Receta de baklava griego paso a paso

Hola amigos, hoy nuestros amigos Alex y Tere nos han enviado una receta de un dulce que recientemente han preparado en su casa y que nos invitaron a probar hace bien poco, con el detalle de acercármelo al trabajo. Hablo del baklava griego. No os voy a contar nada más, porque ya ella nos explica a la perfección cómo se hace y cuál es su historia. Ahí es nada. Espero que os guste y que me contéis si os gusta. Ojo, es un postre ideal para los amantes del dulce.


Nosotros descubrimos el baklavas el primer año que fuimos a Grecia (en 2.005 estuvimos en Zakynthos). Por las noches solíamos cenar en una taberna cien por cien familiar que se llama “Veranta”, en Agios Vassilikos. Pues bien una noche nos ofrecieron de postre baklava. Y claro, es una de esas palabras que te suenan a comida oriental, como kebab, pilau o samosa, pero no teníamos muy claro qué era. Así que dijimos que vale, que nos trajeran eso del baklava a ver de qué iba. Y nos gustó tanto que a partir de ese día ¡¡creo que lo tomamos todos los demás días!! Es que somos así de exagerados, qué se le va a hacer.

Pues este postrecito es una de las razones por las cuales nos enamoramos de las islas griegas (hay muchas razones, pero nos gustaba tanto cenar en Veranta que decidimos que eso había que repetirlo cada año, que se estaba pero que muy bien en Grecia).

Desde entonces hemos ido catando baklavas “de isla en isla”, es un clásico de nuestro verano que nunca debe faltar. Así que un buen día me animé y decidí probar a hacerlo yo, para que la espera no se hiciese tan larga hasta el verano siguiente. He de decir que, como pasa con muchas recetas, hemos ido perfeccionándola. Además la primera receta que consulté no terminaba de convencerme, y este año he hecho los baklavas con otra receta, que es la que os pongo a continuación.

Esta es la receta, la he sacado de un libro que me regaló mi hermana Marta que se llama Greek Cookbook. Bueno, pues vamos al lío.

Es muy sencillo de hacer pero es laborioso, porque cada hoja de la pasta filo debe pintarse por los dos lados con mantequilla fundida. Y claro, para que esto esté como debe estar hay que utilizar unas ¡¡¡20 hojas de pasta!!! Quitando eso es bastante simple y solo necesita unos 30-40 minutos de horno.

Estos son los ingredientes, 250 gr mantequilla, 350 gr de frutos secos no salados (yo utilizo nueces y almendras en láminas), 1 paquete de pasta filo, 300 gr de azúcar blanca y morena mezcladas (es para el almíbar, así queda un poco más oscuro), agua de rosas o de azahar (opcional), azúcar avainillado (opcional). Aunque en la receta no lo pone yo también utilizo un poco de almíbar de conserva de melocotones en almíbar (que luego siempre se pueden aprovechar para postre o para rellenar de atún con mahonesa, probadlo!). Utilizo unas 4 cucharadas, para el relleno de frutos secos.


Moler los frutos secos al tamaño que os apetezca, pero que no se hagan polvillo. Cuando están al punto que queréis añadirles el almíbarno casero”, la cantidad justa para que quede un poco ligado pero que no quede el plato mojado. El almíbar debe ser “absorbido” por los frutos secos.


Derretir la mantequilla...


Por comodidad yo suelo plastificar la encimera con papel de cocina transparente, así no se llena todo de mantequilla.


Untar ligeramente el molde (mejor una fuente que un molde de repostería. La bandeja del horno también vale). La pasta filo nunca se pega y además no aumenta de tamaño, así que tranquilos.


Coger ahora una hoja de pasta filo y extenderla sobre la encimera manipulándola con cuidado. Con el tamaño de fuente que utilicé tuve que doblar cada hoja en dos, y eso me ahorró trabajo, porque al usarlas “dobles” tuve que pintar la mitad de hojas... Pintamos las hojas con mantequilla por los dos lados y las vamos dejando una sobre otra dentro de la fuente. Ojo, no tienen que chorrear! La mantequilla se usa para que cada hoja quede luego bien individualizada, algo así como las diferentes láminas de un hojaldre. ¡No se trata de que la fuente tenga un dedo de mantequilla en el fondo!


