la combinación de animales reales con otros de piedra, hasta tal punto que a veces no sabías si el gato que estabas viendo era de verdad o no. Esta extraña costumbre también se repetía en los canales. A veces nadaban patos de verdad intercalados con otros falsos.


Por los grandes ventanales de las casas se podían observar algunos interiores. No era necesario pecar de cotilla puesto que las ventanas eran muy amplias y con leves cortinillas quedando al alcance de cualquiera contemplar las habitaciones. Ninguna reja, todo abierto al viajero. Las estancias estaban bien cuidadas, con muebles modernos y parecían muy confortables en relación a la humedad y frío que hacía fuera. En una misma habitación podías ver tanto un saloncito, la mesa comedor y la cocina tipo americano. Ningún habitante tampoco dentro de las casas. Ya os digo, el pueblo 'fantasma'.


Encontramos un par de tiendas cerradas de objetos de recuerdo. En una de ellas pudimos entrar, y el dueño salió de su casa para atendernos. Lo más llamativo eran los famosos zuecos de madera, los hacían a medida. Nos explicaron que la utilidad de los zuecos era poder salir de casa y caminar sobre la tierra tan fangosa y encharcada sin mojarte ni resbalarte. Estuvimos tentados de comprar un par de recuerdo, pero sinceramente eran enormes hasta para un 36 que calzo y tampoco resultaban muy decorativos. Eran los auténticos. Mas tarde, en otro punto del viaje, Lola se decidió por comprar unas zapatillas de estar por casa para su sobrina que simulaban a los zuecos. ¡¡ Monísimas!!. Después del paseo de paz y tranquilidad, nos encaminamos a Volendam.

Volendam era más ciudad, bastante más habitada. Podías observar el mismo tipo de casas verdes de madera pintada, pero había muchas más tiendas enfocadas al turismo y más personas por la calle. Dimos un paseo y llegamos al puerto. Volendam es un pueblo pesquero. El puerto era precioso, lleno de contraste de color entre las casas de madera pintada y el ambiente turista. Aquí tuvimos ocasión de encontrarnos con un puestecillo ambulante que vendía bocadillos de pescado fresco. El pescado de esta zona, en Holanda en general, es conocido, especialmente el tipo salmón, anguilas, arenques, etc.


El puestecillo vendía bocatas combinando pescados crudos con diferentes salsas. Compramos varios para probar. Aquí no puedo opinar porque no me gusta mucho el pescado, y menos si este se sirve crudo, pero a mis acompañantes les gustó tanto que repitieron. Sobre todo el más característico del lugar, según el vendedor, algo similar a la anguila. Aquí tuvimos la oportunidad de probar los famosos arenques en salazón tan típicos de la zona, pero hasta el mismo vendedor nos dijo que la anguila estaba mejor.


En el puerto pudimos observar también un ave enorme (creemos que una garza) que se comía todo lo que le echaban... y más. ¡Era impresionante!.


Una ciudad, realmente acogedora y tranquila, y de nuevo un placer pasear entre canales, el puerto y por calles llenas de casas de madera pintada.


Aunque nos quedamos muy sorprendidos de como construían las casas... ¿¿primero las ventanas y puertas y luego el ladrillo??. Curioso.


Continuamos hacia la famosa Edam, que estaba a pocos kilómetros. Edam es conocida por sus quesos. Volvimos a disfrutar de una población pequeña, tranquila, con canales y casitas adorables. En Edam hay además algunos edificios históricos que merecen la pena. Curiosamente no encontramos mucho en relación a los quesos, salvo una gran tienda donde se exponían las mismas ofertas que tuvimos ocasión de ver en el Mercado de Flores de Amsterdam.


Merecería la pena pasar alguna noche en estas poblaciones porque hay casas que son como hoteles y tienen mucho encanto.


El último destino de la mañana fue Zaanse Schans. El principal atractivo de este lugar, son los molinos. Eran los primeros que veíamos en Holanda, y se disponían agrupados en torno a una especie de lago. Los molinos eran grandes, verdes, de madera pintados a juego con las casas. Todo un símbolo. Creo que son visitables, pero ese día estaban cerrados.


