La verdad, es que me acuerdo mucho de esta planta (Scolymus hispanicus o Tagarnina), que en su día se cultivaba de forma normal, aunque tambien se encontraba silvestre por todos lados, y que ahora te las encuentras, en parajes recónditos, o en raras ocasiones o de forma accidental y la verdad, es que es muy vago el recuerdo que tengo de la planta en sí, de su gusto y textura, y me da rabia, porque son cosas simples y sabrosas, que deberíamos de tener en casa si uno quisiera.
Todavía me acuerdo en el pueblo de mi padre que ibamos toda la familia al campo a pasar una jornada de mañana o tarde del fin de semana, y los cogíamos a destajo y gracias a un pequeño azadón (están abiertos y pegados al suelo, pueden medir 50cm de diámetro). Recuerdo que las veces que lo hacíamos era a finales de invierno, o a principios de primavera, ahora dudo, porque recuerdo también que en aquella época me gustaba 'matar indios', que era cargarme con un palo los cardos altos con pinchos y flores (hablamos de los años 80 ojo, no me acuerdo muy bien de los detalles).
Ahora leyendo veo que efectivamente es así, su flora es entre Mayo y Agosto. Las variedades son, Lleno de España, Blanco Mejorado y Puvis. Las hojas al parecer son lisas en la cara superior, volviéndose tomentosas en la cara inferior. Su sabor es muy peculiar, así con trazas de amargor (leo por aquí que ya Enrique VIII se inflaba de ellos castigando a la alcachofa prima hermana del misma.
Claro, ahora con la sequía tan tenebrosa que nos está ahogando y que no remite, veo yo harto complicado encontrar una esplanada llena de esta fabulosa hierba tan común antaño, porque claro, como ser vivo vegetal, la 'cosita' requiere agua, y naturalmente agua 'salvaje', y como de esto andamos escasos, mal asunto.
Leo por aquí que es muy frecuente verla por Andalucía, hasta veo que hay una casa rural dedicada a su memoria, y es que al parecer, la casa yace en una zona rica en estas hierbas.
¿Su preparación? Pues era lo más árduo, había que desnudar aquellos largos tallos o pencas llenos de espinas y pinchos (pelos cortos), y no era inmediato. Yo se lo veía hacer a mi hermano, pero no creo que fuera muy complicado, de todas formas, al terminar tienes tu recompensa ojo.
Leo por Internet que el cogollo también se aprovecha.
¿Cómo se cocinaban? pues se lavaban los tallos y se cortaban en trozos de unos 4-5 cms, se cocían supongo que brevemente y se se escurrían. Se puede preparar en ensalada, en el cocido, o pucheros varios, o en lo que uno guste como si lo quiere hacer con bechamel. Yo os recomiendo rehogarla con ajo, aceite de oliva virgen extra y sal, y ser la pareja de baile perfecta del garbanzo en el apartado de verduras de un buen infojardín, porque qué más quisiera yo tener las mías propias, aquí van.
Si alguien sabe dónde conseguir semillas, o mejor aún las tiene ya, que por favor me lo diga a mi correo o por favor en un comentario a pie de artículo. Sé que la planta necesita poca agua y es muy resistente, por lo que no tendría excusa para plantarla en cautividad.
Un abrazo.
Gracias María por tu aclaración, bueno es saberlo. Un saludo.
ResponderEliminarHOY LAS HE CENADO ESPARRAGADAS CON AJO, Y UN HUEVO CUAJADO. YO SOY DE CADIZ Y AQUI EN LAS FRUTERIAS LAS TIENEN CON MUCHA FRECUENCIA, LAS HAY MUCHO SOBRE TODO POR CONIL DE LA FRONTERA.
ResponderEliminarEN FIN TE PUEDO MANDR UN PAQUETITO CON UNOS KILITOS JEJE, ES BROMA. LAS SEMILLAS NI IDEA.
YO CREO Q LO MEJOR ES QUE T PASES POR CADIZ Y LAS DISFRUTES FRENTE AL MAR, TODO UN PLACER.
