Cómo embotar bonito en casa (receta de la Tiuca)

Hola a todos, hoy os dejo la receta de la conserva de bonito de la abuela de nuestra amiga Tere (la artífice de aquel baklava), la cuál lleva haciendo este tipo de conservas durante muchos años y repartiendo a hijos y nietos para que las disfruten. Os aseguro que yo la he probado en casa de Alex y Tere y es realmente increíble. Os dejamos todas las explicaciones de su nieta que nos cuenta todos los detalles del proceso y quizás así os pueda llegar a animar a embotar en casa conservas de bonito de excelente calidad ¡Nos tenemos que poner las pilas con las conservas que realmente son fabulosas!


Esta es la receta de mi abuela, que cada verano se pone manos a la obra y nos llena la despensa de tarros de bonito en aceite. La temporada para comprar un bonito bueno, bonito y a buen precio (lo de barato habrá que dejarlo de momento) es de julio a septiembre, siendo agosto quizás el mejor mes. En septiembre comienza a escasear y los precios suben. Este año en nuestro barrio subió el precio 5 euros en 3 días, para que os hagáis una idea... Algunos años se puede comprar a principios de octubre, pero más caro y no tan rico.

Pues cada mes de julio mi abuelita recopila todos los tarros de conserva que tiene en casa y los que le damos nosotras y nos “amenaza” con preparar bonito. Digo que nos amenaza porque la mujer no es capaz de hacer un poco, no... si no envasa al menos 50 tarros no se queda a gusto. Sí, sí, es verdad, que no exagero. Este año nos han tocado a cada nieta y a mi madre unos 20 tarros. ¡Es que esta mujer no tiene medida!

Como no puede cargar mucho peso lo que hace es comprar el bonito en varias veces y en varios momentos. Me explico: un día baja al mercado 3 veces y compra unos 4 kilos cada vez. Al mes siguiente repite la operación. Este año lo ha hecho 3 veces, es decir unas 9 visitas al mercado!!


La verdad es que está buenísimo, más blanco que el más blanco (y caro) que podáis comprar e por ahí, y aguanta más de un año, siempre en la nevera, ya que va simplemente al baño maría. En casa solemos tener este bonito y además latas de conserva, y utilizamos un tipo u otro según para qué receta. Claro, todo está mejor con bonito casero, pero a veces la receta tampoco “se lo merece”, creo que me entendéis.

Hacer esta receta no es difícil, pero sí requiere 2 días de tiempo, paciencia y minuciosidad. Eso sí, es muy agradecida y muy útil.


Vamos con ello:

DÍA 1

1.- Comprar el bonito. Cuanta más calidad tenga mejor saldrá la conserva, claro, no hay que ser un lince para adivinarlo. Le pediremos al pescadero que nos lo corte sin más, dejando la espina, la piel, la sangre... ¡todo! Es decir que para que salgan unos cuantos tarros hay que comprar una rodaja de unos 20 centímetros de grosor (no sé yo si a eso se le puede llamar rodaja...). Es importante tener pensado en qué recipiente, olla o cacerola lo vamos a cocinar. El tamaño del bonito que nos llevemos de la pescadería debe cabernos sin problema en esa olla. Si es necesario le pediremos al pescadero que nos lo corte en 2 o 3 trozos, pero siempre con piel y espinas.

2.- En la olla en la cual lo vayamos a cocinar ponemos laurel en el fondo. No os cortéis con las hojas, podemos echar unas 20 sin problemas. Luego ponemos el bonito encima, añadimos agua y para coronarlo todo ... más hojas de laurel, otro buen montón. Es importante (aunque no sé por qué) que el pescado no esté en contacto directo con la olla. Hay que medir la cantidad de agua que añadimos, puesto que nos va a determinar la cantidad de sal gorda: para 2 botellas de 1’5 litros pondremos 200 gramos de sal gorda. La idea es que esta agua en la cual vamos a cocer el pescado se parezca lo más posible al agua de mar.

3.- Lo llevamos a ebullición, sin tapar nunca y quitando la espuma que se va formando en la superficie del agua. Cuando rompa a hervir a borbotones bajamos el fuego y lo dejamos hervir más suavemente durante una hora. Todo el bonito debe estar sumergido. Si alguna parte no lo está lo hacemos cocer media hora y luego lo volteamos con cuidado para que el lado no cocido se haga durante la media hora restante.

4.- Pasado este tiempo apagamos el fuego y lo dejamos enfriar dentro de la cacerola u olla.

5.- Cuando ya está tibio (que se pueda tocar con las manos pero sin quedarnos sin huellas dactilares, ojo!) lo sacamos del agua (escurriéndolo) y lo envolvemos en papel aluminio. Lo metemos en la nevera para que termine de enfriarse y se endurezca más.