Zaanse Schans era muy pequeño, apenas dos calles. Pero se repetía el encanto de las casas de maderas, los canales, el verde de la hierba y alguna bicicleta errante. Además, había en el ambiente un olor característico que a mí me recordaba a la mostaza. Quizás procedente de los molinos o de alguna industria cercana.


En Zaanse Schans nos encontramos dos curiosidades. Por un lado, la primera tienda de la actual cadena de supermercados Albert Heijn. Una casita de madera verde preciosa, bien conservada y a través de cuyas ventanillas podías observar algunos artículos de recuerdo.


Por otro lado, y esto sí que fue una sorpresa, una gran tienda de objetos de recuerdos, donde podías contemplar un escenario que simulaba las fábricas de queso artesanal del lugar. Realmente, aunque pequeña, merece la pena visitar esta tienda, esta población y disfrutar de un entorno tan bonito.


Entre el aperitivo de pescado en Volendam y el remanso de paz que llevábamos en el alma… decidimos no almorzar y esperar a hacer más ganas. En este momento del viaje, se me ocurrió sugerir visitar la población de Delft. Delft está situada cerca de La Haya, hacia el Suroeste. Unos familiares míos me habían insistido que era un lugar muy bonito, además el pintor Vermeer era original de esta ciudad y sentía curiosidad tras leer en una ocasión y ver la película La joven de la Perla, título también de uno de sus cuadros más famosos.

El lugar distaba unos 80 kms desde donde estábamos, pero no había ningún otro plan, así que nos lanzamos. El desastre fue cuando comenzó a diluviar. Además accedimos a una de las autovías principales, la que une Amsterdam con Rotterdam y La Haya. Tuvimos la ocasión de conocer en primera persona que los holandeses también sufren atascos para desplazarse hacia sus trabajos. Nos llevamos en uno de ellos más de una hora, y todo esto bajo un manto de agua. ¿Cómo puede haber un entorno tan urbano cerca de uno tan rural?. En apenas unos kilómetros puedes estar en una gran ciudad como es Amsterdam o en una pequeña aldea rodeada de paz y prados verdes. Fue un poco pérdida de tiempo, y lo cierto es que al llegar a Delft, comprobamos que hubiera sido mejor conocerla en otras circunstancias. Pintaba una ciudad preciosa, con aire estudiantil, más canales y una plaza central que en algo me recordó a Brujas. Sin embargo, el mal tiempo y la noche, nos limitaron la visita.


El atasco nos había abierto el estómago y a eso de las 17:30 horas nos dispusimos a comer. No sabíamos si merienda, almuerzo o cena… pero algo había que repostar. En la plaza central de Delft, encontramos un lugar muy acogedor llamado Eetcafé, una cafetería-restaurante preciosa que pertenecía a un hotel.


Nos sentamos en la terraza, rodeados de guiris (o autóctonos... jeje), mantitas de cuadros en el regazo y estufas. A través de los cristales de la terraza podíamos observar la lluvia caer. Si salvabas el horror del atasco, podías encontrar la escena de lo más romántica.


Se nos unió a nuestro favor, que la carta estaba en español (la primera que habíamos encontrado) y que las camareras eran muy simpáticas. Comimos muy bien, y disfrutamos de un rato de calor reconfortante, mientras degustábamos cremas varias y un arroz y un escalope de cerdo, a todo esto, muy bueno. Nos supo a gloria.


Poco más pudimos hacer. Dimos un paseo rápido y nos marchamos. En el paseo pudimos comprobar el ambiente juvenil de la ciudad. Había varias fiestas organizadas en pubs. También nos topamos con un grupo de jóvenes disfrazados de Santa Claus y nos hicimos una simpática foto con ellos. Es otra ciudad más de cuento que merece la pena visitar. Incluirla en vuestro recorrido si vais a dar una vuelta por Holanda. Como detalle encantador, me gustaron los adornos navideños que había sobre los canales. Algunos estaban en la propia agua. La tenue luz de las farolas y estos adornos, le daban a la oscuridad de la ciudad un aspecto novelístico.

Antes de regresar al hotel, nos acercamos a La Haya por el simple placer de hacernos una foto junto al Tribunal Internacional de la ONU. La Haya es una gran ciudad, moderna y bien comunicada. Llegamos sin dificultad al edificio gracias al GPS una vez más. Es extraña la ubicación del Tribunal, ya que está inmerso en un barrio aparentemente normal, ni céntrico ni histórico. Merece la pena echarse la foto, por lo memorable y porque el conjunto es bonito.


De regreso a Ámsterdam, ya de noche, volvimos a sentir el inmenso contraste en apenas kms entre el campo y la ciudad. Comenzó a entrarnos la nostalgia de que el viaje llegaba a su fin. Cansados, envueltos en la humedad y la lluvia, decidimos regresar al hotel para preparar las maletas. Tarea nada fácil teniendo en cuenta que volvíamos cargados de regalos y no debíamos sobrepasar el límite de peso. Repetimos una ensalada del supermercado Albert Heidj, mas que nada por pura gula, puesto que el almuerzo lo habíamos hecho casi a la hora de la cena.

Al día siguiente, tras uno de nuestros maravillosos desayunos del hotel, muy temprano, llegamos al aeropuerto de Ámsterdam Schiphol. No conozco muchos aeropuertos, pero de los que he pisado, me pareció el más bonito. Estaba decorado con animaciones navideñas, incluso creí ver alguna obra de arte moderno por los pasillos. Por supuesto tan ambientado o más como cualquier lugar donde nos cruzamos todas las culturas rumbo a cualquier parte. El vuelo de vuelta, con algo de retraso, parecía un bus que había recogido a la gente joven de marcha. Nunca había visto un vuelo con tanta juventud y tantas ojeras reunidas (eso sí, ojeras de satisfacción).

Atrás dejamos la lluvia, los charcos, la verde hierba y unos días estupendos para recordar siempre. El agua, sea como lluvia, como humedad, en forma de nubes, canales o mar… el mal tiempo… no es ningún obstáculo para hacer de una ciudad, de un país, un lugar maravilloso para visitar y probablemente para vivir.


Fin del viaje.

15 comentarios:

  1. Bueno días Carlos.
    Es imposible ponerme al día de todo lo que me he perdido este mes por eso creo que me he alegrado tanto al leer esta entrada,nada para cocinar, solo para disfrutar con fotos y lectura.
    Ya te comenté que estuvimos por estas tierras hace varios años. Me encantaría volver y desde luego tus entradas me servirían de guia, si señor, de una buena guía. Muchas gracias a todos por compartirla.
    Un abrazo mañanero y frio,
    María José.

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  2. A los buenos días, por decir algo, que atascazo, hoy niebla a tope, así que me ha venido de fábula este post para evadirme un poco de las vicisitudes pesadas de cada día.
    Me quedo con un par de datos que me han interesado mucho

    Un besote

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  3. Eso es una guía muy , pero que muy completa, ideal para cuando pueda ir, que dudo que sea pronto.
    Magníficos relatos, impresionantes fotos, geniales vacaciones, solo deseo que las podaís repetir en otro lugar y pronto.
    Un beso

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  4. Carlos!! yo cuando estuve en Amsterdam también fui a Volendam y a Zaanse Schans... recuerdo que me habían encantado... En Volendam también probamos pescado crudo marinado... Delicioso!!!

    Una guía estupenda, felicidades a la autora del post y enhorabuena por ese pedazo de viaje.

    Por cierto menuda nevada!!! Aquí hoy llueve como si fuese el diluvio universal...

    Un beso grande.

    laura.

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  5. Me ha gustado muchísimo, el relato, las fotos...una magnífica guía por si un día voy....
    Las fotos de la comida....bufff que buena pinta!!!
    hasta pronto

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  6. Me ha encantado la guía, cómo está escrita, dan ganas de irse ahora mismo, acabo de descubrir tu blog, y la verdad, me estoy enganchando, lástima que esté en el trabajo y no pueda leer todo lo que quiero, jejejjee, pero quería felicitarte por el gran trabajo que tienes en este blog, por la forma en que expones las recetas, y que cuentas las cosas, engancha mucho, de hecho creo que, después de leerte voy a lanzarme a hacer pan y todo, que es algo que tengo pendiente desde hace mucho, y si encima una de tus visitantes es Su, creo que he encontrado otra joyita de blog.

    Gracias por el tiempo que dedicas a compartir tus recetas y experimentos.

    espero pasarme muchas veces por aquí.

    un saludo.