Es muy importante que mantengáis las hojas de pasta cerradas o tapadas mientras untáis una, porque se resecan más rápido de lo que parece y luego se pueden quebrar.


Cuando os parezca suficiente (yo puse 8 hojas, es decir 16 capas de pasta) ponéis el relleno repartiéndolo bien y volvéis a pintar las hojitas de pasta filo para cubrirlo. A estas alturas tenéis mantequilla ya hasta en los codos y estáis empezando a pensar que qué buena idea esto de hacer baklavas... ¡No os desesperéis, que ya terminamos!


Le hacéis unos cortes ligeramente marcados, en forma de rombo (baklava significa rombo en turco) y así tal cual lo metéis en el horno precalentado (muy importante) a 180 ºC unos 30 o 40 minutos, hasta que esté dorado a vuestro gusto. Luego lo dejáis enfriar completamente.



Mientras, haced un almíbar casero con agua y los dos azúcares. Si queréis o tenéis podéis ponerle agua de rosas o de azahar o lo que os apetezca. Debe quedar espeso, y eso se consigue haciéndolo hervir al menos 30 minutos y luego dejándolo enfriar en un sitio fresco (yo lo dejo sobre la lavadora, en el tendedero). Cuando ya está solo tibio y más espeso y cuando el baklava esté frío lo vertéis por encima sin miedo, que este postre es muy almibaroso. FOTOS 15, 16 y 17.




Lo último que hay que hacer es … tomarlo y disfrutarlo!. Si queréis darle un toque más oriental podéis espolvorear pistachos molidos por encima (pero no salados), así queda más turco o libanés. Yo creo que si preguntas por Oriente todos los países se apuntarán como inventores de esta receta. Personalmente creemos que es turca, pero claro los griegos nunca lo admitirán!



Como veréis en las fotos también hice cuatro baklavas “individuales”, porque me sobraba relleno y algunas hojas de pasta. Se hace igual, engrasando las hojas. Una vez hecho el rulo se corta con un cuchillo. No es necesario sellar los extremos, el relleno es lo suficientemente consistente y no se sale. Es más importante que el cilindro quede bien cerrado en sentido longitudinal. A estos se les echa almíbar igual.





Gracias a los dos.

6 comentarios:

  1. Madredelamorhermoso
    Sin comentarios

    P.d: ahora cuando cocino y ensucio mas de lo normal, me acuerdo de ti...de como lo tienes todo, y me entra "la depre" jiji

    No conocia el postre y me ha parecido fantástico.
    Seguid currando que nosotros seguiremos disfrutando

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  2. Antes de ver con detenimiento esta receta, tengo que reaccionar al despliegue culinario y fotográfico que has hecho!! Que complejo me entra.
    Bueno, luego leeré con mucha atención (como siempre hago) la receta.
    Un beso

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  3. Hola Carmen y Su, la receta ni las fotos son mías. Las fotos son de Alex, que a todo esto las hace fenomenal, y la cocina es la suya y efectivamente son super ordenados y pulcros. Un saludo a las dos.

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  4. Una maravilla de explicación y de exposición. Felicita a tus amigos, porque vamos a copiarles...En muchas pastelerias de Málaga venden pastelitos árabes ó libaneses y son buenísimos, con mucha variedad de frutos secos y de formas. Los tuyos parecen más jugosos.
    Un saludo, Begoña

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  5. COMO DIJO SU !madredelamorhermoso!

    Me gustó más el rollito, más fácil, pero aca en TAMPICO, es dificil que encuentre las hojas de philo.

    TE FELICITO! y al fotógrafo!

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  6. Impresionante.

    Acabo de conocer este blog y me encanta.

    Soy muy cocinillas y pienso probar el postre griego, que todavía no soy capaz de nombrar, pero además es que he disfrutado leyendo la receta de conserva de bonito de la abuela y por supuesto también pienso hacer, aunque tendré que esperar hasta el verano proximo. Ire haciendo recopilación de tarros.

    Gracias por tus amenos comentarios y te contaré como me salieron las recetas.

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