DÍA 2

1.- Sacamos el trozo (o los trozos) de bonito de la nevera y los desenvolvemos sobre una bandeja o cualquier recipiente o fuente plana lo suficientemente grande para manipularlo sin problemas. Esta es la parte más trabajosa, porque hay que limpiar el pescado a mano (con las manitas bien limpitas), Quitamos todas las espinas, la piel y las zonas más oscuras. Esto último es según os guste. A mí personalmente no me desagrada en absoluto la parte más rosada o marrón del bonito, pero a mi chico enseguida saca el bisturí y me lo estropicia todo porque “es oscuro y no me gusta”.

2.- Hacemos trozos de bonito que tengan el tamaño adecuado para entrar en los tarros que hayamos seleccionado. Lo mejor es hacer trozos alargados, pero la verdad es que da igual. De todos modos no os preocupéis si se os desmiga mucho, porque con esos trocitos pequeños podéis hacer unos cuantos tarros más adecuados para empanadas, por ejemplo. Y la verdad es que esas miguitas de bonito en aceite están... buenísimas!

3.- Como para toda buena conserva es fundamental que los tarros que vamos a emplear estén perfectamente esterilizados. Los metemos con sus tapas (pero no puestas, eh!) en una cacerola con agua y la calentamos poco a poco hasta que hierva. Luego los dejamos secar boca abajo sobre un trapo y no los secamos, para evitar que haya fibras, hilos o pelusas de los trapos de secar que puedan quedarse dentro.

4.- Cuando los tarros están escurridos los llenamos de bonito. Es importante aprovechar el espacio, y eso se consigue si los trozos de pescado que tenemos preparados tienen tamaños “simpáticos” o “user-friendly”, que dirían algunos. En fin, que lo hagáis como mejor podáis, pero no toqueteéis mucho el bonito. Yo creo que mi abuela tiene un truco que no ha querido contarme, porque le quedan de bien colocados todos...!

5.- Cuando está todo el pescado envasado llenamos los tarros con aceite. Este paso va según vuestros gustos. Toda la vida mi abuela los ha llenado con Koipesol, porque la mujer que le dio la receta le dijo que no utilizase aceite de oliva (esto fue en Santander hace unos 28 años). Pero la semana pasada nos hizo la última remesa de este año y ha utilizado aceite de oliva suave. La verdad es que está buenísimo, muy suave y en su punto, pero a mí me gusta más cuando usa aceite de girasol. Además ella lo hizo pensando que aprovecharíamos ese aceite para aliñar las ensaladas que haríamos con el bonito, pero a mí esa práctica no me gusta nada. Qué le voy a hacer, por muy estupendo que sea el aceite empleado me parece que es muy fuerte y grasiento y me destroza el sabor de la ensalada.


Bueno, que me voy por las ramas: llenar los tarros con aceite de girasol o con aceite de oliva suavecito. Todo el pescado debe quedar cubierto. Mirad bien que no queden burbujas de aire (dárles un golpecito seco a los tarros antes de cerrarlos para que se coloque bien todo y salgan las burbujas que puedan tener dentro).

6.- En el mismo agua que hemos empleado para esterilizar los tarros y que en teoría debe estar todavía algo caliente (mi abuela envasa a toda velocidad), metemos los tarros cerrados y hacemos el clásico baño maría. Tiene que hervir suavemente unos 30 minutos, sin que el agua toque las tapas.




7.- Cuando se haya enfriado sacamos los tarros y los dejamos seguir enfriando a temperatura ambiente. Finalmente los metemos en la nevera. Mi abuela siempre nos ha dicho que aunque aguanta más de un año hay que mantenerlo siempre en la nevera, y como yo soy muy obediente pues así lo hago. Y así me va, que tengo la nevera bonita bonita... tengo una balda dedicada exclusivamente a los tarritos de bonito. ¡A ver si es verdad eso de que de lo que se come se cría!


Muchas gracias Tere, ¿qué grandes son las abuelas verdad?, y a todo esto qué bien que lo explicas todo :). Estoy de acuerdo contigo en lo del aceite del bonito en conserva en las ensaladas, a mí tampoco me gusta, pero es curioso lo del girasol, pasa lo mismo con las propias conservas en aceite virgen extra, están muy fuertes y saben menos a pescado, aunque en este caso creo que también se junta el hecho de que los aceites de oliva vírgenes solidifican en la nevera.

Y a vosotros, espero que os haya gustado, no parece difícil pero seguro que la técnica la 'pillaremos' en una segunda o tercera vez, me conoceré yo. Pero lo queremos hacer.

Salud.

21 comentarios:

  1. Maravilloso post
    Mil gracias, he disfrutado como siempre

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  2. Y además, está buenísimo, os lo prometo. Un saludo.

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  3. Hola Carlos!
    Nunca me he atrevido con la conserva de bonito, las conservas de pescado me dan 'miedo' pero viendo esta maravilla será cuestión de atreverme a dar el paso. La pinta y las explicaciones son fabulosas.
    Un saludo,
    Anna

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  4. Carlos me encantó toda la explicación, desde luego es tentador y la calidad que nos puede quedar, verdad??

    Besos.

