Quizás este post peque de ser algo más sentimental que otra cosa, y si es así nos vais a perdonad. Pero es que el restaurante La vaca leonesa, la antigua Cazuelitas de Hita, fue el primer restaurante dónde Lola (mi chica) comimos juntos por primera vez hará ya casi 8 años. Y lo recuerdo como si fuera ayer mismo, ella ya me llevaba diciendo a lo largo de nuestro primer mes que llevábamos juntos, que quería llevarme a degustar el famoso cocido Maragato que los Viernes oficia este restaurante. Junto con una ensalada templada que a ella le encantaba, y que yo nunca había probado, algo que por aquel entonces no era muy habitual encontrarte en una carta. Así que no tardamos mucho en ir a conocerlo y desde luego recuerdo esa fecha como algo super especial en todos los sentidos.
Y además de ser la cita encantadora, te dabas cuenta en seguida que el sitio era super acogedor, y que el cocido estaba rico rico. Tuvimos también mucho tiempo para charlar sobre muchas cosas, nuestros hobbies, nuestras andaduras, y como no empezar a dar forma a nuestra modesta pequeña experiencia culinaria. Fijaros lo que dio de sí esta primera cita digamos que gastronómica, que además ya empezamos a coincidir en que el cocido, de la forma que fuera, y el culto al slow food, eran parte esencial en nuestras vidas. Y vaya si lo era, coincidimos en que la cocina casera y sobre todo esa cocina tan especial como es la de cuchara, era nuestra perdición. Algo que con los años se convertía en una concidencia maravillosa, y más ahora que recordamos este día como nuestro génesis gastronómico. Curiosamente volvimos a probar este tipo de cocido no en este restaurante, sino en aquel restaurante sito en Astorga del que ya en su momento os contamos cosillas.
Y bueno y para más detalles, el sitio se encuentra en los aledaños de la famosa plaza Manuel Becerra, y está exactamente entre la calle Alcalá y la popular calle Goya, concretamente en la calle Fuente del Berro, 23. Aquí, y nada más entrar, se puede degustrar en una gran barra situada en planta, las famosas tostas, morcilla de la casa, sartenes y la cecina (también de la casa) entre otras cosas.
Con las tostas tener cuidado con las que pedís porque sirven a nuestro gusto algunas de relleno, pero otras son realmente excepcionales.En este punto os animamos a que pidáis la de Lacón con queso de Valdeón, o la de gulas y gambas, que está bastante aceptable. Y sobre las sartenes, cuidado, son muy grandes, y aunque son ideales para cuatro comensales pedirlas para dos personas es como pedir un plato único. Son una barbaridad, mirar, la que pedimos esta vez fue de patatas con huevos estrellados y picadillo de matanza. Todo muy bueno, pero muy abundante, se nos quitó la gana de seguir comiendo.
Y por último y una vez sentados, siempre hemos pedido raciones, ensaladas o el mismo cocido. Sobre la ensalada templada que ya os citábamos antes, yo creo que era la primera ensalada que marcó historia en nuestra casa desde el día que la probamos. Lola la hacía mucho en casa de sus amigas y esta ensalada llevaba queso, bacon, langostinos y gulas. Una ensalada que de verdad impactaba por lo contundente de los ingredientes que descansaban sobre abundantes hojas de lechuga variada esperando a ser bañados por una sabrosa vinagreta hecha con vinagre de módena y aceite de oliva virgen extra de la casa. Ya es muy típica verla por la red.
De este sitio son también famosas las costillas a la barbacoa, costillas que nunca hemos pedido y que dicen que están increíbles. La próxima vez las pediremos sin duda. Ah, y unos amigos celebraron una vez una despedida en su planta de abajo, y comimos bastante bien a base de picoteos, raciones y tostas, en la parte de abajo habilitada como zona de restaurante digamos que privada.
Como veréis todo son recuerdos en un sitio que pese a que con los años ha cambiado de nombre, sigue escondiendo pequeños grandes platos entre una oferta lógicamente general. Recordamos eso sí que cuando era las Cazuelitas de Hita las tostas eran mayores, pero bueno, en una relación calidad precio siguen estando bien. La carta de vinos es escasa, pero aceptable. Heos visto algun que otro buen vino, pero sin tirar cohetes. También hemos visto que en la web de vinos Alcorta, Martin Bersategui recomienda comer la Merluza Mariposa, tendremos que probarla también.
Salud.
Bonito post. Eres un gran tipo y espero que Lola y tú sigais engordando la lista de 'vuestros' restaurantes. Para eso estamos aquí, para ser felices.
ResponderEliminarSaludos
Se ve que a las Lolas nos gusta comer bien...aunque no tenga mucho que ver, me has hecho recordar un viaje a León y un cocido que nos comimos a las 12 de la noche en el barrio húmedo...qué tiempos aquellos y cómo me gusta León.
ResponderEliminarUn beso para ti y otro para tu Lola.
Es bonito recordar y más si son cosas buenas!!!
ResponderEliminarDe paso nos has recomendado un buen lugar y con encanto.