Anónimo: Buen consejo el que me das, nos encantaría estar ahora mismo disfrutando de unos cardillos frente al mar ¡qué más quisiéramos! Anotado queda para cuándo volvamos por tu tierra…
ResponderEliminarEn madrid también los hay a mi me gusta comerlos con un chorro de aceite o con huevo! De hecho acabo de comerme una ración
ResponderEliminarYo soy vecino de Alcorcón (Madrid) Siempre la llamábamos tagarninas, pero por aquí les dicen cardillos, me las como de cualquier manera por que me encantan, disfrutaría de ellas hasta pelándolas si no fuera por los pinchazos. En cuanto a las semillas no se nada, pero he leído que las raíces que dejamos en la tierra las reproducen, a si que manos a la obra y a trasplantarlas con raíces a ver si hay suerte .muchas gracias por la atención prestada
ResponderEliminarHola, soy de un pueblo de Cordoba. A mi me encantan, sobre todo esparragaos con huevo. Hace unos cuatro años me dieron un saco lleno (ya "subíos" como decimos por aqui, osea ya con la flor) los dejé secar y tiré el contenido del saco en un rincon del huerto. Salieron cardillos a cientos y he tenido hasta hace poco mas de un año. No se porqué se secaron y se perdieron. Este año han salido 3 plantas y las tengo ya grandes y con la flor. dentro de poco las cortaré y volveré a hacer la misma operación.
ResponderEliminarSi quieres, dimelo y te mando semillas o en su defecto parte de las plantas secas para que hagas lo mismo. Saludos y enhorabuena por tu blog, lo leo mucho.
Hola José Luis, mandanos un correo a info.arroba.mercadocalabajio.com y hablamos. Muchas gracias!
EliminarLOS CARDILLOS DEL HAMBRE
ResponderEliminarAlegoría
"Los pueblos que olvidan su historia
están condenados a repetirla"
Winston Churchill
Fueron cardillos del hambre,
quienes hambres aplacaron
con su erizada pelambre
al hambre lo amordazaron.
En la España sin jornales
con los campos agostados,
las cárceles a raudales
llenas de brazos quebrados.
Las campesinas hambrientas
con los niños de la mano,
esperaban macilentas
hallar al cardillo hermano.
Como bandos de palomas
por los campos desolados,
viviendo aquellas carcomas
de los odios desatados.
Por aquellos campos áridos
de la pertinaz sequía
y sus árboles escuálidos
de la España más sombría.
Con Europa ardiendo en guerra
y cerradas las fronteras,
era atroz ver esta tierra
de Caín por donde fueras.
Con Dios desaparecido
de la España sin ventura,
con un nuevo orden ungido
sin compasión por su altura.
Juntas la iglesia y la espada,
siendo de herejes martillo,
en una nueva cruzada
que salvaste tu cardillo.
Tanto oropel y farfolla
y un hablar grandilocuente,
para en la mesa y la olla
ser el cardillo el presente.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
¡Qué bien y qué cierto lo escrito!
EliminarSaludos
LA TORTILLA DE ESPÁRRAGOS
ResponderEliminarEsparrageras de marzo y de abril,
adorno en cornicabras y en zarzales,
hermanadas trepáis a chaparrales
y os veo desde lejos entre mil.
Espárragos de una industria fabril
de prados, de paredes y trigales,
proliferáis crecidos a raudales
en el campo corucho cenientil.
Con rapidez ya os tengo echos manojo,
optando a quien desecho, a quien escojo,
el sol primaveral arriba brilla;
desandando feliz mi vuelta a casa.
¡La miga del pan y huevo os amasa
y esculpo en la sartén a la tortilla!
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA ENSALADA DE CORUJO
ResponderEliminarCuando llueve en el otoño
de una forma persistente,
y es alegre la corriente,
el Corujo ya es retoño.
Dormita algunas semanas
y en marzo se manifiesta
y buscarle es un fiesta
que la emprendemos con ganas.
Calzando botas de goma
y portando unas tijeras,
en arroyos y praderas
vemos que grácil asoma.
Es la humildad candorosa
crecida dentro del agua,
y le visten con su enagua
la margarita y la rosa.
Lo busco en los "Banderuelos",
llevando un cubo en la mano
con la fe del artesano
que busca el oro en los suelos.
Busco en "Orilla Moral",
en el borde de una poza,
que se alegra y se remoza
de un arroyuelo invernal.