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  5. Pues sí, cuando lo leí parecía sencillo dentro del esfuerzo que requiere. Pero lo he probado, y el resultado es buenísimo. La explicaciones de Tere es verdad que son fabulosas. Un saludo.

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  6. Mi hermana la pequeña era adicta a las conservas y todos los veranos preparaba cantidad de bonito, que su suegro le compraba en el puerto de Bermeo, recién pescado.Creo que la técnica era parecida, no estoy segura y también usaba aceite de girasol, pero de lo que si estoy segura es de que si sacas los tarros después de hervirlos por segunda vez, ya rellenos y cubiertos de agua, y los dejas enfriar boca abajo de un día para otro, se hacen el vacío y no hay que guardarlos en la nevera. Es más práctico...
    De todas maneras tenemos que esperar a la costera próxima, por que la de este año ya se ha acabado, así que tenemos tiempo para organizarnos.
    Un saludo, Begoña

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  7. Hola Begoña, interesante apreciación, es verdad que a lo mejor sería más práctico. Un saludo.

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  8. Yo suelo hacer conservas varias, de atún también hacía, bastante similar a la abuela de Tere, pero hay cosas que he aprendido y que no sabía, como lo del laurel, ... yo si lo hago al baño maría cubro el tarro entero, y lo dejo enfriar en la olla, y las puedo guardar en la despensa.
    La receta me la faciltó hace bassssstantes años una señora de Colombres y la hacía como ella me dijo y sale muy rica.
    Ultimamente no la hago pues me resulta dificil encontrar atún o bonito y si lo encuentro me sale carísismo, así que, de momento me contento con mirar esa delicia de tarros que veo en las fotos y...me quiero imaginar esa nevera "bonita, bonita" que tienen algunas.
    Besos y gracias por esa brillante explicación.

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  9. Yo tampoco lo hago, pero me encantaría hacerlo, así que el próximo año (en plena temporada) me pondré manos a la obra y ya os contaré. Un saludo y gracias a ti.

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  10. Hola, yo soy de las que hago conserva de bonito hace unos añitos, lo que nunca hice ha sido ponerle laurel...(fresco, verdad?)

    Este año ya es tarde, pero tomo nota para el que viene...

    Lo que tampoco hago es guardarlo en la nevera...maaadre mia... necesitaría una nevera solamente para los botes.

    Saludos

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  11. Hola Hilda, Laurel fresco efectivamente. Sobre lo de guardarlo en la nevera o no, eso como veas. Una fresquera vale. Un saludo.

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  12. Que bien explicado. Este verano me dieron dos tarros de conserva de bonito que había hecho una amiga y estaba increíble.

    Sin duda probaré a hacerlo yo este año.

    Gracias

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  13. Hola Carlos, en estos momentos me me dispongo a poner en practica tu estupenda receta, gracias y ya te contare como me ha ido.

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  14. Hola, yo conocí esta receta el año pasado. mi hija no puede comer atún de conserva comercial. Sí puede comer bonito y me decidí a hacerlo. El primer oobjetivo es que mi hija lo puede comer y el segundo es que casi se queda sin probarlo. Hice 20 latas de 300 gr. Lo curioso es que con el tiempo la conserva mejora.
    Ahora mismo estoy haciendo la de este año (la única variante que he incorporado es utilizar una olla de barro cocido). Ya veremos y gracias por la receta!

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  15. Hola: una explicación excelente.
    Me ha parecido muy curiosa la elaboración y sobre todo lo del frigorífico pues ocupa mucho espacio.
    Yo lo hago de forma diferente y creo que es mas fácil. Echalé un vistazo a ver que te parece.
    Un abrazo

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  16. Hola, este fin de semana estoy haciendo esta receta, tengo duda de cuando se puede comer el bonito, en algunos blogs dicen que hay que esperar tres meses, en otro he visto un par de semanas ¿podéis contestar por favor?, muchas gracias.

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    1. Hola anónimo, hay que esperar un par de semanas mínimo. Acordaros que siempre conservarlo dentro de la nevera. Un saludo.

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  17. anónimo 5 septiembre 2015. muchas gracias por responder tan rápido ya hemos terminado, mas adelante te contaremos como ha salido ,de paso aprovecho para decirte que todos los días entro en tu blog me pareces el mejor
    y hago muchas de tus recetas, siempre salen bien.

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  18. Hola Carlos, ya hemos probado el bonito y está bueno, buenísimo, lo hicimos con tanta ilusión que créete que me daba miedo abrir el bote pero para nosotros está de diez, muchas gracias.

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  19. Dispuestísima a probar esta receta la semana que viene. ¿Habéis probado hacerlo con aceite de oliva virgen extra? Tenemos la suerte de tener varias garrafas de cooperativa disponibles. Nosotros compramos el bonito en conserva en aove, y soy fan del sabor fuerte del aceite, ¡pero no sé qué tal me saldría la conserva! ¿mataría el sabor del bonito? Gracias.

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