Restaurante O'Recanto, se disfruta

En estas ya caducas fechas navideñas tuvimos la anual y clásica comida de empresa la cuál se celebró en el restaurante gallego O'Recanto en San Sebastián de los Reyes en Madrid, muy cerca de la sede de Antena 3 Televisión. El motivo de la reunión fue, cómo es lógico, juntarnos todos los compañeros de nuestra gerencia justo antes de las vacaciones de Navidad, así que nos pusimos en marcha hacia Octubre, y elegimos esta vez un sitio que no estuviera lejos de la empresa para que hubiera líos. ¿Cómo nos decidimos por esta casa?. Pues lo típico, alguien comentó la calidad de este restaurante y no dudamos en llamar y preguntar los menús, de entre los cuáles tuvimos que elegir uno de los seis que ofertaba el local. Os podréis imaginar el follón que generó elegir un menú entre los 21 comensales que fuimos. Al final consensuamos y elegimos uno que tuviera uan buena relación de segundos platos y que no tuviera marisco de entrante, porque había gente que era alérgica al mismo o que sencillamente no le gustaba.


Y fue una pena porque dicen que el marisco es uno de los platos fuertes del restaurante, aunque claro, marisco de entrante en un menú de este tipo a compartir, sería algo insignificante. Por otro lado después de ver la calidad general del género el plato creo que hubiera sido un éxito. Pero bueno, al acabar de almorzar ya nadie se acordaba del marisco porque nos quedamos demasiado llenos, pero bueno. En resumen, os puedo garantizar que la calidad y cantidad de los platos, el buen oficio que realiza este local y los nulos malos detalles que hubo, no valen los cuarenta y seis euros que nos costó por persona. Creo que hoy por hoy, no lo valen.

Bueno, pues os voy a contar la experiencia vivida en este emblemático restaurante. El local se encuentra en un polígono cercano a la Avenida de Europa que une Alcobendas con San Sebastián de los Reyes. Pertenece a una cadena de tres famosos restaurantes gallegos ubicados en la comunidad de Madrid. Los otros dos son el O’Grelo, el O’Cachelo. Todos ellos ofertan casi la misma calidad y variedad, y en cuánto a la calidad, ésta es superior a la media si hablamos de pescados, carnes y mariscos, con una especialidad a cuestas que son los calderos y arroces con bogavante que según leo son muy famosos y no tuvimos ocasión de probar.

Pues nuestro menú consistía en cuatro platos de entrada (a compartir) y un segundo contundente. El menú incluía bebida (a demanda), postre y café. Pudimos además probar un vino blanco ribeiro de cosecha bastante aceptable (era cosechero). Creo que es un vino muy apto para estos acontecimientos ya que alcanza la nota esperada y el local sirve a discreción.



Al poco de sentarnos empezaron a desfilar las raciones, primero unas xoubas con padrón, que vienen a ser unas sardinillas abiertas y rebozadas con estos pimientos de origen mexicano tan excepcionales, como son los de padrón. El plato era contundente y las sardinas estaban exquisitas.


Después aterrizaron en la mesa los berberechos frescos, plato que a mí personalmente no mehace excesiva gracia pero sé que gusta allá dónde lo sirven. Había que reconocer que el berberecho estaba muy fresco y escandaloso.


Después el pulpo a feira, que creo que fue (para mí) uno de los mejores platos de la comida. El cefalópodo en cuestión estaba tierno, jugoso y perfectamente alienado con los sabores de un estupendo servicio de cachelos, aceite de oliva virgen extra, sal gorda y pimientón de la Vera. Un ocho y medio sobre diez, si es que queréis saber que puntuación le doy. Aunque ¿por qué no un diez? porque había muchos trozos pequeños, que no por eso peores, y esto le resta algunos puntos de calidad.


Por último, el entrante de los chopitos a la española, servidos sobre una cama de patatas fritas tipo panadera y cebolla frita. Esto no me pareció del todo bien, primero porque todo el plato sabía a la cebolla frita, y segundo porque al final, con la tontería de poner patatas debajo, tocas a menos chopitos que es lo que todos queremos. En cambio te sirven unas patatas normales y corrientes, que encima contienen una grasa extra que es la de los mismos chopitos. Este plato fue el único pinchazo de la tarde, porque aunque los moluscos estaban bien rebozados, podían haber estado mucho mejor servidos.


Ahora llegan los platos fuertes. Hice una foto de todas las posibilidades que teníamos en el menú y que ya os digo que todas estaban sencillamente excepcionales. Probé casi todas, sólo me faltó la dorada a la espalda que sólo la pidio una persona. Aquí si que daba gusto equivocarse de segundo plato. Sólo hay que ver la pinta y la contundencia de las raciones para saber que hablamos de calidad y frescura. El rape a la marinera estaba excepcional. Fresco, jugoso, perfectamente presentado y abundante. Lo probé un poco y me encantó, quizás fue de lo que más me gustó, aunque la carnes estaban sencillamente excepcionales.



El entrêcot de ternera gallega de aproximadamente medio kilo estaba magnífico, bien oficiado y con un regusto estupendo a grasa de calidad. El solomillo de ¡400 gramos!, y de la misma ternera, no os podéis ni imaginar lo tierno y bueno que estaba. Tierno, jugoso, y completamente libre de oscuridades, ternillas y grasas. Yo lo pedí, y creo que ha sido de las pocas veces que he acertado de lleno al pedir un segundo plato del menú. Sólamente me lo trajeron algo frío por dentro, pero esto es debido al tamaño y a que se sirve sólo vuelta y vuelta. Pero nada, se lo llevaron, y me lo trajeron en unos minutos en su punto. Un lujo.




Todos los segundos platos iban acompañados de unas estupendas patatas fritas caseras que ya es algo raro de ver en muchos sitios, y que de verdad que siempre hay que agradecer. Aquí nos maridaron con un Rioja crianza que no recuerdo su nombre, pero que podía haber estado mejor. Era un poco fuerte, y no sabía del todo rico, aunque para ser francos, los hay mucho peores.

Os podréis imaginar que el postre se comió ya sin gana, pero pudimos finalmente con él. De todas formas sirvieron una filloa (mal oficiada) y de sabor un poco sintético, con una muy buena y ligera tarta de manzana que la acompañaba que esa sí que me gustó. No obstante, y después de lo visto, el postre era lo de menos. No podíamos más.


Pues eso es todo. Que creo que hemos coincidido todos los compañeros en que volveremos a repetir, porque además los detalles generales nos gustaron, el pan estaba bueno, la cerveza qué os voy a contar, una de las mejores del mundo Estrella de Galicia. Del agua mucho que decir; nos sirvieron una excelente Cabreiroá gallega que no os he bloggeado aún, pero que os anticipo que entraba sola y que encima te ponían a demanda, incluso después de haber pagado. Por último comentaros que los salones nos gustaron y de verdad que estuvimos muy cómodos.


¡Ah! los licores eran caseros, o de marcas varias, yo estoy más acostumbrado al licor de hierbas Ruavieja y noto cuando traen otro diferente. Es de destacar ya sí que por último, que en ningún momento nos echaron. Esto parecerá una nimiedad, pero es otro detalle a tener en cuenta porque acabamos a las 19:30.


Salud.

1 comentario:

  1. Sin duda uno de los buenos, cuando se trata de buscar restaurantes gallegos en madrid centro, Con muchas ganas de ir y probar alguna de las cosas que podemos ver en las imagenes.

    saludos!

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