Si vengo a Madrid anda que no tengo lista de donde ir!!!!
Besos a tí y a Lola.
Qué bonito post! me ha encantado como explicas vuestro primer encuentro compartiendo un cocido. Desde luego que hay momentos que no se olvidan nunca y los gastronómicos marcan mucho.
ResponderEliminarBesos pareja.
Que rabia no estar más cerca... lo detallais tan bien, que dan ganas de cojer el coche y pegarse unas horitas para probar sólo la mitad de cosas ... me acabais de poner los dientes largos ... tostas, sartenes llenas de matanza ... que rico!! Un saludo, Montse.
ResponderEliminarUn buen restaurante, si señor, de los que se come a gusto. Y si además tiene historia....perfecto.
ResponderEliminarUn saludo, Begoña
me ha gustado ponerle nombre a tu chica.
ResponderEliminarMuac
Carlos no se con que me quedo, si con el cocido maragato ó con la historia de amor.... creo que con lo segundo, mucho mas dificil de encontrar!!!
ResponderEliminarEn cualquier caso interesante restaurante, a nosotros también nos gusta la cuchara, aunque veo una raciones enormes y cada vez comemos menos, será la edad?
Un beso
Carlos,
ResponderEliminarMe encantó leer parte de tu historia... y esa sartén se ve suculenta,la compartiría feliz en un día frío.
Saludos
Jolín que raciones más generosas, digo yo que no os quedaríais con hambre. Gracias por la recomendación, el local parece acogedor y todo se ve muy apetitoso.
ResponderEliminarAyyyy... si es que cuando uno está en compañía de la persona amada todo es maravilloso, desde un bocadillo hasta un cocido o cazuela de papas con huevo como la que estoy viendo. Como decimos por aquí: ‘per molts anys’! felicidades, que la chispa dure mucho tiempo y tu sigas explicándonoslo con estos reportajes tan chulos.
Saludos,
Anna
Me ha gustado mucho tu post... parece que de vez en cuando nos apetece saber más de esos "cociner@s" anónimos que se esconden detrás de estupendas recetas y comentarios amables
ResponderEliminarBesos
Pues a mi el restaurante me ha gustado, la cazuelita, por decir algo, de huevos con mantanza, pa que contaros, pero vuestra historia.... Ains, que recuerdos de cuando uno empieza algo tan bonito, eh?
ResponderEliminarEstoy ahora garrapiñada ante tanto dulzor y me ha encantado que lo expreseis todo tan libremente, tan naturalmente, en estos tiempos en que "mola" más hablar de cosas feas, que de amor, que siempre es tan bonito.
Os deseo un largo y feliz futuro a tu Lola y a tí y os mando un montón de mis besitos sin gluten
Nostalgia y cocina, recuerdo y restaurantes, para mi son conceptos que van unidos, preciosa entrada. Un saludo
ResponderEliminarhttp://cheffrustrado.blogspot.com/
Carlos y Lola que bonita historia, y sobre a parte gastronómica ya lo tengo anotado el nombre del Restaurante para en un próximo viaje a España poder disfrutar esa comida
ResponderEliminarUn abrazo
Polo
Gracias Carlos por este homenaje a nuestra primera cita gastronómica. Espero seguir compartiendo contigo muchos, muchos cocidos más.
ResponderEliminarGracias a todos por vuestras palabras y por apoyo que demostráis a Mercadocalabajío.
Un beso.
Lola por fin!!! sabía ó intuia que estabas detrás -ó delante- de mercadocalabajío, asi que gracias a ti por esta gran labor que nos hace aficionarnos, aún mas si cabe, a este mundo de la gastronomía. Y enhorabuena por esos 8 años de relación que no dudo serán muchísimos mas!!!
ResponderEliminarUn beso a los dos
Hola Carmen! Tienes toda la razón, la verdad es que no me dejo ver y ya era hora de presentarse... además, es que el post lo merece.
ResponderEliminarAprovecho la ocasión para darte la enhorabuena por tu blog, del que soy una fiel seguidora desde mi “ciber-anonimato”.
Un beso.
Muchas gracias Lola y Carlos por vuestra historia.
ResponderEliminarYo fui el fundador de Las Cazuelinas de Ita y su propietario hasta que fue La Vaca Leonesa en el 2005.
Me ha emocionado vuestra historia nacida en mi restaurante.
Ahora vivo en Marbella pero me emociona saber que mis creaciones como las manoplas, las sartenes y las cazuelinas han servido además de agradar paladares, a iniciar historias tan bonitas como la vuestra.
Un fuerte abrazo y gracias.
Dani
Espero q te vaya bien en Marbella
EliminarHola Dani, no te puedes imaginar la ilusión que nos ha dado leer tu mensaje. Nos honra que nos escribas y te damos lógicamente a ti las gracias. Un saludo.
ResponderEliminarhola dani a la distancia soy el chino de las cazuelinas de ita un gusto saber de ti y me distes la oportunidad de trabajar en tu restaurante alla por octubre del 98
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