Coca Colas variadas (Parte I)

Por suerte desde hace unos meses me estoy surtiendo de varias Coca colas muy originales que como es lógico no se venden en nuestro país. Antes de nada, esto se lo debo de agradecer a dos personas muy cercanas al blog, en primer lugar a un compañero de trabajo llamado Raúl el cuál ha hecho posible que yo encontrara Coca colas, de inimaginable adquisición hace unos meses. Y también a otro compañero llamado Eladio, el cuál se ha interesado en que las pudiera probar, e incluso me ha traído alguna botella vacía de cristal desde Egipto.


Pues entre todas las Coca colas existentes en el mundo tenía muchas ganas de probar la Coca cola con sabor a vainilla, y esto finalmente fue posible gracias al trabajo en equipo y a la tienda The American Store de San Francisco de Sales en Madrid. Todo salió a pedir de boca porque Raúl las localizó, Eladio me las trajo y el que suscribe las pagó. La emoción al tenerlas fue tal, que desde ese momento quise probar todos los sabores que me faltaban (Coca cola Sango, Coca cola Light Lima, Coca cola C.2.0, Rasperry Coke etc). Sobre estas últimas hay que decir que Raúl a los meses, me consiguió otros sabores más que ya os contaré en otro post.


Bueno, pues vamos a centrarnos en estos dos sabores. Ya os imaginaréis que ambas Coca colas son yankees, y ambas nos gustaron mucho. La Coca Cola con sabor a vainilla no nos defraudó para nada. Un sabor juvenil, intenso y agradable, no apto para tomarla a la hora de comer, pero sí en un cumpleaños infantil, en un cine o sencillamente entre horas. No es para abusar, pero sí para probar. En cambio la Coca Cola con sabor a cereza, en pocas palabras fue espectacular. Era más gustosa que la que hubo en su día en España. O mucho más dulce que la existe ahora en UK (y que posteriormente probé). Sabor punzante, gran aroma a regaliz rojo (que no a fruta) y un equilibrado perfecto de azúcares y gas. Me atrevo a decir que es la mejor Cherry Coke que hemos probado jamás.


Por si no lo sabéis la Coca cola con sabor a cereza se creó allá por el año 1982 para la expo internacional de Knoxville en EEUU, aunque no fue hasta 1985 cuando se empezara a producir en todo el país.


Cada lata costaba 0,85€, un precio coherente para la gran dificultad que entraña obtenerlas aquí (la empresas distribuidoras oficiales de Coca cola no quieren que este tipo de tiendas de importación las traigan). No obstante, ya sabemos dónde se venden y recurriré a este sitio siempre que se me antoje, además la propia tienda hace envíos por Internet con escasos gastos de envío (creo al menos en Madrid). Pues de todas las que compré (unas ocho de cada) me queda sólo una lata con sabor a vainilla.



Pues nada más, que siempre he deseado probar rarezas de esta compañía que como sabréis me encanta. También me gustaría que volviera la Cherry Coke nacional, pero sé que esto no va a ser posible al menos por ahora. Yo quizás fui uno de los pocos que la tomaban cuando salió sin éxito allá por los años noventa, y me dio mucha pena que desapareciera porque me gustaba mucho ese sabor tan peculiar.



Siempre nos quedará mezclar la Coca cola normal (regular) con un poco de Amaretto ¿no lo habéis probado?. Hacedlo.

Ah! se me olvidaba, las latas son más alargadas y contienen 2,5 ml más.

Salud.

2 comentarios:

  1. Hola Carlos,
    ante todo gracias por la parte que me toca :-).
    Solo decirte que cuando probé la de sabor Vainilla (gracias a ti) lo hice en la comida y mi primer pensamiento fué que fuera de una comida no me sabría igual. Por ello estoy en descuerdo contigo :-).No me imagino bebiendola en otra circustancia.
    Bueno, al final tu eres el experto...
    Un abrazo y buenas vacaciones compi.

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  2. De acuerdo, me retracto. Es también válida para comer, si es que para gustos los colores (jeje). ah!... Y yo no soy experto en nada, soy eso que llaman foodie, como tú. Saludos.

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