Busco por "Prado Maíllos",
entre matojos y vacas,
soliviantadas urracas
y zarzas como cuchillos.
Y me extiendo hasta el "Juncar"
y los prados "De La Higuera"
husmeando en la reguera
su apetecible manjar.
Y es porque es manjar de dioses
el alabado Corujo,
en Cenicientos un lujo
y en las mesas puros goces.
Se prepara en ensalada,
con cebolla y aceitunas
y es paladar de fortunas
cuando está bien aliñada.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL ORÉGANO DE CENICIENTOS
ResponderEliminarVino Venus Afrodita
con la raíz a la Peña,
y entre los pinos se adueña
del perfume que lo habita.
De ropa bien ligerita
vino y lo plantó la diosa,
y es orégano una rosa
que al ser venusina herencia
inunda con su presencia
Cenicientos amorosa.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LAS COLLEJAS DE CENICIENTOS
ResponderEliminarPrimaverales collejas
que aparecéis de repente,
ni siquiera os llevo en mente,
y en mis pupilas perplejas
me hacéis arquear las cejas.
Al campo salgo a buscar
espárrago y primavera,
al corujo en la reguera,
y a ti vengo a encontrar
donde no te espero hallar.
Te descubro en un cerrillo
bajo el influjo del sol
que adormece al caracol
y aviva siempre el colmillo
del conejo en febrerillo.
Eres paisaje en la linde,
compañera de la grama
donde la liebre se encama
para que a sus ojos brinde
ver al perro en el deslinde.
Creces entre la junquera
y en regatos del arroyo,
en retamas junto al Hoyo
y bajo troncos de higuera
de la apacible Ladera.
Naces entre cornicabras
de las de Orilla Moral,
rocosa piedra coral
por donde triscan las cabras,
siendo esquilas sus palabras.
Y surges en la labranza
la que linda al Encinar,
y así el sol al declinar
te presta historia y semblanza,
hierbecilla de esperanza.
Aromas nuestro potaje,
el de la Semana Santa,
dando una delicia tanta
que pagamos un peaje
y hacemos casa y anclaje.
Por el pueblo y por sus calles
junto al olor a torrijas,
filtrado por las rendijas
se perciben los detalles
de las gentes de estos valles.
Sobre estas tierras gloriosas
que circundan Cenicientos,
y armonizan a sus vientos
son sus adorables rosas
comidas maravillosas.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LOS MÍSCALOS DE CENICIENTOS
ResponderEliminarMíscalo, placer rosado
de exquisito paladar,
extendido en el pinar
buscándote ensimismado.
Eres tesoro anhelado
cuando descubro un rodal
en el paisaje otoñal,
levantando las agujas
en mágicas horas brujas
en el pinar ceniental.
Desde las Peñas te extiendes
bajando hacia El Cornetal;
cual hongo piramidal
te deslizas y desciendes.
Por Pera Pérez asciendes
y ocupas la Pinarilla,
la que es trono y es la silla
Cabeza del Terremote
escalado siempre al trote
de niños de maravilla.
Subes al Cerro Castaño
reptando por su ladera,
contemplando una reguera
seca y muerta para el baño.
Míscalos de los de antaño,
en bajada por los riscos
que conocieron pedriscos,
entre pinos centenarios
de los coruchos muestrarios
de sus rebaños y apriscos.
Bordeas a Cenicientos
internándote en el Hoyo,
le das arrullo y apoyo
y esporas y sedimentos.
Produces gratos momentos
y eres tierno y delicado,
y delicioso bocado
fugacidad sensorial,
de hongo breve y virginal
nacido en bosque encantado.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL ACEDERÓN
ResponderEliminarA Teresa
En huecos de las paredes
de las lindes de los huertos,
dejaban al descubierto
hojas mi amor que veredes.
Plantas eran de mercedes
semejando enredaderas,
por entre verdes veredas
brotaba el acederón,
siendo alumno Pigmalión
de sus madres acederas.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA ALBAHACA DE CENICIENTOS
ResponderEliminarLa albahaca que perfuma
las calles de Cenicientos,
expresa los sentimientos
con la fe que se consuma.
Todo corucho se suma
y acompaña en procesión
su Virgen entre emoción,
y albahaca lleva en mano
donde el pueblo es soberano
de guardar la tradición.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho