Sándwich vegetal, el emparedado que siempre apetece

Diréis que qué chorrada este post, bueno, pero no me diréis que no está buenísima esta simpleza culinaria de origen totalmente español. Bueno, eso el contenido, por que lo del pan, y en especial eso de sándwich (palabra totalmente acuñada en nuestro diccionario, incluso se acentúa) nos tenemos que remontar a hace mucho tiempo.



Según leo en un gran artículo de Internet, cuentan que la filosofía del emparedado la inventó un tal Hillel en el Siglo I A.C . El tal Hillel, al que denominaban el “Anciano”, era uno de los líderes religiosos más importantes entre los judíos. Fijaros que el tío, sin comerlo ni beberlo se saca de la manga en la fiesta de Passover (fiesta religiosa judía) intercalar entre dos matzohs o galletas duras horneadas, de todo un poco, nueces molidas, trozos de fruta (manzana), especias machadas etc. Quien se lo iba a decir ahora.

Bueno, pues a partir de aquí, ya todo va sobre ruedas, ya en la Edad media se sabe que se utilizaban grandes rebanadas de pan planas para pringar comida, cuyas sobras además servían para alimentar a los indigentes que pulularan por los banquetes.

Cómo anécdota se sabe que en los siglos XVI - XVII hay obras de teatro inglesas de Shakespeare etc que recogen la existencia del mismo formato de sándwich como heredado de Europa (bread and cheese, bread and meat (pan con queso y pan con carne) pero todo lo que envolvía a este concepto no dejaba de ser infravalorado y bajo.

Pues ya en el año 1762 todo pega un giro, ¿por qué? Pues no se sabe, pero la cultura popular es inescrutable, aparece el primer registro muy parecido a la palabra sándwich utilizada hoy en día, y es que en los escritos del historiador inglés Edward Gibbon comenta que mucha de la clase social inglesa, como la del Cocoa Tree en St. James's Street, comía “breads and (..)” mientras hablaban de política.

Qué cosas. Pues bien, según la tradición, el invento del sándwich efectivamente fue inglés, y por obra de los cocineros del London’s Beef Steak Club, un prestigioso club de apuestas de Shakespeare Tavern lo explotaron en la restauración. Además clientes de alta alcurnia se sumaron al éxito de esta primera comida rápida e informal que tanta gracia hacía por aquel entonces, como el príncipe de Gales de entonces.

Pero llegó lo esperado, la denominación del emparedado de forma formal y oficial, y al parecer nunca se ha desmentido, un tal John Montagu, cuyo título nobiliario era el cuarto Conde de Sándwich, agotaba sus horas de vida jugando a las cartas en el club, y al no tener tiempo para comer, el conde ordenaba a los cocineros que le prepararan un filete con sal y lo metieran entre dos piezas de pan tostado para poder comerlo mientras apostaba. La gente pedía lo mismo que el conde, “oiga, póngame lo mismo que el conde Sándwich” y así se acuñó y se popularizó esta palabra universal.

Foto extraída de www.wikipedia.es

Ya en 1840 lo previsible, el sandwich llega a América (os podéis ya imaginar) de la mano de Elizabeth Leslie (no confundir con la actriz), la cuál explotó el inventó en un famoso libro de cocina el cuál habla de sándwiches y de modos de prepararlo.

Ya son fechas y fechas, en el año 1900 las panaderías en EEUU comienzan a vender pan de molde y se pone muy de moda entre los niños y trabajadores.

En 1912 el americano (alemán de nacimiento) Otto Frederick Rohwedder inventa la primera máquina de cortar pan de sandwich de forma automática, y la primera instalación industrial se instaló en Chillicothe Baking Company en Missouri (1928), usando dicha máquina pero mejorada. Se sabe que el primer pan de molde sandwich se vendió el 7 de Julio de ese mismo año.

Ya en el marco de la industria, en 1930 Wonder Bread, se convierte en la primera compañía en EEUU que vende pan de molde en rebanadas. Como dato curioso el pan de molde en rebanadas, como hoy lo conocemos, no tuvo demasiada aceptación en los primeros años de venta ya que las familias no confiaban en la materia prima empleada.

Bueno ¿os ha gustado la historia?, yo la veo muy interesante, y os preguntaréis ahora, ¿y cómo llegó a España? Pues bien, en 1873 se establece en Madrid el primer Viena Capellanes dedicado a la producción del Pan de Viena ¿qué tiene que ver el pan de Viena con los sandwiches?, pues en casi todo, el pan era gomoso y grande, mucha miga, poca corteza, sus rebanadas eran tiernas y ligeras.

Por último en 1939 el más que famoso Antonio Rodilla, se establece en Madrid e inicia su actividad con un pequeño establecimiento de repostería y charcutería en Plaza de Callao. Como dato curioso es que el embutido que vendía, lo vendía al peso, pero llegaba la parte trasera del mismo y no la quería nadie. Antonio pensó entonces en utilizar los ’culos’ de embutido para crear un nuevo producto, la pasta de sandwich. Para ello, y debido a la escasez de pan de la época, decide elaborar también su propio pan, llamado entonces Pan Inglés, heredero auténtico del sandwich.

Bueno, pues informados al respecto, que nunca viene mal, nos metemos en faena. Para los sándwiches son importantes muchas cosas, el contenido, fundamental, la calidad de los ingredientes, la ternura, su presentación, en fin, muchos detalles. Pero a veces son importantes algunos detalles, como por ejemplo, los juegos de temperaturas y el control del contenido, es decir, lo que os voy a contar ahora. Pero es que además, es difícil cuidar bien las cantidades de su contenido, porque hay ingredientes que si no se eligen bien abultarán mucho, y no serían correctos para un sándwich, es decir, no por llevar espárragos muy gordos estará mejor, o mucho de algo, como el tomate.

Bueno, pues vamos allá… os lo cuento en la preparación de esta exquisitez de la primera ola Light de los 80.

INGREDIENTES

Pan de molde grande (apostaría fuerte por el American Brook’s)
Tomate (del tiempo)
Lechuga (del tiempo)
Espárragos (fríos)
Mahonesa (de bote si si se quiere, pero FRIA)
Huevo duro (del tiempo)
OPCIONAL: Huevo plancha
Mantequilla
Sal

PREPARACION

Cortaremos el tomate de ensalada (de tono rojizo) y pondremos a secar sobre papel absorbente e incluso eliminar parte de las semillas, lo mismo haremos con los espárragos, que elegiremos unos medianos y de calidad, que cortaremos por la mitad y dejaremos escurrir.

Lavaremos bien la lechuga y la dejaremos también entre papel absorbente. Colocamos las tostadas de pan de molde en una sartén con un poco de mantequilla a fuego suave hasta que doren bien.

Una vez doradas pondremos mahonesa en ambos lados y encima de la rebanada de abajo, y por este orden, el tomate con un poco de sal si la mahonesa la usamos sosa, el huevo duro, tres capas de lechuga y con un poquitín de mahonesa en medio de cada una, los espárragos en trocitos, encima la rebanada y apretamos bien.

Lo cortaremos por la mitad.

No añadir más capas, pero si se optas por acompañar esta exquisitez con un huevo a la plancha, añadir el huevo sin más y cortar la capa de arriba del pan con un vaso de tubo o en su defecto un vaso normal.

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