    Carmen

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  7. Carlos, sigo tu blog con muchisimo entusiasmo ,cada dia ,me encantan tus recetas ,tus fotos ,tus comentarios...,y hoy no puedo por menos de decirte ,que me ha gustado mucho mucho,los comentarios de vuestro viaje ,los tuyos y los de Veronica ,es el mismo viaje que hicimos hace unos años y !!Dios mio !!he vuelto a revivirlo,lo leiamos mi marido y yo sorprendidos de que despertaseis nuestros recuerdos tan fidedignamente, lo hemos pasado estupendamente ,ha sido precioso y os damos las gracias .Me llamo Mamen y vivo en Madrid y aqui teneis una admiradora que lo primero que hace cada dia es abrir tu blog,he leido de el todo todo ,y asi seguire , por favor continua .Feliz Año.

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  8. Hola Carlos,
    Dices..."Por los grandes ventanales de las casas se podían observar algunos interiores. No era necesario pecar de cotilla puesto que las ventanas eran muy amplias y con leves cortinillas quedando al alcance de cualquiera contemplar las habitaciones. Ninguna reja, todo abierto al viajero."
    Es increíble verdad? Los dias que he pasado en Nijmegen, me ha alucinado precisamente eso....todas las casas, de dia y de noche, sin cortinas ni persianas, todo abierto al exterior.
    Una curiosidad...me cuentan que en Holanda, cuando una mujer está embaraza no se estila eso de saber el sexo del bebé hasta que nace, de hecho parece que es de mal gusto preguntarlo! Pues cuando nace, ponen al niño o a la niña junto a la ventana para que todo el mundo lo vea y sepa, finalmente, si fue niño o niña!!!
    Son geniales estos holandeses!

    Un saludo,
    Maria Cortes (no me acuerdo de mi contraseña de google!!)

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  9. Me ha encantado el relato...como me gusta conocer sitios nuevos...gracias. Lo que si, es que estoy impactada por el bocadillo de pescado,"el sashimi europeo". Aunque seguro que no me va a gustar mucho....tengo que ir y probarlo.

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  10. Carlos, que viaje mas lindo. No sabes como lo he disfrutado, la semana próxima tomamos vuelo a Amsterdam e iniciamos las vacaciones.
    Quería preguntarte, en el mercado de flores, consigues bulbos de tulipanes siempre?, encontraré en esta época?, mi familia es de Holanda, somos descendientes y me hace mucha ilusión llevarle a mi madre algunas bulbos de su lugar de origen.
    Ya me contarás.
    Un abrazo y gracias por compartir.

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  11. Carlos, como me ha gustado vuestro viaje!!! Me iría ahora mismo a darme una vueltecilla por allí. Esta zona que habeis visitado el último día no la conozco, pero estuve en un puertecito, en Vlissingen enfrente de la costa Belga, muy parecido y lo que más me llamó la atención en una pecadería enorme que había, fué que la mayoría del pescado era congelado y si no, en salazón.
    Increible, así que cuando vienen aquí se mueren por un pescado fresco...
    Me alegro de que hayais disfrutado tanto.
    Un saludo, Begoña

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  12. Gracias a todos por vuestros comentarios. A los que se han pasado por aquí por primera vez, mil gracias, y a nuestros fieles amigos/as sois un primor!!!.

    Kako: encontrarás de sobra, y se cultivan a principios de Enero y florecen en Abril, Mayo. Yo creo que dónde vives se puede cultivar todavía, ¡¡pero rápido!!. Había varias calidades, que se den una vuelta por allí y pregunten.

    María: curiosísimo lo que nos has contado, no teníamos ni idea.

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  13. Yo vivo en holanda desde hace 4 años y realmente puedo felicitarte por el relato...dudo q una agencia de viajes lo hiciera mejor!

    Un saludo,

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  14. Gracias por la información Carlos, me ha gustado el comentario de María, creo que la sangre tira porque nosotros jamás hemos usado cortinas en casa y siempre está todo a la vista :)
    Un abrazo.

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  15. A mi también me has hecho recordar un viaje que hice hace mucho tiempo, parece que todo sigue igual de bonito.

    Me ha gustado el relato. Y las fotos son preciosas.

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