Sopas de ajo, gazpachos de invierno (receta clásica)

Ahora que se acerca pisando fuerte la Semana Santa, y como no esos viernes de vigilia y diversos días de ayuno y procesión, las sopas de ajo por tradición cristiana o no tan cristiana, secundan las casas en lo que podríamos llamar su máximo apogeo anual, pese a que todos sabemos que este plato se ha convertido en el "porque hay nada en la nevera" de todo el año de familias humildes, si no principiantes o siempre amantes de la buena mesa.


Y es curioso, porque normalmente cuando lo degustamos estamos acostumbrados a mimetizarnos con el origen del plato, es decir, estamos acostumbrados a tomarlo como los que por desgracia no tienen lujos ni abundancia, mirad si podemos lo servimos en vasijas de barro para tomarlo, curioso, o muchas veces utilizamos ambas manos para cogerlo y así calentárnoslas como si en nuestras casas no hubiera calefacción o más de uno habrá cogido para comerla la cuchara de madera. En fin, considero que es un proceder casi inédito en nuestra cocina de hoy, pero que a mí particularmente me agrada muchísimo verlo, pues mira, podríamos bautizarlo sin entrar en cursilerias o en frasecitas fuera de tono como nuestro especial "tributo al hambre de los seres humanos", que no es broma es el problema más serio que ha tenido y tiene la humanidad desde hace siglos.

Pues el origen del plato se remonta a hace varios siglos en toda Castilla y parte del norte de España cuando las familias más humildes arramplaban con lo que tenía por sus casas y elaboraban sopas de pan y agua, con las migas de pan, algo de grasa (mantecas), ajos y si se podía pimentón. Por esto y por la sencillez del mismo, siempre se le ha relacionado con el ayuno en tiempos de cuaresma (y sin serlo), así el plato cobraba especial importancia al pensar que por el pimentón recordaba al chorizo y que el pan hidratado recordaba a la carne ¿curioso verdad?.

Hoy desde luego este plato y respetando tradiciones se hace casi exclusivamente por gusto, por que en verdad el plato es sabroso y simplón y es realmente un primer plato perfecto para un restaurante, o un plato de cena que raya la perfección porque por un lado aprovechas las grandes sobras de pan y de caldo, y por otro lado es una cena ligera y digestiva.

Yo personalmente no hago una sopa de ajo tradicional porque le añado ciertos 'toques' que para muchos será cargarse la receta original, no digo que no, pero yo le añado caldo de cocido o de jamón tipo Aneto (excelente), y si no tienes caldo de jamón suelo añadir una puntita de jamón fresca a cocer, la cuál una vez cocida desmenuzo en la propia sopa. Desde luego te pones a mirar por Internet y cada uno ha conseguido la variación que más le gusta, algunos le añaden pan tostado (últimamente lo hago yo), o bacalao, o setas, o agua de cocción de coliflor, o verduras, o atún, o se le añaden especias.. eso sí, siempre respetando los dos ingredientes principales, el agua, los ajos, el pimentón y el pan.

Alguna receta he visto con la sopa de ajo batida con huevo crudo como si fuera un salmorejo y con jamón ibérico y huevo duro de adorno, ¡¡eso tengo que probarlo!!.

Según leo por internet, cuestión que me ha llamado mucho la atención, la receta clásica Asturiana que muchos llaman ibérica, se acerca a la versión tradicional que hoy todos conocemos y que por otro lado leo que también es típica de Madrid, "[..] cinco dientes de ajo, un litro de agua, dos cucharadas de unto, pan, pimentón, sal. Machacados los ajos con la mano, y fritos en la manteca, se vierte sobre ellos el agua. Añadamos una cucharada de pimentón, la sal precisa, y dejemos hervir un poco. Acto seguido echemos los pedazos de pan hasta que queden blandos. Debe tomarse muy caliente». O la versión que muchos llaman ilustrada, con jamón, chorizo o huevo cocido. Curioso.


Pues nada, sólo me queda publicaros mi receta particular. Un saludo a la gente de Zamora que la han acuñado como tradicional comerla como desayuno tras las procesiones nocturnas de Semana Santa, va por vosotros.

SOPA CASTELLANA (DE AJO)

INGREDIENTES


1/4 barra de pan fileteada de hace unos días
Aceite de Oliva Virgen Extra
3 dientes de Ajo
Pimentón dulce molido
1 huevo persona
Sal al gusto
Caldo de jamón o de pollo casero
1 punta de jamón (opcional)

PREPARACIÓN

En una cazuela se pone a hervir el caldo con la punta de jamón. Mientras tanto, se corta el pan en rodajas de 1 centímetro, se fríen ligeramente sin quemarlas, en una sartén con aceite y se reservan.

En esa misma sartén se echan los ajos cortados en lonchas finas. Cuando los ajos estén dorados se echa el pimentón y se revuelve todo bien. Se echa liquido de la cocción, se rebaña bien y se echa sobre el preparado.

En este momento sacar el jamón y echar los huevos batidos ligeramente en un vaso y apagar.


Podéis echar al caldo de cocción una cabeza de ajos para que cueza y le de aún más carácter a plato. Desmenuzar el jamón cocido en el plato.

Carlos Dube

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