Hace mucho tiempo, siempre que veía a mi hermano maniobrar la fruta con unos cuchillos de filo curvo con hoja pequeña, me preguntaba la razón. Comodidad decía yo, pues sí, se cogen muy bien, pero también precisión, mucha precisión. Con la llegada de Jorge al mundo, os podréis imaginar que los hemos utilizado hasta la saciedad, es ese instrumental de cocina que jamás hubiéramos pensado que sería un imprescindible, y lo es, vaya que si lo es. Cosas que uno descubre con la práctica y que os quiere transmitir en este pequeño artículo.


No ha habido fruta que no hayamos pelado con ellos, y es más, cuando hay que darle a nuestro hijo rodajas finas de queso o frutas es ideal ya que podemos sacarlas transparentes y de un tamaño pequeño. Pues bien, eso es posible porque la marca que usamos tiene esa calidad que uno busca para estos menesteres, siendo muy resistentes a lavados y usos, y aguantando en plena forma durante años.

Se trata de un juego de 3 cuchillos pequeños de la conocida marca Wüsthof, que además tienen un diseño bonito y actualizado, con mangos de colores que resisten bien cientos de lavados en friegaplatos, y cada uno para un cometido, aunque si os somos sinceros los usamos prácticamente para lo mismo.


Son de la serie Silverpoint (paring knife) de esta marca alemana, uno de pico de loro (convexa) de 6 cm para decorar, pelar etc (verde), otro cuchillo multiusos de 8 cm (rojo) y otro del mismo tamaño para pelar y limpiar (azul). Tenemos algún cuchillo más de esta marca aunque el uso que le damos a estos es imbatible.

Y sí, hay muchos cuchillos peladores dentro de las marcas más conocidas del mercado, mi hermano ha usado varios, nosotros optamos por probar directamente estos que pedimos hace un par de años a la tienda online de utensilios de cocina Lecuine, y la verdad pese a ser uno de los cuchillos más modestos de esta tienda, que a todo esto vende auténticas joyas en cuchillería, ha sido sin duda una de las grandes compras maestras de estos años.


Por si lo queréis saber son cuchillos hechos a mano en esta empresa familiar afincada en Solingen, Alemania, con una experiencia en el sector de sólo unos pocos años, madre mía, hablamos de más de 2 siglos (1812) y con un bagaje como pocos pueden igualar. Estos en concreto hemos leído que tienen un altísimo contenido en acero de primera calidad y un filo perfilado con láser aunque de forma absolutamente manual, como su ensamblado, artesanal algo que al parecer es el gran sello distintivo de esta casa.

Ya no podemos vivir sin ellos.

Salud y feliz miércoles.